LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

lunes, 31 de octubre de 2016

EL NIDO SOBRE MI CABEZA (21/12/13)

(Escribí esta reflexión hace casi 3 años y me ha parecido una buena forma de recordar que Martin Lutero colgó en la puerta de la iglesia de Wittenberg, las 95 tesis este mismo día 31 de octubre 1517, siendo el punto de partida del Protestantismo Aquí os dejo un link por si queréis leerlas: http://mb-soft.com/believe/tsn/luther95.htm ).

Qué bueno sería no tener malos pensamientos, pero los tenemos, más todavía sería no tener mala conciencia, pero la tenemos. No podemos evitar la responsabilidad de nuestros errores pero sí arrepentirnos de ellos.
Cuando nuestra cabeza es pasto de pensamientos impropios atrae aves de mal agüero y si damos alas a nuestra condición, sin percatarnos, anidan sobre ella.

Es más fácil evitar que se cree una colmena que eliminarla una vez está aposentada, lo mismo pasa con nuestros designios oscuros.

¿Qué fue primero, el huevo o la gallina, el pecado o el pecador? Difícil respuesta pero lo que está claro es que ambos necesitaron un lugar para establecerse porque sin él no habría ni huevo, ni pecado. ¿No?

Hay momentos en los que tenemos tantas cosas en la cabeza que no sabemos qué pensar, esos momentos deben ser para orar y encomendarnos a Dios porque Él hace que todo lo que nos sucede sea para bien, por mucho que dudemos de ello.

“No puedo evitar que las aves vuelen sobre mi cabeza, pero sí puedo evitar que hagan nido sobre ella" Martín Lutero

“Encomienda a Jehová tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados.” Proverbios 16:3


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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viernes, 28 de octubre de 2016

UN “NO” INSTANTE

El tiempo es una condena inapelable para el hombre. Cada paso que da lo acerca más a su penitencia. Cada instante es un punto y aparte que tacha su destino con marcas indelebles. (Anónimo)

Un instante es lo que separa la cuerda impoluta de la cuerda nudosa cuando se rompe y abandona la promesa de su incorrupción. Ya nunca más será lisa y cuantos nudos tenga testificarán de sus avatares.

Cuando pienso en lo que he sido en esta vida me doy cuenta que todo es fruto de los instantes que la han marcado pero más, si cabe, de los no instantes, de aquellos que no han sucedido por voluntad divina. Uno busca milagros donde no hay y a veces es tosco en ver la evidencia de sus huellas en aquello que evitaron que sucediese.

Cuando un accidente de carretera nos sucede, a todos nos viene a la mente lo que habría pasado si nuestra velocidad hubiese sido menor, si nos hubiéramos parado a tal momento o si no hubiésemos salido de casa aquel día. Es un intento fallido de nuestra mente que intenta borrar el antes para cambiar el después de aquel instante. Pero cuantas veces nos hemos parado a pensar lo que habría pasado cuando no ha pasado nada a pesar de nuestra inconsciencia, cuando aquel giro que hicimos no se interpuso en el camino de un ciclista y lo dañó, o aquel semáforo en rojo que pasamos no se convirtió en un atropello de transeúnte. Cuando un instante se ha transformado en no instante. Como no nos ha cambiado la vida tenemos una tendencia enfermiza en olvidar la mano de Dios en las oportunidades de redención de nuestra vida.

Si en lugar de evitar la moto por nuestra imprudencia la envestimos, nuestra existencia bascula en un instante. Un instante imborrable, tan fuerte, que nos arrebata nuestro pasado haciendo que una pesadilla se apodere de nuestra mente, de nuestra alma y de nuestro futuro. Cuando uno vuelve a casa porque no le ha sucedido nada debería agradecer a Dios cada minuto de su vida y más todavía aquellos en los que nuestro Padre nos ha cuidado del impacto de un instante que hubiese sido fatal. No podemos sentarnos en el sofá y poner la tele como si nada, obviando que estamos en sus manos. La suerte no existe, y menos en estos casos, es una excusa indecente frente al amor de Dios.

Tendría que haber un antes y un después en nuestra conciencia tanto en los instantes como en los no instantes de nuestra vida porque es Dios quien los pone en nuestro camino hacia la salvación.

Un instante es lo que divide el antes del después. Es el surco infranqueable que nos impide volver hacia atrás, obligándonos a aceptar los hechos aunque estos sean desechos de nuestra vida. Únicamente Dios puede hacer que un instante solo sea una palabra y no la separación del tiempo que nos condena a nuestras torpezas, porque solo Él tiene esta potestad.

Gracias Señor por tu misericordia y compasión hacia tus hijos, hacia mí Padre, a pesar de mis atrevimientos. Gracias y perdón.

17 Nuestro Dios, a quien servimos, puede librarnos del horno de fuego ardiente; y de tus manos, rey, nos librará. (Daniel 3:17)

11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. 12 Al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos 13 y alzaron la voz, diciendo:

—¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!

14 Cuando él los vio, les dijo:

—Id, mostraos a los sacerdotes.

Y aconteció que, mientras iban, quedaron limpios.

15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió glorificando a Dios a gran voz, 16 y se postró rostro en tierra a sus pies dándole gracias. Éste era samaritano. 17 Jesús le preguntó:

—¿No son diez los que han quedado limpios? Y los nueve, ¿dónde están?18 ¿No hubo quien volviera y diera gloria a Dios sino este extranjero? (Lucas 17:11-18)


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miércoles, 26 de octubre de 2016

EL JARDÍN DE MIS DESEOS

El sol se insinúa detrás del lomo de una cumbre borrascosa que impera sobre el valle, haciendo que las nubes se dispersen, dejando paso a su brillantez cada vez más insistente. Pasa de un rojo pálido a un bermellón intenso para enseñorearse del cielo con su blancura cegadora. Un día más, regalo de Dios.

El perfume del rocío matutino todavía permanece en el aire. Invade la casa cuando puertas y ventanas lo invitan a entrar. Las montañas se apoderan de mi hogar integrándolo en sus lomos.

Mire por donde mire la majestuosidad de las cimas que me rodean son un coro que dístila música celestial a mis ojos recordándome constantemente la grandeza de la creación y de su creador.

El silencio está mecido por el viento que se desliza entre los follajes del bosque haciendo temblar sus bases. Lo veo, casi lo puedo tocar. Las aves del cielo contribuyen a la sinfonía de la vida y el río marca, con su murmuro, el latido de mi corazón.

Los colores son fieles testigos de las estaciones que transcurren. El blanco invernal sinónimo de suavidad. El verde primaveral sinónimo de renacimiento. El amarillo veraniego sinónimo de festividad. Y el rojo otoñal sinónimo de final de ciclo. Colores que impregnan mi retina dándome paz y sosiego. Invitándome a la reflexión, a la contemplación, a la paz interior y exterior de todo mí ser.

Me he olvidado del asfalto, del cemento, del claxon insistente de los coches entrecortado por las sirenas de ambulancias y vehículos policiales de la ciudad. He relegado la locura de la vida ciudadana, donde todo tiene precio y el del tiempo es incalculable, al baúl de los recuerdos. La vorágine destructora de un ritmo de vida marcado por nuestras ambiciones ya no me alcanza, ya no me tienta.

He perdido mi móvil, mi tele, mi internet, mi modernidad y no los echo de menos. Es más, me cuesta pensar que ocuparon tanto espacio en el curso de mi vida. Que me han arrebatado tanto tiempo, ese mismo que ahora se escapa de mis manos y de mi ser.

Para mí no hay nada más absurdo que pensar morir en la ciudad lejos de aquello que Dios nos puso para disfrute. Me angustia pensar en el olor aséptico y desinfectado de un hospital o de una residencia. Me angustia sobre todo porque tenemos todas las de acabar en estos lagares que no lugares, pisoteados por la modernidad.

Sé que todo está en el jardín de mis deseos y es posible que en él se queden, pero quién puede impedir soñar a un hombre y más cuando su anhelo es un regalo de Dios. Hágase su voluntad, en los cielos como en la tierra. Cada día oro para que me obsequie con la última de las mías: acabar en el jardín de mis deseos.

31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. (Génesis 1:31)

3 Aunque andamos en la carne, no militamos según la carne (2 Corintios 10:3)

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martes, 25 de octubre de 2016

JUSTIFICACIÓN

La diferencia entre una justicia sana y una enfermiza es que si bien la primera busca la justificación de la verdad, la segunda solo busca justificarse a sí misma. (Anónimo)

Si la justificación es hacer lo justo, Solo Dios es capaz de ella y en cuanto a la nuestra se refiere, tenemos un abogado defensor: Jesús, con su sacrificio en la cruz, y un dictamen inapelable: la Gracia de Dios.

Justificados por Dios es un privilegio que tendríamos que agradecer todos los días de nuestra vida. La fe nos habilita para entender sin por ello tener necesidad de comprender aquello que por su divinidad está prohibido a nuestra mente pero que, mediante el Espíritu Santo, mora en nuestro corazón.

Todo aquel que busca justificar humanamente su vida se niega a recibir la justificación Divina.

En el juicio final si bien toda culpa tendrá su causa no por ello tendrá su justificación y no se podrá abogar indefensión cuando se rechaza el único abogado capacitado para ello: Jesús.

La justificación no se busca y menos se merece, la justificación se acepta, o no, como un don de Dios mediante la fe para obras. Es fruto de su Gracia.

No hay excusa que justifique nuestros pecados, mas el arrepentimiento genuino sí abre la puerta a que seamos justificados en Cristo Jesús.

La gran diferencia entre ser excusado y ser justificado es que, si bien primero se queda en los argumentos de defensa a espera de juicio condenatorio, el segundo tiene, a través de su arrepentimiento y entrega a Jesús, su condena conmutada en perdón por Gracia de Dios.

16 »De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:16)

Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación que produce vida. (Romanos 5:18)


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lunes, 24 de octubre de 2016

INDIFERENCIA

Amor y odio son como dos ríos de sentimientos que fluyen del corazón, la indiferencia, ella, es una fuente seca y asolada.

El amor es una afirmación, el odio una negación y la indiferencia una ausencia. A cada cual le corresponde adjetivar esta frase.

La indiferencia es girar la cara cuando vemos dolor y taparnos las orejas cuando oímos su clamor porque pensamos que la negación es más fuerte que la realidad pero la verdad es que cuanto más ignoramos los hechos más responsables somos de ellos.

La indiferencia que nace del corazón es causa condenatoria porque evita nuestro compromiso. Aquella que, obedeciendo a nuestra razón, suple al odio es causa exculpatoria pues permite que cicatricen nuestras heridas.

Escuchar y observar son antídotos de la indiferencia, hacen que estemos vivos de sentimientos.

La voluntad nos permite elegir nuestro camino, la indiferencia nos aboca a una vía sin salida..

La indiferencia provoca apatía en nuestra mente, desgana de nuestro espíritu y abandono de nuestro corazón. No hay peor veneno para el alma.

Para un cristiano, la compasión y misericordia son antónimas a la indiferencia.

Dice el diccionario que la indiferencia es un estado de ánimo, yo diría que es una ausencia de ánimo para poder justificar nuestro estado.

La fe para obras hace de la indiferencia una palabra sin sentido. Los hombres, desafortunadamente no siempre somos obreros en la fe.

4 »No seáis como vuestros padres, a quienes los primeros profetas clamaron diciendo: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras”; pero ellos no atendieron ni me escucharon, dice Jehová. (Zacarías 1:4)

14 »Escribe al ángel de la iglesia en Laodicea:
»“El Amén, el testigo fiel y verdadero, el Principio de la creación de Dios, dice esto:
15 »”‘Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. (Apocalipsis 3:14-15)


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viernes, 21 de octubre de 2016

RECTITUD

La política es el arte de darle la vuelta a lo inevitable para transformarlo en indispensable haciendo de la rectitud de los políticos un camino tan tortuoso como sus mentes. (Anónimo) 

Para el hombre vanidoso la rectitud de su vida es una suma de curvas más o menos cerradas que vistas de lejos parecen una recta pero que de cerca delatan su oprobio.

Podríamos pensar que la rectitud no admite compromisos, eso solo es verdad cuando los compromisos no admiten rectitud.

Cuando todo es presa de la codicia la rectitud es la última vela que brilla en las tinieblas de nuestra condición.

El que proclama su rectitud acaba de torcerla porque la honradez es un atributo humilde y discreto no un estandarte vistoso que se exhibe.

La integridad de una persona está basada en lo recto que quiera que sea su vida y para ello hasta cuanto y cuando está dispuesta a luchar contra sí mismo para conseguirlo.

Cuanto más grande más fácilmente cede la vara ante su propio peso como el hombre cuanto más grande su ambición más fácilmente caerá en la tentación.

La rectitud de nuestra sociedad es un espejismo fugaz, su iniquidad una realidad palpable y nuestra fe, un oasis esperanzador en medio de este desierto mundano.

Enséñame, Jehová, tu camino y guíame por senda de rectitud a causa de mis enemigos. (Salmos 27:11)
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lunes, 17 de octubre de 2016

CORRUPCIÓN

En el ciclo evolutivo de la vida, la corrupción es un estado transitorio que lleva a la putrefacción de la materia para su regeneración. En nuestra sociedad, por desgracia, es un estado de hecho, que no de derecho, permanente. (Anónimo)

No hay hombre incorruptible, mas sí hombres que lo pretenden, y esos son los primeros en caer.

La corrupción de nuestro corazón y de nuestro espíritu solo se puede sanar en la pureza de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

La corrupción es el cenit de una sociedad enferma que está a punto de morir. Es un síntoma inequívoco que nos aboca a su fin.

La corrupción esclaviza el alma con mordazas de orgullo y vanidad.

La corrupción no es una tentación, mas sí el estado en el que caes cuando cedes a ella. Por ello no hay marcha atrás.

Es tan fácil ver la corrupción ajena que nos olvidamos con ligereza de nuestra propia podredumbre.

¿Quién es más corrupto, el que tienta o el que cede? La corrupción no distingue entre causa y efecto porque, en su caso, ambos se retroalimentan.

No sentencies al corrupto, es más digno de pena y tristeza que de juicio ajeno porque ya lleva su condena anclada en el corazón, la muerte de su conciencia.

Por tanto, también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.(Romanos 8:21)

Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. (Gálatas 6:8)


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viernes, 14 de octubre de 2016

SEMPITERNO

Este mundo se me hace sempiterno, punto final. (Anónimo)

Hay pocas palabras humanas con autoridad exclusivamente divina y “sempiterno” es una de ellas porque establece la perduración infinita de algo que nace y eso no está a nuestro alcance en este mundo. Por tal razón se encuentra más veces en la Biblia que en cualquier otro legado, porque es la única que nos puede ofrecer tal esperanza.

Sempiterno es una palabra hermosa porque contiene una promesa divina para aquellos que en Dios confían.

Para el hombre todo lo que tiene un principio tiene un fin, por mucho que se empeñe en lo contrario. No hay obra faraónica ni legado de intelecto que soporte el desgaste de la evolución humana. Tarde o temprano todo queda archivado en los cajones del olvido o enterrado bajo el polvo que deposita el tiempo que pasa inexorablemente.

Aquellos que piensan en su posteridad solo pueden pretender postergar su final que ineluctablemente llegará.

El hombre es una máquina de quebrantar pactos y Dios es Gracia pura para restaurarlos.

La diferencia entre eterno y sempiterno es que Dios es eterno y solo el hombre, renacido por los méritos de nuestro Señor Jesús, tiene un futuro sempiterno.

El mundo moderno, sempiterno expresa más una sensación que una realidad (esta conferencia se me está haciendo sempiterna) pero para los creyentes es todo lo contrario porque es la consecuencia real y Real de la promesa cumplida de nuestro Señor Jesús con su pueblo.

59 Pero más ha dicho Jehová el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60 Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno. (Ezequiel 16:59-60)

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jueves, 13 de octubre de 2016

GANAR

Dicen que el fin justifica los medios, yo diría que los medios definen a quien busca justificar su fin. (Anónimo)

La paradoja de ganar es que nuestra victoria pasa siempre, primero, por la de los demás.

El principio de los vasos comunicantes hace que ganar pueda ser una indecencia para los cristianos y un orgullo para los demás.

Tenemos tanta obsesión por ganar, en la sociedad actual, que hace de la codicia un deseo natural.

Cuando tienes todas las de ganar es cuando más te está retando tu condición con tentación de orgullo y vanidad y si la ignoras acabarás teniendo todas las de perder.

Si ganar es a cuesta de los demás la victoria siempre es pírrica.

Las buenas maneras son el antídoto del mal ganar.

Es curioso que la edad vaya moldeando nuestros deseos de ganar. Cuando somos jóvenes ganar es un reto constante, independientemente de su coste. Cuando somos adultos ponderamos y valoramos más el precio de las ganancias y sus consecuencias. Cuando somos mayores nos importa más el éxito de nuestros seres queridos que el nuestro, abandonando la idea de ganar a los demás.

Quien tiene mal perder suele tener peor ganar.

La humildad, obediencia y seguimiento de la palabra nos enseña que todo aquel que quiere ganarlo todo, todo lo perderá hasta que descubra que en la aceptación de nuestras derrotas se manifiesta la victoria del sacrificio de Cristo para nuestra salvación.

Mejor es lo poco con justicia que las muchas ganancias sin derecho.(Proverbios 16:8)

7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él lo he perdido todo y lo tengo por basura, para ganar a Cristo 9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que se basa en la Ley, sino la que se adquiere por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios y se basa en la fe. (Filipenses 3:7-9)


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martes, 11 de octubre de 2016

PODAR

Maestro y alumno paseaban por el jardín del conocimiento cuando vieron a un hombre atareado en cortar ramas de los árboles.

- Maestro ¿por qué corta este hombre las ramas?, de esta forma, este árbol, nunca llegará a crecer.

- De lo contrario joven, en saber cortar lo superfluo ayudas a que emane lo esencial. Se llama podar y es una parte muy importante de la vida tanto de estos árboles como de la nuestra.

- ¿Y eso, maestro, por qué?

- La paradoja de la vida es que su crecimiento se basa en la capacidad que tenemos de reducirla a lo elemental para vigorizarla y hacer que crezca firme y frondosa.

- Entonces tardará más en crecer, ¿no?

- Crecerá, en su justo momento, con la vitalidad necesaria para prosperar adecuadamente. ¿Ves aquel árbol?

- - Sí maestro

- ¿Qué dirías de él?

- Que es muy grande pero que parece débil porque sus ramas son muy finas y tiene bastantes de ellas muertas o a punto.

- Necesita poda para renacer o perecer según su condición lo permita, tanto como nosotros lo precisamos.

- ¿Nosotros también, maestro?

- Tú lo has dicho joven, no hay alma en este mundo que no requiera ser podada varias veces en su vida. Tantas como el peso de nuestros pecados crece en las ramas de nuestros hechos. Tanto como la viña que quiera darnos sus mejores racimos.

- ¿Y eso cómo sucede maestro?

- Las pruebas son como tijeras de podar que cortan nuestro orgullo, nuestra vanidad, que ahondan en nuestra condición para obligarnos a la elección más importante de nuestra vida.

- ¿Qué elección maestro? – Le preguntó el alumno picado por la curiosidad-

- ¿Quién queremos que sea nuestro podador, Dios o el Mal?

- Entiendo maestro pero es fácil elegir ¿no?

- Para los que en Dios confían también las pruebas son podadoras, poniendo a prueba su fe y su sinceridad de corazón. Por ejemplo cuando se nos muere un hijo, ¿quién no ha pensado en lo injusto y terrible de tal prueba?

- Tiene razón maestro, eso es terrible

- Lo es y por ello nos obliga a elegir en quién depositamos tanto nuestra esperanza como nuestro desespero. Solo podremos descansar en paz si somos capaces de superar estos momentos en la confianza de un Dios de amor, único alivio cargado de esperanza de vida eterna. Si así lo sentimos le aceptaremos las pruebas de nuestra vida porque nos acercan cada vez más a Él.

- Gracias maestro

- ¿Por qué joven?

- Por hacerme ver con mi corazón lo que mi mente me amaga.

El maestro insinuó una sonrisa cariñosa a su joven seguidor y ambos continuaron su camino.

El crisol es para la plata y el horno para el oro, pero Jehová es quien prueba los corazones. (Proverbios 17:3)

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lunes, 10 de octubre de 2016

LA VIDA DE LOS TIEMPOS

Pasado, presente, y futuro son solo una declinación temporal de los hechos de nuestras vidas. Elementos vivos en su momento y por lo tanto condenados a morir (Anónimo).

Cuando somos jóvenes, tenemos la sensación de que el presente no avanza, de que cada día dura 48 horas. Ansiamos ser mayores para disfrutar de aquello que no se nos permite o que no está a nuestro alcance. El futuro es solo un presente pospuesto. Por supuesto el pasado no es relevante, o así lo pretendemos, en tiempos de juventud.

Cuando somos adultos, el tiempo se asienta en un limbo en el que estamos demasiado ocupados viviendo el día a día para percatarnos de su peso. Ni lento, ni rápido, ni corto, ni perezoso, pero sí lo suficientemente relevante para que tengamos una visión del futuro con deseos y esperanzas y una carga del pasado que transformaremos en experiencia o en lastre.

Cuando somos mayores, el tiempo se nos escapa. Huye de nuestras manos, de nuestra conciencia. Cada vez vivimos menos el presente buscando los despojos de nuestro pasado. Preferimos evitar pensar en el futuro de lo cierto que estamos de su final ineluctable.

¿Por qué quise ser más de lo que era cuando empezaba a ser, sin percatarme de lo que era cuando lo fui, acabando vacío de sueños y lleno de recuerdos perecederos?

Porque la vida de los tiempos en este mundo es limitada. Por eso Dios nos ha regalado la fe, para que podamos retar lo imposible y dejar que Él transforme nuestro caduco en esta tierra en eterno a su lado. Su Gracia es un regalo divino sin igual.

26 »De una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos y los límites de su habitación, 27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarlo, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. (Hechos 17:26-27)

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viernes, 7 de octubre de 2016

TRADICIÓN

La tradición es una traición al futuro y una mordaza del presente (Anónimo).

La tradición es un pretexto para evitar la evolución secuestrando su experiencia como única verdad atemporal (Anónimo).

Si tu única razón para mantener un uso o una costumbre es su aceptación incondicional es que te has entregado a su tradición.

Las tradiciones tienen tendencia a ritualizar lo sagrado quitándole la esencia genuina con la que lo deberíamos tratar.

Cuando la tradición se hace doctrina elegimos lo humano por encima de lo divino alejándonos de la palabra de Dios.

Las tradiciones pueden ser creadoras de ídolos más que de siervos porque tienden a anihilar nuestro sentido crítico a favor de prácticas costumbristas.

La duda sincera es enemigo de la tradición, la duda sistémica su mejor aliado.

La tradición transforma la evolución en involución porque nos arrastra constantemente hacia nuestro pasado.

Si nos quedamos solo con lo bueno de la tradición se transformará en transmisión y eso es dar vida a las enseñanzas en lugar de ritualizarlas.

El hombre del pasado vive de su tradición, aferrándose a ella e ignorando la realidad cotidiana.

Los fariseos han hecho de las tradiciones su dogma de fe.

Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas basadas en las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo.(Colosenses 2:8).

1 Se acercaron a Jesús los fariseos y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; 2 estos, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos impuras, esto es, no lavadas, los condenaban, 3 (pues los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si no se lavan muchas veces las manos, no comen. (Marcos 7:1-3)

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miércoles, 5 de octubre de 2016

EL CUERPO

El culto al cuerpo es para los incultos del alma. (Anónimo)

El cuerpo es una camisa de fuerza que amordaza nuestros designios espirituales y nos aboca hacia lo carnal.

El cuerpo nos hace sentir miedo de aquello que no entendemos, el espíritu nos inculca temor, mas no miedo, de Dios. La diferencia entre el miedo y el temor está en la confianza absoluta, o no, en quién lo provoca. Es solo una cuestión de fe.

En esta sociedad, que también suciedad, hay más soluciones para cuidar tu cuerpo que para cuidar tu alma. Y eso que el cuerpo humano tiene fecha de caducidad. ¿Por qué somos tan necios?

Un cuerpo impoluto es aquel que reluce las marcas de su vida. Un cuerpo corrupto es aquel que está maquillado, y/o cultivado, para parecer sin marcas.

Para los sabios la belleza se contempla con el corazón, para los necios con los ojos.

Se puede renacer en un mismo cuerpo, es la única forma de lavarnos de todas nuestras impurezas a través del agua de vida de nuestro Señor Jesucristo.

El cuerpo marca los límites entre lo finito y lo infinito, lo terrenal y lo divino, entre Jesús hecho hombre para sacrificio en la cruz y Jesús nuestro Señor a la diestra del Padre.

En la tierra el hombre glorifica su cuerpo, en el cielo tendremos un cuerpo glorificado por Dios.

En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. (Hebreos 10:10)

35 Pero preguntará alguno: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?» 36 Necio, lo que tú siembras no vuelve a la vida si no muere antes. 37 Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, sea de trigo o de otro grano. 38 Y Dios le da el cuerpo que él quiere, y a cada semilla su propio cuerpo.

39 No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces y otra la de las aves. 40 Hay cuerpos celestiales y cuerpos terrenales; pero una es la hermosura de los celestiales y otra la de los terrenales. 41 Uno es el resplandor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en resplandor. (1 Corintios 15:35-41)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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martes, 4 de octubre de 2016

LA SOLEDAD EN MULTITUD

La soledad en multitud
Es como herida abierta sin pulcritud
Escuece en el alma lo indecible
Dejando huella invisible (Anónimo)

La paradoja de la soledad hace que cuanto más estemos rodeados de gente menos nos sentimos acompañados.

La soledad se trata como una enfermedad vergonzosa en la sociedad donde los amigos en Facebook son más importantes que los abrazos en vivo.

Nuestra sociedad es una fabrica de solitarios empedernidos que viven egoístamente su felicidad virtual temiendo compartir su tristeza real.

Solo aquel que ha vivido el vacío en medio del todo puede entender la soledad en multitud. No todos aquellos que en ella entran son capaces de escapar de sus garras posesivas siendo pasto abonado de la melancolía.

Pensemos siempre que detrás de una sonrisa puede haber un corazón asolado y busquemos más allá del parecer, el ser que se esconde detrás de él.

Frente a la soledad en multitud no hay mejor remedio que el amor pero no aquel que se da, sino aquel que se comparte.

9 Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob, la heredad que le tocó. 10 Lo halló en tierra de desierto, en yermo de horrible soledad; lo rodeó, lo instruyó, lo guardó como a la niña de su ojo. 11 como el águila que excita su nidada,
revoloteando sobre sus pollos, así extendió sus alas, lo tomó, y lo llevó sobre sus plumas. (Deuteronomio 32:9-11)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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lunes, 3 de octubre de 2016

LA PUERTA DE MI CASA

La puerta de mi casa abre hacia mi corazón. Nunca está cerrada esperando acoger quién lo desee o lo necesite. (Anónimo)

El que da portazos a la puerta de su casa gira la cara a los demás y se expone a que se cierre para siempre.

Es difícil dejar entrar personas en nuestras vidas por el miedo que tenemos a ser decepcionados o a defraudarlos pero solo abriendo la puerta de nuestro corazón podemos disfrutar del amor que flota en el ambiente, de sus mil perfumes de ternura y bondad.

Todos tenemos una casa en la que soñar, la que nos gustaría tener si fuéramos ricos. Pero somos muy afortunados porque conocemos al Señor y su casa es la nuestra y su puerta siempre está abierta ,si bien algunos no la ven o prefieren ignorarla.

Los ladrones buscan reventar las puertas para robarnos nuestras pertenencias. El más sutil, el más peligroso, el más engañoso es el ladrón de almas, contra él solo hay una protección, Jesús, quien lo venció y volverá a hacerlo por nosotros. Es el mejor y único sistema de seguridad que pueda protegernos.

Al último latido de mi corazón en este mundo sucederá el cierre para siempre de la puerta de mi casa y me dirigiré hacia la puerta celestial que, si Dios quiere, será la de mi casa para la eternidad.

4 cuando las puertas de afuera se cierren, y se vaya apagando el ruido del molino; cuando se escuche la voz del ave, pero las canciones dejen de oírse; 5 cuando se tema también a las alturas, y se llene de peligros el camino, y florezca el almendro,
y la langosta sea una carga, y se pierda el apetito; porque el hombre va a su morada eterna (Eclesiastés 12:4-5)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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