LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

jueves, 31 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: El peso de nuestra carga

¿Qué pesa más, un kilo de plumas o un kilo de plomo? Ambos pesan un kilo
pero se necesitará muchas plumas y poco plomo.

Lo mismo pasa en nuestras vidas, un perdón pesa más que mil disculpas.

¿Qué pesa más, nuestras penas o nuestros pecados? Ambos son una carga
imposible de llevar solos pero un pecado puede generar muchas penas.

Lo mismo pasa en nuestras vidas, el padecimiento del alma pesa más que la
dolencia del cuerpo.

¿Qué pesa más, nuestras alegrías o nuestras buenas obras? Ambos son carga
agradable de llevar pero solo las buenas obras dan alegría y no lo
contrario.

Lo mismo pasa en nuestras vidas, sin fe no hay gozo y sin obras es fe
muerta.

No es más fuerte quién mas carga acarrea mas sí aquel que sabe en quién
apoyarse o a quién apoyar.

Si conoces a Jesús no hay carga que no puedas aguantar, solo aquella que no
compartas con Él.

"29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde
de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es
fácil, y ligera mi carga.

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miércoles, 30 de mayo de 2012

Un día, una reflxión, un versículo: Las hadas madrinas

En un mundo tan materialista como el nuestro necesitamos compensar nuestro pragmatismo creyendo en seres mágicos que puedan concedernos todo aquello que deseamos.

La mente solo entiende de objetivos y sus hadas madrinas son: el dinero, la ambición y el éxito.

El espíritu solo entiende de propósitos y sus hadas madrinas son: el amor, la generosidad y la humildad.

Si sabes elegir el amor será tu único dinero, la generosidad será tu gran ambición y la humildad tu mayor éxito.

Quién no tiene propósitos en la vida solo puede cumplir sus objetivos, continente sin contenido es promesa sin cumplido.

El hombre no solo se equivoca cuando erra, mas sobre todo cuando cree que acierta. Elige bien tus hadas madrinas si quieres conseguir aquello que a Dios te guía y no aquello que en el mundo te pierde.

“19 ¿Y habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, matando a las personas que no deben morir, y dando vida a las personas que no deben vivir, mintiendo a mi pueblo que escucha la mentira? 20 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra vuestras vendas mágicas, con que cazáis las almas al vuelo; yo las libraré de vuestras manos, y soltaré para que vuelen como aves las almas que vosotras cazáis volando. 21 Romperé asimismo vuestros velos mágicos, y libraré a mi pueblo de vuestra mano, y no estarán más como presa en vuestra mano; y sabréis que yo soy Jehová.” Ezequiel 13:19-21

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martes, 29 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: Envidia: el deseo errado

Erase una vez una gacela que vivía feliz en la sabana disfrutando de todo lo que el Creador le había puesto en su entorno. Su vida era puro gozo y sus amigos la admiraban por la felicidad que emanaba de todo su ser. Era la más veloz, la más ágil, la más alegre.

Pasaban los días y todo eran aventuras extraordinarias en las que se deleitaba con sus amigos hasta que un día vio una mancha en el cielo. Nunca nada había mancillado el azul penetrante del techo de su mundo, aquello era inaudito y despertó su curiosidad. Sus amigos intentaron disuadirla pero ella estaba empecinada en descubrir el secreto de aquella mancha. Volvía cada día pero estaba muy lejos por lo que la gacela decidió subir la montaña para acercarse a tal misterio. No escucho ni las advertencias ni los consejos, la intriga era como dulce miel que la atraía hacia lo desconocido.

A cada peldaño que escalaba de la montaña la mancha se hacía más grande y empezaba a definirse hasta que llegando a la cúspide por fin descubrió que era una águila real. Había oído hablar de las águilas en los cuentos pero nunca había visto una y cuando vio aquella preciosa ave describir círculos majestuosos en el cielo su corazón se entristeció. ¿Por qué ella que era la más capacitada de toda la sabana no podía también volar? Un deseo tremendo de querer ser libre en el cielo como lo era en las estepas empezó a invadirla. La felicidad ya solo era un recuerdo fútil que no le ayudaba en su empeño de querer volar. Su deseo fue creciendo hasta transformarse en obsesión.

Olvidándose de todo lo que le habían enseñado empezó a pensar en cómo ella también podría volar. Aquel pajarraco majestuoso era una provocación a la que no podía quedar ajena. Creció en su corazón la idea de que ya que era tan veloz quizás cogiendo carrerilla y saltando desde lo alto de la montaña su velocidad podría hacer que volara hasta la montaña vecina. Si alguien lo podía conseguir era ella.

Ya estaba en el aire la carrera había sido tremenda y su seguridad de alcanzar la ladera vecina era máxima, en ese momento se cruzo el águila en su vuelo y descubrió que no era una águila sino un buitre. Cómo podía haberse equivocado tanto, ella sabía lo que eran los buitres y por qué volaban en círculos aparentemente majestuosos, siempre era porque estaban cercando el cadáver de alguna presa en el valle.

Todo fue tan rápido como su salto, no tuvo tiempo de pensar más, la gacela no consiguió alcanzar la otra montaña y se estrello en la hierba que tanto había disfrutado tiempos atrás. Le quedaron dos suspiros de vida, uno para concienciarse de lo que había hecho y otro para ver acercarse el buitre y su vida se apagó.

La envidia es plato de mala alimentación, parece apetitoso pero resulta altamente indigesto. Hace que pagues el resto de tu vida los placeres de un deseo errado.

La envidia es el cáncer de nuestro corazón, carcome todo aquello que toca. Tratado a tiempo puede ser benigno pero si se adueña de nuestra alma no tiene curación.

La envidia es el reconocimiento de nuestra incapacidad de amar a los demás como a nosotros mismos.

“4 Cruel es la ira, e impetuoso el furor; Mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia? 5 Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto.” Proverbios 27:4-5

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viernes, 25 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: El eslabón perdido

Toda cadena evolutiva tiene su eslabón perdido porque lo perfecto es ajeno a lo humano.

El postulado del eslabón perdido es: no todo lo que no encontramos está perdido mas sí mal buscado porque solo encontraremos mediante la fe aquello que nuestra razón no alcanza.

Un ciego no puede ver el sol por su brillo mas sí por su calidez. Un sordo no oye las penas por lo llantos mas sí por las lagrimas. Un mudo no habla con suave voz mas sí con dulce sonrisa.

El eslabón perdido de la evolución humana es el pecado, porque nos pasamos toda la vida negándolo pero practicándolo. Sin él nada se entiende, con él todo se explica.

Cuando lo aceptamos toda la evolución humana cobra sentido y podemos empezar el camino de redención marcado por nuestro Señor Jesucristo.

El hombre es un ser curioso, capaz de aceptar el concepto de infinito como principio fundamental de la vida pero de negar a su creador.

El hombre es un ser curioso, capaz de negar la evidencia del pecado y de buscar toda una vida el por qué de sus consecuencias.

“16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.” Romanos 6:16-18

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miércoles, 23 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: El afinador de almas

Una letra puede cambiar radicalmente el significado de una palabra como afinar y afanar. Dios afina las almas mientras el diablo las afana.

No hay partitura justa sin instrumento afinado

No hay vida justa sin camino santificado.

Afinar es perfeccionar solo aquello que lo precisa. El sol no lo requiere, el hombre sí.

El afinador trabaja para ensalzar las cualidades por encima de los defectos. No hay buen instrumento si no está bien afinado.

Un corazón afinado está limpio de impurezas pecaminosas y brilla como oro de muchos quilates exento de contaminación.

Somos como un piano desafinado, ni el virtuoso más grande del mundo podría sacar harmonía de nuestro interior, mas solo Dios hace el milagro de la música celestial en nuestro corazón. Hagamos pues que la melodía de nuestra vida sea una alabanza a nuestro Señor.

“Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia.” Malaquías 3:3

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Un día, una reflexión, un versículo: Herencia

El hombre cauto vive su vida con el deseo de poder transmitir todos sus bienes a sus hijos ignorando que el mayor legado que les puede ofrecer es el ejemplo de una vida dedicada a Dios.

Todos nos acordamos de las riquezas del que desapareció pero rara vez de su riqueza interior, aquella que hace desaparecer tesoros del mundo y aflorar joyas del alma.

La herencia del hombre es carga de pesadumbre que deslumbra al incauto y preocupa al justo porque el bien que más atesora es el pecado.

La diferencia entre heredar bienes del mundo y bienes del espíritu es que cuanto más recibes del primero más impuesto pagas mientras que cuanto más recibes del segundo menos pecados adeudas.

Si la herencia es lo que queda de nosotros tras morir mejor que sea poco porque quien todo lo da por los demás poco le queda. No vaya a ser que por heredar mucho, los nuestros no disfruten de la herencia de Dios.

Mi legado más preciado es mi amor por el Dios trino que me creó: el Padre que todo lo creó, el Hijo que nos redimió y el Espíritu Santo que ilumina nuestro camino. Ruego a Dios que mis seres queridos puedan gozar de esta luz que ha llenado mi vida. Amen

“1Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites, 2 entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre. 3 Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos daría.” Deuteronomio 26:1-3

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martes, 22 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: ¿Dentro de mí o en mí?

Todo lo que está dentro de mí puede salir mas solo aquello que está en mí mora para siempre.

Cuando el mal entra en mi refugio, la fe que está en mí alivia su sufrimiento.

El odio siempre busca un camino para entrar dentro de nuestro corazón pero si el amor es nuestra fortaleza su puerta es infranqueable.

Cuando siento dolor dentro de mí ser, busco la paz de nuestro Señor para mi alma como dulce bálsamo a toda pena.

Dios pone la fe en nuestro corazón para salvarnos, el hombre un marcapasos.

“Me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba.” Nehemías 2:12

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lunes, 21 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: Conciencia viva

Uno se conoce mejor a sí mismo cuando mira lo que ve, escucha lo que oye y siente lo que toca. Haz que la lucidez de tu mente despierte la vida de tu consciencia.

Una conciencia viva nos capacita para sentir aquello que intuimos pero también nos despierta para vivir aquello que rehuimos.

El bien da vida y el mal la quita, pero el hombre da y quita sin reparo porque no vive a consciencia la consecuencia de sus actos.

Puedes abrazar la suave brisa de la mañana que emana del mar o acariciar la dulce fragancia de las flores que perfuman los prados, solo necesitas una consciencia viva para gozar de la creación de Dios.

La consciencia es el último lugar recóndito de nuestra mente para aceptación de nuestros actos, mantengámosla siempre viva porque hará que nuestro arrepentimiento sea sincero y fruto del reconocimiento de nuestra condición pecadora.

La consciencia es la justicia de Dios depositada en nuestra mente, somos expertos en ignorarla aunque tarde o temprano nos alcanza por mucho que la obviemos.

“7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.” Juan 8:7-11

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viernes, 18 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: El ojo del huracán

- Maestro se acerca una tormenta enorme
- Es un huracán
- ¿Y qué es un huracán?
- Es la tormenta de las tormentas, nace de las cálidas aguas tropicales y crece en una espiral devastadora que arrasa todo aquello que cruza en su camino.
- ¿Es terrible pues?
- Para el que no se prepara es mortal, para quien la espera equipado es solo una prueba más de la que saldrá enfortecido.
- No entiendo maestro, ¿Cómo se prepara uno para enfrentarse a un huracán?
- Primero hay que ser atentos a las señales precursoras, el mar y su temperatura, los vientos y su fuerza y dirección y las nubes consecuencia de ambos. Luego debemos elegir un lugar seguro para protegernos. Un lugar lo suficientemente alto para guardarnos de las inundaciones que nos rodearan pero también lo suficientemente protegido para resistir a los fuertes vientos que nos tambalearán. Nos queda ser pacientes y esperar que el huracán pase y la calma vuelva.
- Bueno no parece tan complicado maestro, ¿por qué entonces muere tanta gente en los huracanes?
- ¿Por qué peca el hombre si sabe que pecar es malo?
- Porque somos humanos e imperfectos, maestro esto sí lo se
- Pero no te impedirá volver a pecar, ni a mí. Porque tenemos la temeridad de no ser temerosos de Dios.
- Entonces es normal que mueran estas personas
- Es normal que el huracán sea devastador y el hombre humano. Nuestra vida es un fiel reflejo de cómo se desarrolla un huracán, joven. Nuestra maldad se alimenta de nuestros pecados y así crece la espiral devastadora de la condición humana.
- ¿Entonces, cómo muere un huracán maestro?
- Como muere nuestra maldad. Cuando llega a tierra firme deja de nutrirse de las cálidas aguas engañosas que alimentan su chimenea y acaba perdiendo fuerza y vida. Si somos capaces de ser firmes en nuestra fe y temerosos de Dios, Jesucristo murió en la cruz para redención de nuestros pecados, gracias a su sacrificio llegaremos a la tierra prometida donde no hay lugar para huracanes mas solo para paz y descanso en Él.
- ¿Y ya está?
- No joven no siempre es tan sencillo a veces la tormenta engaña y lo que crees que es su final es solo el ojo del huracán. La calma vuelve y aquel que solo cree lo que ve se deja engañar y sale de su guarida, entonces vuelve la tormenta y se lo lleva. Nuestra vida es una sucesión de tormentas y momentos placidos. A veces las tormentas se transforman en huracanes y, a veces, caemos en el ojo del huracán. Es importante no estar desprevenidos y saber que los momentos placidos no son siempre refugio seguro, pueden ser solo el ojo del huracán. No te olvides nunca joven aprendiz todo aquello que sucede en un huracán sucederá en tu vida. Estés preparado para ello, ora y aprende las enseñanzas de la Palabra que es y será tu guía en todo momento.

“10 Se mofa de los reyes, y de los príncipes hace burla; se ríe de las fortalezas, levanta terraplenes y las toma. 11 Luego pasa como el huracán, y peca porque hace de su fuerza su dios. 12 »¿No eres tú desde el principio, Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos.
Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, Roca, lo estableciste para castigar.” Habacuc 1:10-12

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jueves, 17 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: Ofrenda

El hombre moderno no ofrenda, regala, como si lo que diese fuera de su propiedad, es porque todavía no sabe o no acepta que solo le pertenece aquello que se lleva con él en la tumba, es decir nada.

La ofrenda pide recompensa mas su voz solo se escucha si habla el corazón.

Solo el que acepta que nada le pertenece puede darlo todo porque de necios es engañar tu corazón y el de los demás.

Las ofrendas no tienen precio, tienen valor, por ello nunca cuentes tus monedas a la hora de dar, mas sí examina la pureza de tus intenciones que son peso de razón para su consideración.

El valor de una ofrenda no está en lo que vale sino en lo que cuesta.

“Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” Efesios 5:2

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martes, 15 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: Perseverancia

La insistencia de unas gotas de agua es suficiente para quebrantar la resistencia de una piedra. La voluntad persistente del viento moldea montañas y valles. Por la constancia de las olas, en suave arena se deshace la roca. Si la naturaleza nos muestra las bonanzas de la perseverancia ¿por qué el hombre pasa su vida ignorándolas?

El hombre perseverante es aquel que impone su carácter una vez más que su desidia.

Aquel que nunca abandona su búsqueda acaba siempre encontrando su camino.

Solo el que deja de buscar está seguro de no encontrar.

El hombre no hace milagros pero, mediante su fe, es capaz de mover montañas, este es su milagro.

“Parábola del sembrador

4 Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola: 5 El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. 6 Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. 7 Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. 8 Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga. 9 Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola? 10 Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan. 11 Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. 12 Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. 13 Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. 14 La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. 15 Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia. Nada oculto que no haya de ser manifestado.” Lucas 8:4-15
Que tengáis un buen día, Joves, Alfons

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Un día, una reflexión, un versículo: Héroes

Los hombres necesitan héroes que endiosar porque no pueden humanizar a Dios.

Utilizamos los héroes como disculpa para enmascarar nuestra incapacidad de conseguir logros más allá de los límites que nos marcamos.

El héroe verdadero es aquel que en la humildad del anonimato vence a sus propios dragones; el orgullo la vanidad, la arrogancia… porque no hay peor enemigo que uno mismo.

Solo hay héroes en los cuentos donde todo es posible porque en la realidad las hazañas del hombre siempre están rodeadas de violencia.

El hombre débil necesita héroes fuertes.

El hombre fuerte necesita héroes misericordiosos, y solo hay uno: Dios.

Se dice que el cementerio está lleno de héroes, héroes de los hombres, mas en el cielo abundan héroes de Dios.

“¡¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!!” Isaías 31:1

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lunes, 14 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: Día de sol, día de sombras

La vida fluye a ritmo de sol y sombras, contrastes que definen los contornos de nuestra existencia, alegrías y penas que nutren nuestro corazón.

Un rayo de sol anuncia el nacimiento del día, el nacimiento de la vida, el nacimiento de la esperanza que hace que todo ser humano pueda gozar de luz para su alma.

Hay malas sombras, aquellas que se desvanecen en la oscuridad del mal. Guías de perdición, las malas sombras nos hacen huérfanos de amor y perdón.

Un día en el que no reina el sol tampoco advierte sombras, y sin consciencia de ambos nos desorientamos, perdiendo rumbo y equilibrio.

El sol despierta alegrías allá donde las sombras melancolías.

Cuanto más sol tengamos en nuestra vida, mejor veremos sus sombras y podremos combatirlas.

El infierno es vivir apartados de Dios como las sombras nos apartan del sol.

El sol es exaltador de la vida.

Las sombras son encubridoras de la muerte.

Conscientes de nuestras sombras seremos más gozosos del sol radiante de Dios.

“Tus príncipes serán como langostas, y tus grandes como nubes de langostas que se sientan en vallados en día de frío; salido el sol se van, y no se conoce el lugar donde están” Nahúm 3:17

“Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” Salmo 23:4

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jueves, 10 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: Utopías

Las utopías son sueños de la mente de los que no queremos despertarnos por miedo a que se desvanezcan.

El que quiere hacer realidad sus utopías se enfrenta a sus propios límites, alejándolos más allá de lo real.

Las utopías son como el buen vino, deliciosas a pequeñas dosis y embriagadoras en exceso.

Es lícito aborrecer este mundo, mas querer evadirse de él intentando hacer realidad nuestras utopías solo lo hace más cruel.

Las utopías son necesarias para alimentar nuestros valores y la esperanza que depositamos en ellos pero no dan para más.

El que vive de sus quimeras morirá sin conocer la verdad.

Las utopías que te dominan en dystopías se transforman.

El sentido común mata las utopías falaces y cuida las utopías genuinas.

¿Por qué depositamos tantas esperanzas en nuestras utopías cuando la verdad maravillosa de la salvación nos es revelada por la Palabra de Dios?

“sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” 1Pedro 3:15

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miércoles, 9 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: El barco fantasma

Los mares están repletos de barcos fantasmas, sin rumbo, sin destino, sin luz, en busca y captura de almas perdidas. Surcan los mares hasta saciarse de necios y patanes sin corazón.

Están llenos de vacío, en sus calabozos murmullan gritos de desamparo puntuados de silencio, chirrían sin descanso.

El barco fantasma es como un velero desarbolado, azotado por un mar enfurecido, no decide, no progresa, todo en él es caótico, promete esperanza sin tributo y ofrece dolor sin bálsamo.

Se cree desierto pero no lo está, todo barco fantasma tiene capitán; orgulloso, vanidoso, tedioso y rabioso, alardea de sus hazañas y vocifera sus triunfos. Todo barco fantasma tiene tripulación; ciega, entregada, ávida de codicia y placeres prohibidos.

Los mares están repletos de barcos fantasmas, sin rumbo, sin destino, sin luz, en busca y captura de almas perdidas.

Pero todos acaban escollándose en las rocas de sus pecados. De tanto negarlas terminan creyéndose sus propias mentiras. Jamás llegarán a tierra firme y no lo saben o no lo creen.

Todos podemos ser capitán o tripulación de un barco fantasma pero también podemos ser siervos de nuestro Señor en tierra prometida.

¿Y tú qué quieres ser? Porque tú eliges

“25 Las naves de Tarsis eran como tus caravanas que traían tus mercancías; así llegaste a ser opulenta, te multiplicaste en gran manera en medio de los mares. 26 En muchas aguas te engolfaron tus remeros; viento solano te quebrantó en medio de los mares. 27 Tus riquezas, tus mercaderías, tu tráfico, tus remeros, tus pilotos, tus calafateadores y los agentes de tus negocios, y todos tus hombres de guerra que hay en ti, con toda tu compañía que en medio de ti se halla, caerán en medio de los mares el día de tu caída. 28 Al estrépito de las voces de tus marineros temblarán las costas. 29 Descenderán de sus naves todos los que toman remo; remeros y todos los pilotos del mar se quedarán en tierra, 30 y harán oír su voz sobre ti, y gritarán amargamente, y echarán polvo sobre sus cabezas, y se revolcarán en ceniza.”

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martes, 8 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: Ciencia

El hombre material, mediante la ciencia, solo entiende y acepta aquello que ve y de esta actitud empírica se nutre su conocimiento.

El hombre espiritual, mediante la fe, aprende y acepta aquello que no ve y de esta actitud entregada se nutre su discernimiento.

La ciencia se oculta para buscar lo incomprensible, mas no explica; fabula, no demuestra; especula, no enseña; engaña. Magos, astrólogos, y otros bufones de lo obscuro se nutren del vacío de nuestros corazones.

Las ciencias exactas son lenguaje de números que permiten observar y deducir pero no llegar.

¿O alguien ha conseguido llegar al infinito?

A ciencia cierta, sin duda alguna o deberíamos decir a ciencia incierta. La duda es parte de nuestra firmeza porque nos consciencia de ella.

La ciencia deduce principios y leyes pero sigue sin ser capaz de explicar la ley del principio y su principio por ello la ley universal es un mito humano y una realidad divina.

La ciencia es un modelo de razonamiento que privilegia nuestro conocimiento sobre nuestro entendimiento por ello un hombre de ciencia puede ser también un perfecto imbécil.

¿O acaso somos capaces de entender todo aquello que aprendemos?

Confundimos a menudo los conceptos de la vida porque nuestros valores se basan en principios inconsistentes, nos faltan los cimientos del edificio cuando ya hemos empezado a construir el rascacielos. Es la condición del ser humano y para intentar escapar de ella hemos inventado la ciencia, pobres de nosotros que ignoramos la verdad pero creamos verdades, a ciencia cierta y de bien seguro.

Dios nos obsequió con el don de la fe y nosotros le respondimos con la ciencia porque la sapiencia del hombre se limita a dudar de Dios en lugar de dudar de sí mismo.

“Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia,” Timoteo 6:20

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Un día, una reflexión, un versículo: Provocar, exhortar

El que provoca, incita a sometimiento.
El que exhorta, ruega a discernimiento.

La provocación es arte humano, caemos fácilmente en la tentación de conseguir por reacción aquello que solo deberíamos lograr por reflexión

El provocador convence con el engaño de la razón buscando su resultado.

El exhortador convence con la sinceridad del corazón buscando su propósito.

Se dice “no hay mal que por bien no venga” pero por mucho que lo digamos la verdad es que no hay bien en el mal.
No encontraremos camino bueno actuando mal y la provocación es senda de pecado.

El ímpetu nos hace errar fácilmente y confundir el fin con los medios, no todo vale en el juego de la vida porque a muerte nos lleva aquello que confunde honradez y exceso.

¿Por qué a los hombres nos place tanto provocar y tan poco predicar con el ejemplo?
¿Qué hace que nos complazcamos tanto en nuestras propias debilidades?

El orgullo, nos guste o no.

“Todas las cosas me son lícitas, pero no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna.” 1 Corintios 6:12

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lunes, 7 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: La fuerza tranquila


- Dime maestro ¿cuál es el animal más fuerte del mundo?
- La hormiga
- Pero maestro, la hormiga es insignificante. No asusta como la serpiente, no ruge como el león y no impone como el elefante.
- ¿Es una serpiente capaz de disfrazarse para defenderse.
- Creo que no maestro pero ciertas tienen el color de su entorno y así no se ven
- Tienes razón, la naturaleza ha dotado a algunas de esta capacidad pero a las hormigas no y por ello varias se disfrazan para sobrevivir, pegándose esqueletos de otras hormigas para parecer monstruos que alejan posibles depredadores.
- ¿Puede un león sobrevivir cultivando sus propios alimentos?
- No maestro, mata para comer.
- Las hormigas recogen, cultivan y se alimentan de sus propias cosechas, le contesto el maestro, obreras, soldados, agricultoras. Cada una tiene su función y la cumple.
- ¿Puede un elefante llevar 50 veces su peso?
- No maestro esto sería una locura
- La hormiga sí, y lo hace cada día repetidas veces.
¿Cuántas hormigas crees que hay en este mundo?
- No sé, miles de millones
- Más de 100 mil billones, y no se ven. Joven, la fuerza no está en lo que se ve ni en lo que se ostenta. La fuerza está en lo que se hace y se consigue y para ello la discreción y el empeño son mejores aliados que la vehemencia y la provocación. Joven, la fuerza de los débiles está en la cantidad que obtienen, la fuerza de los valientes, en la calidad de lo que consiguen. No por lograr más conseguirás mejores resultados
¿Sabes por qué y para quién hacen todo esto las hormigas?
- No maestro
- Para su reina, y tú ¿Quién reina en tu vida, para quién harías todo esto?
- Para el Señor maestro!
- ¡Amén! Tú lo has dicho joven aprendiz, el Señor es el único que se merece que le dediquemos todos nuestros esfuerzos mas Él no pide que actuemos con la fuerza de los débiles sino con la fuerza tranquila de la fe que ha depositado en nosotros. Actúa con discreción y firmeza porque nuestra fe es para obras del corazón.
“También vi esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grande: 14 una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y levanta contra ella grandes baluartes; 15 y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre. 16 Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras. 17 Las palabras del sabio escuchadas en quietud, son mejores que el clamor del señor entre los necios. 18 Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; pero un pecador destruye mucho bien.” Eclesiastés 9:13-18

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viernes, 4 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: Reflexión

En los momentos difíciles, la diferencia entre actuar y reaccionar está en el tiempo que te das para pensar lo que debes hacer más allá de lo que quieres hacer, ese tiempo se llama reflexión.

La perspectiva es la clave para ganar cualquier batalla y no hay perspectiva sin momento de reflexión.

El animal actúa allá donde el hombre debería reflexionar. Es el distintivo del ser humano sobre el resto de seres, pero, por desgracia, actuamos fácilmente como nuestros congéneres primates.

La reflexión te regala lo que la reacción te impide; el tiempo para encontrar tu camino.

Toda prisa es compañera de malos augurios, te roba tu decisión e impide tu reflexión.

Cuanto más quieras actuar más debes pensar, todo tiene su por qué y su en qué. Si no los contemplas lo suficiente pasarás tu vida errando en caminos equivocados donde reinará tu temperamento sobre tu conocimiento.

La reflexión tiene un aliado y puerta real para su entrada en nuestro espíritu: la oración. Poniéndonos en mano del Señor conseguimos la paz y el sosiego que permiten la reflexión, justa y en Cristo.

Quién demasiado habla poco piensa
Quién poco piensa mucho erra
Añade la reflexión a tu atuendo de peregrino
Si quieres con el corazón encontrar tu camino

Dale tiempo al tiempo y el tiempo te dará su cosecha.

“Una trampa es para el hombre hacer apresuradamente voto de consagración y reflexionar después de haberlo hecho.” Proverbios 20:25

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jueves, 3 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: La última estación

Suele ser la última pausa de nuestra vida o bien el frío invierno que hiela nuestras almas pero sea cual sea, la última estación, es aquella parada en la que no podemos perder el tren de nuestra salvación.

La última estación está llena de pasajeros perdidos que nunca encontrarán el andén y de pasajeros alegres que con paz y gozo esperan que llegue su tren. Grulla de actividad, la gente se mezcla, se mira, se habla, se despide pero el destino de cada uno ya lo han decidido y cuando haya pasado el tren nada más será igual.

Nos pasamos la vida viajando, de emoción en emoción, de ciudades a países lejanos pero no nos preparamos para reconocer nuestra última estación, aquella de la nunca volveremos a este mundo.

Pasado el último tren la estación queda repleta de maletas y de riquezas de este mundo porque ese tren solo admite nuestra alma como bagaje. Erran vagabundos y desalmados, orgullosos y vanidosos por todos los pasillos. Seres que nunca verán el destino que también era para ellos pero del que decidieron no coger pasaje.

En la última estación solo quedan llantos y dolor porque todo lo bueno se fue con el último tren ¿Y tú te lo perderás?

“Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos” Apocalipsis 18:17

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martes, 1 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: El sentido de la vida

Los hombres buscan constantemente darle sentido a la vida aunque el precio a pagar por ello sea su propia vida.

¿Por qué?

Las preguntas incomodas siempre tienen por respuesta otra pregunta:

¿Qué sentido tiene una vida sin sentido?

Buscar lo desconocido es como escudriñar un pozo sin fondo en busca de agua, no sabes ni qué, ni como, ni cuando, ni sí la encontrarás porque cuanto más buscas menos sentido tiene.

Haz que tu vida cobre sentido. Si se la entregas a Dios, Él te dará un propósito que cumplir. Llenará todo tu ser de paz y serenidad y descubrirás porqué Jesús se sacrificó para nuestra salvación.

El remordimiento nos es pena que hace sufrir más si consciencia que nos hace sentir, la consecuencia de nuestros actos.

Solo la sinceridad de corazón nos abre las puertas del perdón,

¿Qué mejor sentido a nuestra vida que querer agradar a nuestro Padre?

El qué encuentra su propósito, en su corazón es sentido
El que erra en su designio, su corazón ha resentido

“Enséñame buen sentido y sabiduría, Porque tus mandamientos he creído.” Salmo 119:66

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