LA CREACIÓN

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DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

miércoles, 31 de mayo de 2017

EL AMOR OBRERO

Reconstruir sobre ruinas es como regar los brotes que nacen tras un incendio devastador, se aprovecha lo malo para que renazca bueno. (Anónimo)



Es muy bonito construir en terreno virgen pero es más provechoso reconstruir sobre solar derruido porque siempre quedan piedras que se pueden aprovechar.

El amor obrero precisa de obreros caritativos, que no cesan, no se rinden, que a cuanto más runa, más amor hasta que erigen un edificio llamado esperanza que está cubierto de cariño, de paz, de comunión, de amor y que, visto desde lejos, ilumina sus alrededores.

Lo grande y perene requiere cimientos sólidos en los que asentar su base. El amor obrero es el que hace que una relación se fragüe con solidez y profundidad, de tal forma que pueda resistir todos los avatares de la vida. Unos lo llaman amistad, otros, hermandad, otros, familia pero todos tienen en común una cosa, la firmeza de su obra.

Cuando se reconstruye con solidez no queda rastro de lo que fue sino la fuerza de lo que es. Así se puede decir del amor obrero, es un maestro de obras perfecto que garantiza el resultado de su labor.

Es más fácil encontrar ruinas que edificios bien construidos en la ciudad de nuestros corazones por ello es necesario que los nuestros rebosen de amor para ayudar a la reedificación de aquellos que lo necesitan.

A cada corazón quebrantado le pertenece un amor obrero que lo busca para restaurarlo, es el legado de Jesús y nuestro deber es de ser sus obreros obedeciendo a sus mandamientos.

El gran arquitecto sabe elegir sus obreros para que construyan su obra. Jesús, el gran arquitecto de la vida, ya ha elegido a su equipo, es todo aquel que usa el amor obrero, cemento incorruptible para edificar sus relaciones con los demás y con Dios.

4 El amor es sufrido, es benigno;
el amor no tiene envidia;
el amor no es jactancioso, no se envanece,
5 no hace nada indebido, no busca lo suyo,
no se irrita, no guarda rencor;
6 no se goza de la injusticia,
sino que se goza de la verdad.
7 Todo lo sufre, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta. (1 Corintios 13:4-7)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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martes, 30 de mayo de 2017

NEGARSE A SÍ MISMO

Mi peor pesadilla es aquella donde me veo pasear sin sombra y el espejo de mi vida se olvida de mi rostro. (Anónimo)



El precio que pagamos por alentar nuestro ego es la carga del orgullo, de la soberbia y de la vanidad, en definitiva la carga del pecado. Son lastres naturales de la condición humana.

Negarse a sí mismo es primero ser consciente de nuestra condición y despojarnos de ella trozo a trozo a través de las enseñanzas de Jesús.

Es más fácil decirlo que hacerlo pues si bien somos capaces de quitarnos algunos harapos de pecado mediante el arrepentimiento sincero también somos tropezadores dos, tres y más veces en la misma piedra.

Negarse a sí mismo es también aceptar que no somos perfectos ni lo seremos nunca en esta vida y con humildad pedirle a nuestro Señor Jesús que nos ayude, nos guíe, nos sustente en momentos de pruebas y aflicción para seguir el camino de santidad.

A menudo pensamos en cómo resolver una situación cuando deberíamos pensar en cómo la resolvería Jesús y seguir su ejemplo.

Negarse a sí mismo es sobre todo hacer que Dios impere en todos los aspectos de nuestra vida. Es ser sal y luz cuando más padecemos las sombras de nuestras propias batallas. Es despojarse de ego para revestirse de sencillez discreción y humildad. Es amar a los demás más que a uno mismo por amor a Dios. Es obedecer a Dios y desobedecer al pecado.

No hay medias tintas a lo hora de definirse como cristiano. Si queremos seguir a Jesús Él nos dijo los pasos a seguir: negarse a sí mismo y tomar nuestra cruz.

¿Quién dijo que la vida en este mundo era un camino de rosas? Yo solo conozco a quién me dijo que la salvación pasa por una sola negación: la nosotros mismos. Es un camino angosto, rodeado por el vacío de la tentación pecaminosa pero es un camino en el que, si nos negamos a nosotros mismos, tendremos a Jesús como guía y eso es para la vida eterna.

23 Y decía a todos:
—Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. 24 Todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará (Lucas 9:23-24)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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lunes, 29 de mayo de 2017

EL CONDUCTOR

El buen conductor no es aquel que sabe lo que tiene que hacer, sino aquel que es conocedor de lo que tiene que evitar. (Anónimo)



El código de circulación es lo primero que debemos aprender para estar capacitados para conducir. La Biblia es lo primero que deberíamos leer para estar preparados a los exámenes de la vida.

No por mirar la extremidad de nuestro coche evitaremos chocar con el de delante. Cuando solo nos amamos a nosotros mismos acabamos siempre topándonos con nuestro ego.

El que mira al horizonte, conduciendo, pretende anticiparse a los obstáculos pero no todos se anuncian con antelación, también algunos se interponen repentinamente y esos no los puede prevenir. Por mucho que preveamos nuestro futuro este siempre tiene la capacidad de sorprendernos y de tanto estar preparados para unas cosas que esperamos acontezcan nos olvidamos de aquello que realmente nos sucede.

El que mira demasiado por el retrovisor acaba estrellándose en el arcén. Si nos dedicamos constantemente a recordar nuestro pasado nos arriesgamos a destrozar nuestro presente.

La velocidad es embriagadora pero su exceso es mortífero. Nuestro ímpetu nos expone a la soberbia y es tan fácil caer en sus garras.

La lentitud en la autopista es un peligro, la moderación en la ciudad es un seguro. Hay que saber escoger cuando hay que ser tolerante porque si bien es una virtud, en según qué contexto, también puede ser un defecto.

Los controles de carretera no son pruebas que podemos anticipar para evitarlas sino exámenes que debemos pasar sin estar preparados para ello. Nadie está preparado para las grandes pruebas de la vida pero todos pasamos por ellas. Pueden ser lección y enriquecimiento o castigo y empobrecimiento, eso solo depende de en quién depositamos nuestra fe.

Hay mucha correlación entre conducir un vehículo y conducir nuestra vida pero la gran diferencia es que para el vehículo es necesario el permiso de conducir mientras que para vivir no. Eso creemos porque si nos fijamos la vida es un examen permanente que se parece mucho al de conducir pero que contrariamente a él tenemos que revalidarlo constantemente a lo largo de toda nuestra vida.

Por desgracia para el hombre, le es más fácil conducir que conducirse bien.

El buen conductor siempre es un buen guía y quién mejor que Jesucristo.

Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán, me conducirán a tu santo monte y a tus moradas. (Salmos 43:3)

Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.» (Apocalipsis 7:17)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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viernes, 26 de mayo de 2017

AMISTAD

La amistad es la segunda oportunidad que nos da la vida para tener hermanos. (Anónimo)



Se dice que la familia no se escoge pero las amistades sí. Las amistades solo son verdaderas si la decisión es compartida y no siempre son lo que parecen ni parecen lo que son.

Hay muchas decepciones que vienen de haber depositado una amistad que no ha sido tal, o peor, que solo ha sido de conveniencia por parte del otro.

Los caminos de la vida hacen que nos crucemos con muchas personas, algunas están de paso en nuestra existencia, otras se anclan en nuestro corazón pero, y nosotros ¿nos anclamos en los suyos? Cuando esto sucede la amistad crece en tierra abonada y coge un espacio vital en nuestra andadura.

Hay quien cree que la sangre es más fuerte que cualquier amistad por muy fuerte y sincera que sea. La pregunta es ¿nuestros sentimientos nacen de la sangre o del corazón que bombea la sangre y nuestras emociones? El amor no entiende de parentescos solo de sentimientos puros y la amistad es uno de sus más preciados.

La diferencia entre el amor de una pareja y la amistad de dos personas es que si bien en la primera es necesaria la unión de cuerpos y el afecto recíproco, en la segunda el afecto recíproco es único para sellar la relación. Por ello hay que ser conscientes de que la amistad entre hombre y mujer es posible pero difícil, delicada e incluso puede llegar a ser peligrosa y no todos somos capaces de asumirla.

Los padres que pretenden establecer una relación de amistad con sus hijos erran en su deber de educación, pues uno no puede ser a la vez capitán y grumete. El barco necesita a su capitán para llegar a buen puerto y que el grumete crezca hasta, un día, él también ser el capitán de su propio barco.

La amistad fomenta la unión de personas en comunión y eso es cada vez más difícil en este mundo porque, a menudo, el ego nos impide encontrar aquello que necesitamos mientras estamos ocupados buscando lo que queremos.

La humildad, el amor, la compasión fomentan la amistad. El egoísmo, la vanidad y el orgullo la destruyen.

Por mucho que nos pueda parecer chocante el hijo que busca ser amigo de sus padres les falta al respeto porque las relaciones entre padres e hijo no son protocolos democráticos de igual a igual. La desobediencia nace de la pretensión, errónea, que tienen hoy en día los hijos de retar a sus padres en lugar de aprender de ellos, de sus cualidades pero también de saber aceptar sus defectos. ¿Cuántos hombres retan constantemente a Dios? Y no solo no creyentes.

El que ama la pureza del corazón, con la gracia de sus labios se ganará la amistad del rey. (Proverbios 22:11)

¡Adúlteros!, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios. (Santiago 4:4)

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jueves, 25 de mayo de 2017

UNA BOMBA EXPANSIVA

Dentro de las armas de destrucción masiva, el ego es, sin duda, una de las más mortíferas. Es como una reacción nuclear de fusión fría. (Anónimo)


El ego es una bomba expansiva pues empieza en el corazón y atañe los confines de la tierra porque el hombre suele dar rienda suelta a su hedonismo intelectual a costa de todo y de todos los que lo rodean.

Es curioso que toda aquella palabra que comienza por ego acabe teniendo una connotación negativa: egoísta, ególatra, egocéntrico, etc.. Será que mi yo es un factor de autoestima absoluto y por encima de cualquier otro amor. Por ello dijo Jesús “ama a los demás como a ti mismo” no sea que empecemos por lo contrario y de tanto amarnos a nosotros mismos nos olvidemos de los demás.

El ego es realmente un contrincante de armas tomar para con el amor porque si bien el amor no espera nada a cambio el ego, él no da nada a cambio de su propia autocomplacencia.

Hay efectos destructores que tienden a expandirse de forma natural, el egoísmo es uno de ellos, tan sigiloso como cínico. Cubriéndose de buenas razones atañe el corazón de sus víctimas para hacerles desear lo más despreciable y corrupto, el amor absoluto a sí mismo.

Cuando uno acaba pensando que los demás se equivocan puede estar acertado, o no, pero cuando esta inclinación se transforma en un sentimiento en contra de aquellos que nos aman algo falla. Es el primer síntoma de que nuestro ego se está apoderando de nuestra condición y eso es el principio del fin.

Tenemos que rodearnos de cortafuegos que nos aíslen de los efectos destructores del ego. La humildad, el amor, la obediencia son protecciones que pueden tener su efecto pero ninguna es tan eficaz como el temor de Dios. Porque el temor de Dios nos pone en nuestro lugar, pequeñitos, diminutos pero preciados por nuestro Padre. El temor de Dios nos obliga a humillarnos ante Él para descubrirnos a nosotros mismos y despojarnos de nuestro hábito secular. El temor de Dios tendría que ser una condición sine qua non en nuestra vida cotidiana, como el aire que respiramos. Si así fuera el pecado menguaría en este mundo.

Pero en lugar de ello nuestro ego nos invita a hacer que los demás nos teman, no sea que se atrevan a retarlo y sacar nuestras vergüenzas a la mirada pública.

Uno de los síntomas más evidentes del ego es la soberbia, esa misma que nos invita a despreciar la opinión de los demás.

El hombre es más humilde vencido que vencedor, es fruto de su ego, nada nuevo bajo el sol. Por ello necesitamos ser derrotados, ser humillados, ser despojados para realizar lo dependientes que somos de nuestro Padre celestial. Muchos son los que se pasan toda la vida negando está verdad y mueren su almas antes que sus cuerpos sin que se den cuenta de lo terrible que esto significa.

6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: «Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.» (Santiago 4:6)

Los ojos altivos, el corazón orgulloso y el pensamiento de los malvados, todo es pecado.. (Proverbios 21:4)

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martes, 23 de mayo de 2017

EL ALFARERO

La diferencia entre un arqueólogo y un alfarero es que si bien ambos tratan los mismos objetos el alfarero no cesa hasta conseguir una vasija perfecta mientras el arqueólogo intenta recomponer vasijas de los trozos esparcidos por el tiempo. ¿Y qué somos nosotros sino imperfecciones recompuestas? (Anónimo)



El lodo es lugar de caída para los malvados pero también suministrador de materia prima para el alfarero y su obra perfecta.

La creación es un proceso maravilloso, hace de lo inútil obras de arte. El alfarero trabaja el barro para darle forma y si no le es dócil lo destruye para volver a obligarlo a su voluntad.

Cuando vemos los eventos trágicos que acontecen en este mundo no podemos más que sentirnos inmersos en medio del lodo putrefacto de nuestra condición. Nos es imposible imaginarnos que de tal basura puedan salir cosas buenas. Cuidemos nuestra vida para que sea una ofrenda constante a nuestro Padre celestial, conscientes que somos que por mucho que lo intentemos estará llena de tropiezos, manifestándole nuestro arrepentimiento y nuestra voluntad de ser sus hijos.

Solo el alfarero perfecto puede realizar una obra pura y ese es Dios y su obra seremos nosotros cuando, renacidos, a su lado vivamos la eternidad.

Hay tantos estilos como alfareros en este mundo y tantos comportamientos como seres humanos pero lo único que nos une es que la obra del alfarero con el tiempo se hará polvo y nosotros, como seres de este mundo, también.

Sin agua no hay vida y sin agua tampoco hay barro. Elijamos el agua de vida de Jesús para el barro de nuestra condición y Él la limpiará con su sacrificio en la cruz.

La obra perfecta, el alfarero la expone, la imperfecta la trabaja hasta que la despoja de sus imperfecciones o la destruye.

Cada ser humano somos como una pieza de cerámica exclusiva de una colección maestra. Tenemos todos un mismo creador pero no tendremos todos el mismo amo final. ¿Quién es el tuyo?



«¿No podré yo hacer con vosotros como este alfarero, casa de Israel?, dice Jehová. Como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mis manos, casa de Israel. (Jeremías: 18:6)

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lunes, 22 de mayo de 2017

DISCERNIMIENTO

Maestro y alumno paseaban por los jardines de enseñanza cuando el alumno le preguntó:

- Maestro, ¿qué es el discernimiento?

- Una cualidad, don del Espíritu, para los hombres humildes de corazón

- Entonces no todo el mundo lo posee

- No y menos aquel que cree tenerlo porque es un don que solo se ejerce con el temor de Dios.

- Pero si discernir es distinguir una cosa de otra, ¿por qué es solo para los humildes? Todos somos capaces de separar las cosas para diferenciarlas ¿no?

- Mira el cielo, ¿qué ves?

- Dos pájaros jugueteando, maestro

- ¿Estás seguro?

- Si maestro, se les oye cantar

- Tu primer error, joven, es la seguridad que manifiestas en lo primero que ves. La humildad nos obliga a considerar nuestra falta de juicio a la hora de valorar las situaciones y a buscar la verdad detrás de las apariencias. En asuntos del Espíritu se llama temor de Dios. No que le tengamos miedo, es nuestro Padre, pero sí respeto y por ello que no demos por hecho aquello que consideramos sin primero buscar su consejo y su guía. Tu segundo traspiés es la falta de observancia antes de opinar. No están jugando o como mucho uno se está jugando la vida que pretende arrancarle el otro. Y el tercero es el desconocimiento, no son cantos sino gritos de desesperación en la huida.

- Dices que juguetean, por favor coge estos prismáticos, observa y dime lo que ves.

- Ostras maestro, veo un halcón cazando a lo que creo que es una tórtola.

- Todos podemos observar, joven, todos podemos ser conocedores de lo que estamos viendo pero no todos entendemos lo que vemos y menos somos capaces de comprenderlo. El discernimiento es lo que diferencia aquellos que son conscientes de sus limitaciones de aquellos que pretenden no tenerlas.

- Entiendo maestro, no es lo que somos capaces de hacer pero lo que hacemos con nuestras capacidades.

- Tú lo has dicho joven y nunca mejor dicho. Necesitamos los prismáticos de nuestro corazón y la humildad que nos impone el temor de Dios a la hora de discernir. Si así lo hacemos, el Espíritu que mora en nosotros será nuestro guía y nuestra seguridad en nosotros mismos se transformará en seguridad en Dios y en Jesús nuestro Señor y Salvador. El discernimiento es la capacidad que tenemos de confiar en Dios más que en nosotros mismos a la hora de juzgar, opinar, calificar una situación, una persona, una vida. Confiemos en Dios más que en nosotros mismos y seremos capaz de actuar con discernimiento.

- Gracias maestro ahora creo que miraré las cosas de forma diferente, siempre en pos de Dios.

- Amen joven, ahora intentaremos discernir el camino de vuelta, jajaja!!!

Y ambos continuaron su paseo de regreso.

¿Quién puede discernir sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. (Salmos 19:12)

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jueves, 18 de mayo de 2017

HACEDORES DE PAZ

El que busca la paz encuentra su alma, el que busca la guerra su condición. (Anónimo)


Los rompedores de paz en la guerra se recrean porque del dolor de los demás se nutren para justificar su existencia, por no decir su subsistencia.

Es común, hoy en día, echar leña al fuego como si de una fiesta se tratara, mas cuanto más fuego más brasas y cuanto más brasas más posibilidades de que se reavive el fuego.

Esto mismo pasa con las relaciones rotas, con los conflictos, con los pecados, con las guerras.

Los hacedores de paz son aquellos que interrumpen estos ciclos de fuego consumidor y sus únicas armas son el amor, la compasión, el respeto. Cuanto más leña más amor, ese mismo que hace que nos entreguemos por los demás sin esperar nada a cambio. Ese mismo que nos hace inmunes a las quemaduras del alma y que se derrama hasta ahogar el corazón de las brasas.

Jesús fue el gran maestro hacedor de paz en medio de las tormentas de fuego del mal, el que llevó, lleva y llevará su pueblo a la paz eterna.

Somos llamados a ser sal y luz de este mundo porque la sal cicatriza las heridas y da sabor a las cosas y la luz ilumina el camino de los rectos, pero también somos llamados a ser hacedores de paz, a responder a los ataques con el corazón, a dar bien por cada maldad que nos aceche y eso es muy difícil sin un corazón entregado a Jesús.

La base de la paz es el temor de Jehová, y no es casualidad sino causalidad del principio de sabiduría.

Todos aquellos que luchan, por mucho que sean triunfadores del hoy están condenados a ser perdedores del mañana porque en la guerra todos son vencidos, vencidos por el pecado que los lleva a contender. Vencidos por la sinrazón de sus vanidades que les hace olvidar que solo el que se entrega a Jesús puede vencer su condición y ser hacedor de paz.

Los conflictos son temporáneos, las condenas pueden ser eternas como el perdón.

La paz solo requiere de uno porque no hay guerra sin oponente por mucho que el contrario lo pretenda. La fuerza del amor es saber resistir a envite de la violencia con paz y sosiego.

Si todos los hombres fueran hacedores de paz el pecado sería huérfano pero la verdad es que la paz es la que más padece de la ausencia de sus hacedores.

Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz. (Santiago 3:17-18)

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LOS AÑOS INCUMPLIDOS

Algunos dicen que la experiencia es privilegio de la edad cuando en realidad es la edad quien le da privilegios a la experiencia. (Anónimo)



No hay nada peor que sentirse viejo antes de hora, es como si los años incumplidos ya no tuvieran importancia cuando todo el tiempo que nos queda en este mundo es un regalo de Dios y una oportunidad para enmendar nuestros errores.

El paso de los años nos hace cada vez más conscientes de los años que pasan y se nos escapan de las manos, es como si el tiempo, con la edad se acelerara mientras nuestra mente se ralentiza.

Cuando miro hacia atrás y pienso en mi vida veo dos sacos cargados de recuerdos y experiencias. El más ligero lleva mis logros, mis bondades, mis amores, mis alegrías, mis arrepentimientos, mis perdones. El más pesado arrastra mis pecados, mis maldades, mi amargura, mis envidias, mi orgullo, mi vanidad.

Cuando miro hacia delante y solo pienso en seguir a Jesús desaparecen estos sacos y aparece un camino de luz, ese mismo que hará que mis años incumplidos no lo sean por mi falta de rectitud sino porque serán aquellos que me quedan por cumplir, a su lado, en esta vida.

Hay que ir con mucha cautela a la hora de cumplir años, no sea que solo ilustren nuestros pecados y se transformen en años incumplidos.

Cuando la edad nos hace ver más cosas detrás que delante nuestro no es porque nos hemos hecho mayores sino porque no estamos mirando correctamente hacia delante porque, sí somos hijos de Dios, delante nuestro está la eternidad.

Vaya, que cuando cumplamos años obremos en Jesús y le obedezcamos para que no se pueda decir: otro año incumplido más.

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; 2 antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; 3 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; 4 y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas; 5 cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles; 6 antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; 7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio. 8 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad. (Eclesiastés 12:1-8)

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martes, 16 de mayo de 2017

PERDIDO O PERDIDA

No se pierde el que no sabe su camino sino aquel que lo niega. (Anónimo)



El mundo está lleno de personas que andan con seguridad hacia el precipicio de sus vanidades.

Pocos son los temerosos de Dios que confían en Él más que en sí mismos a la hora de emprender el viaje de su vida.

La seguridad en nosotros mismos nos aboca a ser almas perdidas, porque nuestra suficiencia nos impide seguir el único guía de salvación: Jesús, aunque pretendamos lo contrario.

El que se cree perfecto en su fe está perdido en su orgullo.

La sapiencia es enemiga de la sabiduría, pues cuanto más te crees saber más fácilmente te perderás en tu concupiscencia.

No hace falta creerse experto en caminos para no perderse, solo ser conscientes de quién lo ilumina para nosotros.

Sin temor no hay respeto, sin temor a la verdad no hay obediencia a Dios. Si fuéramos conscientes de esta realidad seríamos mucho más cautelosos a la hora de tomar decisiones.

La sordera es una de las enfermedades más comunes del alma. Nos invita a oír sin escuchar, a ignorar el llanto de los demás de lo ocupado que estamos en solo escuchar el nuestro.

Es fácil reconocer una persona perdida, su seguridad la delata.

No hay más perdido que aquel que clama constantemente su rectitud y su perfección, pues no solo miente a los demás sino que también se miente a sí mismo. Parece obviar una verdad sagrada: Dios escudriña las profundidades de nuestro corazón para extirpar las mentiras de nuestra condición pecaminosa.

24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? (Mateo 16:24-26)

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ALEGRÍA

Es tan difícil encontrar motivos de alegría en este mundo tanto como querer mirar el sol de cara y salir ileso. ¿Pero quién es tan iluso para querer quemarse la vista y el alma? (Anónimo)


Los cristianos estamos llamados a ser luz en las tinieblas y eso solo se puede hacer iluminando nuestro rostro con la alegría genuina del amor que nos insufla Jesús y sus enseñanzas. Somos ilusos, tal vez, pero con un sueño que se hace realidad cada día mediante la presencia de Jesús.

¿Es difícil? Pues claro que lo es, en un mundo lleno de envidia, orgullo, egos, avaricia, etc… Pero eso no es excusa para olvidarnos de nuestro propósito en esta vida ser sal y luz.

¿Nos cuesta? Pues claro que nos cuesta porque no hay día que sus penas y miserias no nos acechen. Pero nosotros somos diferentes, tenemos esperanza, tenemos un ejemplo a seguir, tenemos amor que dar a borbotones, tenemos que ser la sal de este mundo que hace que o se purifique lo corrupto, o se saboree lo impoluto.

La alegría es saber sacar lo bueno de lo que nos duele, es saber ver más allá de lo que nos horroriza, es tener la esperanza constante de que de Él es la justicia y nuestro su amor.

La alegría es agradecer todo aquello que damos por sentado como un regalo divino, que lo es, y apartar de nuestro corazón toda sombra de iniquidad.

La alegría primero se padece para poder ser disfrutada con plenitud porque nos cuesta despojarnos de nuestro orgullo. Solo cobra su sentido absoluto cuando la compartimos y hacemos que sea siembra de amor en los demás en nombre de Dios.

Es fácil ser una alma amargada, solo hay que dejar que nuestra condición se apodere de nuestro corazón, pero una alma alegre es como un destello en las tinieblas que rompe su imperio lúgubre y este mundo está falto de muchos destellos.

Dios creó la alegría para que sepamos disfrutar de la creación y de Él. Nuestro amor y obediencia hacia Él es hacedor de alegría divina.

Cuanta más oscuridad, cuanta más maldad, cuanto más pecado, más necesarios son los hacedores de alegría, aquellos y aquellas que saben que cada día necesita su dosis de amor para contrarrestar los efectos del pecado.

Un alma alegre es como un río de agua cristalina en medio del desierto, que brilla y atrae a todo aquel que está cruzando su miseria.

Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos. (Sofonías 3:17)

Que Dios os bendiga, Alfons <><


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viernes, 12 de mayo de 2017

PECADO ORIGINAL

No hay nada más común que el pecado original por eso es único a cada cual. (Anónimo)



El pecado original es una realidad que solo niegan sus siervos.

Una de las batallas más fuertes del que no confía en Dios es aquella que lo lleva a retar su condición, negando sus interioridades más profundas, las que albergan el pecado del mundo y el suyo, el original.

Dicen que no es justo nacer condenado, ni aceptable, pero quien en Dios confía sabe que, reconocerlo, es el primer paso para morir justificado y renacer salvo para la eternidad.

Solo hace falta ver lo que impera en el mundo para reconocer nuestra condición y por mucho que nos pese solo el pecado original y todas sus consecuencias son alimento e ilustración del mal que esparcimos.

La crueldad es una de las señales más evidente del pecado original, esta misma que mora en los niños, por muy chocante que nos parezca, y que se perpetua en los corazones marchitados por el orgullo y la vanidad.

Todos soñamos de un mundo perfecto pero vivimos en su antinomia porque el pecado original es nuestro punto de partida y nada bueno se fundamenta en lo malo.

El hombre se singulariza por su capacidad en retar. Que pena que se equivoque a menudo de propósito porque si en lugar de retar a su creador se retara a sí mismo descubriría el origen de sus males, la desobediencia que lo llevó a cargarse con el pecado original.

Solo aquel que está capacitado para ello puede desafiar el pecado, y ese es Jesús, lo hizo, lo hace y lo hará por los siglos de los siglos para salvación de su pueblo. Deberíamos empezar cada día de nuestra vida agradeciéndoselo.

Si no fuera por el pecado original no tendríamos ninguna explicación que sustentara nuestra actitud pecaminosa. La ley lo puso de manifiesto y Jesús nos liberó de él por su sacrificio en la cruz y nos enseñó que el arrepentimiento de corazón es el antídoto de nuestros pecados.

El precio del pecado es la muerte y Adán nos abrió sus puertas, esas mismas que Jesús cierra a todos aquellos que en Él confían y a Él se entregan. ¡Amen!

12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. 15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. (Romanos 5:12-15)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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martes, 9 de mayo de 2017

EL ESPEJO DISTORSIONADO

El espejo no engaña pero solo nos muestra el reflejo de nuestra superficialidad. (Anónimo)



Somos expertos en mirarnos para contemplar lo bueno, y en esquivar la mirada para obviar lo malo de nuestra condición.

El espejo distorsionado es aquel que nos hace ver más finos de lo que somos o más altos de lo que en realidad medimos. Nos engaña con alevosía porque todo y que somos conscientes de sus mentiras las aceptamos de buen grado.

Los aduladores, los lisonjeros son el espejo distorsionado de aquel a quien destinan sus atenciones.

Todos tenemos un espejo distorsionado en nuestra mente, nos hace ver las cosas como nos gustaría verlas en lugar de como son. Nos engaña, sí, pero en realidad, si le damos crédito, somos cómplices de sus mentiras. El ser humano es muy generoso con su propia concupiscencia y muy exigente con la de los demás, es fruto de la condición humana al estado puro.

No hay más gran mentira que la que nos contamos a nosotros mismos cuando hemos decidido darle la espalda a la realidad. Como si el hecho de ser dueños de nuestra verdad nos permitiere transformarla a nuestro antojo.

Hay comportamientos que distorsionan nuestra mirada como un espejo defectuoso. La altivez es uno de los más dañinos porque nos lleva considerar con seguridad que nuestra verdad es la Verdad con detrimento y menosprecio de la de los demás. No hay más equivocado que aquel que está seguro de sí mismo porque el temor de Dios nos lleva a dudar de nuestra cordura, amparándonos en Jesús. Porque la verdad no es nuestra, es de Dios, nosotros, duras penas somos capaces de comprender nuestra propia realidad, quién somos para juzgar a los demás.

El que anda proclamando su cordura por encima de la los demás necio es y digno de compasión.

Todos los espejos distorsionados del mundo no pueden engañar la mirada de Dios y por muchas excusas que pretendamos tener de nada nos servirán a la hora de justificar los hechos y no hechos de nuestra vida.

No seas sin causa testigo contra tu prójimo, Y no lisonjees con tus labios. (Proverbios 24:28)

Que Dios os bendiga, Alfons <><


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LA CALLE DE MI AMARGURA

La calle de mi amargura es aquella que pavimento con mi orgullo y mi vanidad. (Anónimo)



Si veo otro camino que el de humildad para salir de la calle de mi amargura es que mi engreimiento es amo y señor de mi alma.

Los juicios que impartimos alimentan la amargura de nuestro corazón. No hay nada más bonito que perdonar sin razón pero con el corazón, porque nuestro perdón es también nuestra contrición.

El que vive de juicios muere condenado.

No podemos dejar que la amargura se apodere de nosotros pues es un lastre sin contrapeso.

Cuando el corazón se tinta de amargura, el amor que destilaba nuestra mirada pierde su brillo.

La amargura es un sabor que impregna todo lo que atañe, no dejemos que llegue a nuestro corazón, ni a nuestro espíritu porque nos destruirá.

El amor de lengua no resiste a la amargura de aquellos que imponen sus juicios, mas el de corazón soporta sus envites hasta la victoria, porque nada espera a cambio pero todo lo da por amor con paciencia.

Cuando solo nos miramos a nosotros mismos dejamos de amar a los demás y acabamos tan amargos como una naranja borde.

Si nos invade la amargura de aquello que nos acecha hay que volver al redil de nuestro primer amor, los brazos de Jesús. Solo Él puede limpiarnos de la suciedad de nuestra condición, está misma que nos aceda la vida y que hace que también seamos piedra de tropiezo para los demás.

!!Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! (Isaías 5:20)

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jueves, 4 de mayo de 2017

EL MENSAJERO

Los mensajeros del alma son enviados de Dios. (Anónimo)

Cuando las noticias vuelan los mensajeros a duras penas las persiguen. (Anónimo)


¿Quién no quiere ser mensajero de buenas noticias, mas quién está dispuesto a llevar el dolor que acarrean las malas?

El mensajero que se adueña de su misiva compromete su contenido.

Ser mensajero es una responsabilidad que muchos no se toman en serio porque solo se consideran como el que trasmite. Si fueran conscientes de que es tan importante el mensajero como el mensaje se lo tomarían de forma mucho más comprometida.

Cuando el mensajero no es de confiar el mensaje no es de fiar.

En la historia de humanidad, a menudo, el mensajero ha sido más importante que el mensaje cuando el mensaje lo era todo.

Si los ojos son el espejo del alma, el amor es el mensajero del Espíritu que mora en nosotros.

Somos expertos en matar al mensajero pero no por ello evitamos las consecuencias de sus mensajes.

El mal mensajero no es aquel que trae malas noticias sino aquel que tergiversa las noticias que custodia.

La propaganda hace del mensajero una herramienta más importante que su mensaje, es el reflejo del mundo en el que vivimos.

Solo ha habido en la historia de la humanidad un mensajero que nos traía la salvación y su mensaje obligaba al sacrificio de su persona para nuestra redención: Jesús. La pregunta es ¿quién de nosotros ha sido capaz de entender y comprender su mensaje?

El mal mensajero acarrea desgracia; Mas el mensajero fiel acarrea salud. (Proverbios 13:17)

Como frío de nieve en tiempo de la siega, Así es el mensajero fiel a los que lo envían, Pues al alma de su señor da refrigerio. (Proverbios 25:13)


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LOST

Uno solo sabe dónde está con referencia a los demás, sino está más perdido que un metrosexual en la selva. (Anónimo)



No hay persona más perdida que la que camina con absoluta seguridad, ojos y oídos tapados por su tozudez, al borde del precipicio de la vida.

¿Quién no ha padecido la frustración de no ser ni tan solo escuchado cuando vemos un allegado perdido en su vida? ¿Entonces por qué, cuando de nosotros se trata, negamos a los demás lo que tanto revindicamos?

El sabio es consciente de que no hay viaje provechoso si no lo compartes y compartir no solo es hablar, también es escuchar.

Todos nos perdemos en la vida, y más de una vez, nada nuevo bajo el sol y no conozco a nadie que haya encontrado su vuelta a la cordura sin el apoyo ajeno

El que se niega a escuchar a los que le quieren se está condenando a repetir y ahondar en sus errores.

Aquel que rodeado de gente ignora su entorno está perdido en la multitud, esta lo acabará engullendo si no rectifica.

El amor es un precioso aliado para aquellos que quieren ayudar a los que están “lost” en sus vidas porque alimenta nuestra paciencia, nuestra resiliencia, a las frustraciones que nos ofrecen aquellos que nos ignoran cuando más nos necesitan.

El que está perdido en su propia situación y no busca ayuda piensa que los demás no lo entienden pero no se para a pensar si no es él quien no comprende a los demás.

Si uno se pierde y no escucha a aquellos que lo quieren que hará cuando se dé cuenta de que espiritualmente también está extraviado, ¿Tampoco escuchará a Jesús?

Uno se pierde fácilmente solo pero se salva únicamente acompañado por Jesús y por aquellos que Él Señor pone en su camino.


El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que obedece al consejo es sabio. (Proverbios 12:15)

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miércoles, 3 de mayo de 2017

RESPETO

El respeto es a las relaciones lo que el agua a la vida. Por ello hay tantas flores marchitas en las sendas de los vanidosos. (Anónimo)



Hay quien confunde respeto y estar de acuerdo, respetar es aceptar a los demás con sus opiniones sin por ello compartirlas.

El respeto no se mira de arriba hacia abajo, eso es condescendencia, ni de abajo hacia arriba, eso sería sumisión pero en este segundo caso hay una sola excepción: Dios.

Si no tratamos a los demás con respeto nos estamos denigrando a nosotros mismos aunque no seamos conscientes de ello.

La falta de respeto es plétora de vanidad.

La reverencia es un respeto sin condición previa y con total entrega que, en este mundo se rinde a los reyes y portentosos pero que para los cristianos solo se merece el Dios trino.

El respeto es un acto de amor que tampoco espera nada a cambio y que a menudo recibe menosprecio por respuesta de los necios.

¿Cómo hacer que nos respeten? Respetando a los demás más allá de su condición o de nuestras opiniones.

El respeto de los débiles siempre acaba en rendición, el de los fuertes en victoria, la victoria del amor hacia los demás.

Hay quien no puede entender el respeto hacia los insolentes pero es el único camino para no acabar siendo como ellos.

El respeto es un deber de cumplimiento imprescindible y previo a exigir nuestros derechos.

El respeto es una marca de educación obsoleta en nuestra sociedad moderna que privilegia el hedonismo por encima de todo.

La marca de respeto es el atuendo del creyente en su peregrinaje en camino de santidad, hacia Dios y hacia los demás.

Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. (Romanos 13:7)

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martes, 2 de mayo de 2017

PERSPECTIVA

Cuanto más me alejo mejor lo veo, cuanto más acerco peor lo percibo. ¿Depende de mi punto de vista o de mi vista? (Anónimo)


Maestro y alumno paseaban por el jardín de las ciencias cuando el alumno le preguntó al maestro:

- Maestro, ¿qué es la perspectiva?

- Es la capacidad de abstraer el significado de lo que vemos para entender y comprenderlo mejor.

- Lo siento maestro pero no lo entiendo.

- Acércate a esta rosa… más… todavía más. Ahora que tienes tu nariz sobre ella que ¿me puedes decir de ella?

- Que huele muy bien maestro.

- No te muevas y dime ¿qué me puedes decir del jardín? ¿Qué forma tiene, qué colores predominan?

- No puedo maestro no tengo…

- ¿Perspectiva? Bien, sígueme.

Ambos se alejaron del jardín y subieron sobre la colina que lo dominaba.

- Dime, joven, ¿qué me puedes decir ahora del jardín?

- Pues que es redondo y que es una mezcla de colores donde predomina el verde y el ocre.

- Y ¿qué puedes decirme de aquella rosa que huele tan bien?

- No la distingo maestro. Está en medio del jardín pero desde aquí no puedo diferenciarla de las demás.

- Joven, vivimos nuestra vida con la nariz pegada a todos los hechos que nos suceden y nos cuesta mucho pararnos en el camino para coger un poco de distancia y de altura que nos permitirían ver con perspectiva donde estamos y hacia donde vamos.

- ¿Y cómo se puede conseguir, maestro?

- Hay que saber cuándo uno debe apegarse o distanciarse de los hechos. Si buscas la esencia, acércate. Si buscas la perspectiva, aléjate. Nuestra capacidad en elegir adecuadamente se llama sabiduría.

- Entonces es difícil, maestro, por no decir imposible.

- No lo es joven, solo es cuestión de concienciarse de aquello que pretendemos y de aplicar las enseñanzas de la Biblia. Nuestro Señor Jesucristo fue, es y será el Maestro de maestros y nos indica el camino a seguir. El amor alimenta la paciencia que nos permite distanciarnos de los hechos que nos retan. Ese mismo amor que nos invita a adentrarnos hasta tocar la esencia del dolor ajeno y compartirlo para aligerar la carga de aquel que lo padece. Y esto solo es posible si paramos de mirarnos a nosotros mismos y observamos a los demás con un corazón lleno de amor.

- Entonces maestro entiendo que para tener perspectiva hay que pararse y distanciarse para mejor ver y sentir las cosas.

- Tú lo has dicho, joven. Aquel que sabe cuándo ha de detenerse ha hecho el primer paso para los hechos se alejen de él y pueda observarlos con perspectiva. Intenta imaginarte la perspectiva de Dios desde los cielos. Ciertamente en Él debemos confiar y a Él debemos entregarnos porque es nuestro Dios, omnipotente, omnisciente Rey de reyes, Señor de señores.

- Gracias, maestro creo que ahora me pararé más a menudo.

- Sí, pero ahora no, joven, que tenemos que volver a nuestra escuela antes de que anochezca. ¡¡¡Jajaja!!!


13 !!Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 14 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16 Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; 17 y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado. (Santiago 4:13-17)


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