LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

jueves, 30 de abril de 2020

LA FLOR QUE SÍ HACE PRIMAVERA

No por afán más se consigue, pero sí más se puede perder. (Anónimo)
En el jardín de la Verdad maestro y alumno paseaban cuando el alumno se paró y observando unas camelias que empezaban la floración dijo:

- Maestro, ¿Ya empezado la primavera, no?

- ¿Y por qué lo dices? Joven

- Pues porque es conocido que las camelias son de las primeras flores que florecen en primavera

- Es cierto pero no menos cierto que ahora puedes conseguir camelias todo el año.

- ¿Y eso?

- Pues porque siempre es primavera en algún lugar de la tierra y porque los hombres han desarrollado la floricultura que permite conseguir cualquier flor en cualquier momento reproduciendo las condiciones adecuadas para su floración.

- Sí pero estas están en su entorno natural en este jardín por lo cual debemos estar en primavera, ¿no?

- Tú lo has dicho joven. Cuando dejas las cosas, y las flores, fluir según su naturaleza, siempre nos informan de la realidad que estamos viviendo. Si por lo contrario nos obstinamos a que se produzcan en condiciones artificiales podemos hacer que solo nos digan lo que queremos oír.

- Entonces usted cree que es mejor dejar que los sucesos, o las flores en este caso, sigan su curso natural.

- Siempre que el hombre ha modificado el estado natural de las cosas a su conveniencia, hemos acabado pagando un precio inasumible. Mira el cambio climático, las guerras, la polución, incluso los asuntos del cuerpo y del alma.

- ¿Y por qué sucede eso, maestro? ¿Qué es lo que nos inclina a intervenir?

- Pues porque jugamos a ser dioses en un mundo en el que solo cabe uno. Dios creó el mundo en 6 días y lo hizo perfecto. Nosotros nos hemos dedicado, el resto del tiempo, a destruirlo en todos sus aspectos naturales.

- Es verdad maestro, la naturaleza se está rebelando y nos recuerda, cada día, que nos hemos pasado con ella.

- Así es, y lo mismo pasa con nuestras vidas espirituales. Dios nos dio un primer mandamiento, no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. ¿Y qué fue lo primero que hicimos? Desobedecerle. Después nos dio los 10 mandamientos, ¿y qué ha hecho el hombre constantemente? Desobedecerlos. Y vino Jesús y nos recordó el primer y segundo mandamiento, basados en el amor a nuestro Creador y los demás como a nosotros mismos y ¿qué hemos hecho? hemos fomentado el odio por encima de todo. Por eso cuando hoy vemos una magnolia no podemos estar seguros de que anuncie la primavera salvo que esté en su hábitat natural, en el que se cumplen las condiciones que favorecerán su floración. De la misma forma que no podemos creer en los hombres que nos anuncian la salvación salvo que sean renacidos en Jesús. Y verás hay muchos salvadores de la patria, del mundo que son doctos en advertencias y consejos pero tan necios como ciegos ante la imagen de Jesús. Esos son los peligrosos. Los que hacen que una magnolia no siempre anuncie la primavera.

- Entiendo maestro. Debemos aprender a separar el grano de la paja.

- Bien es verdad, tan seguro como que todos tenemos libre albedrío para elegir nuestro camino. También nosotros somos como las magnolias, llamados a crecer en un entorno natural, sin contaminantes. Pero nuestros jardineros terrenales, los hombres nos cultivan a su antojo y debemos aprender a librarnos de ellos, de su polución, para entregarnos a nuestro Señor y salvador, Jesús. Solo de esta forma podremos anunciar la primavera de nuestras vidas espirituales. Promesas de salvación que solo Jesús es capaz de cumplir. No busquemos a crecer en la ignominia de los hombres sino en el camino de santidad que nos ofrece Jesús.

- ¿Amen! Maestro. Ahora lo veo claro. Hay que saber elegir en quién confiar para no caer definitivamente en el intento.

- Joven, el hombre, desde el primer día de su creación ha reclamado con afán y equivocadamente su libertad cuando los más importante es saber en quién descansar, y ese solo puede ser Jesús.

Se hizo el silencio y continuaron su paseo sosegadamente.

27 Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Lucas 12:27

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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lunes, 13 de abril de 2020

¿QUÉ HEMOS HECHO DE LA CREACIÓN?

Un préstamo solo se devuelve si lo hacemos en las mismas condiciones que lo recibimos. (Anónimo)

La tierra no nos pertenece, somos inquilinos temporales., tiempo de una vida.

Cuando Dios mediante la creación hizo la tierra se complació en su engendro. Tardo 6 días en hacerla y vio que era bueno. Y descansó el séptimo día.

Pero si hoy creyentes y no creyentes hiciéramos una valoración objetiva de lo que hemos hecho con la Tierra, ¿qué podríamos decir sin que se nos cayera la cara de vergüenza?

Si fuéramos los prestamistas, seguro que exigiríamos una indemnización incalculable por todos los daños ocasionados por el prestatario hasta tal punto que, con toda seguridad, lo expulsaríamos para siempre porque no tiene ninguna disculpa.

Si fuéramos el deudor, no podríamos encontrar argumentos sólidos para justificar todas nuestras tropelías acerca del cuidado necesario que exigía y sigue exigiendo el buen mantenimiento de nuestro hogar, la Tierra.

Buscamos colonizar otros planetas cuando somos incapaces de cuidar de nuestra propia morada. Muy típico del ser humano.

La pandemia que estamos viviendo con el Covid 19 es solo un revelador de lo qué somos y de cómo vivimos. A costa de la degradación de nuestro ecosistema, a costa de la degradación de nuestro entorno tanto físico como emocional o espiritual.

Un ejemplo sencillo y magistral que nos enseña este bichito tan contagioso: la ausencia de disciplina en el respeto ajeno. Sea este nuestro vecindario o la propia naturaleza. Con sencillas medidas de protección y de higiene podríamos, no volver a la normalidad pasada porque eso es imposible, pero sí empezar una nueva era de la humanidad basada en el respeto y en la disciplina individual y colectiva. La transmisión solo se produce porque no respetamos las normas de higiene necesarias, no porque nos interrelacionemos.

Cuando nos confinamos estamos intentando curar los efectos del mal, no lo que lo produce. Alguien debería decirlo alto y claro. Alguien debería educarnos e inculcarnos de forma absoluta el civismo que hemos abandonado hace lustros, por no decir que nunca hemos alcanzado. En tiempos pretéritos la educación cívica era una materia que se estudiaba en las escuelas.

Ya se trasnocharon los conceptos de derechos y deberes que nuestra sacrosanta sociedad democrática y capitalista nos ha inculcado hasta la saciedad. No va a ser posible vivir como antes porque los paradigmas han cambiado. Ya no dependemos de cuanto ganamos, cuanto poseemos, cuanto influimos, no. Y aunque todavía estamos intentando salvaguardar lo insalvable de nuestra supuesta libertad, nos estamos dando cuenta que solo limitándola o incluso evitándola conseguiremos sobrevivir.

Ya están levantándose voces que nos advierten de las consecuencias tan peligrosas que acarrearan el control de nuestros movimientos individuales, de nuestra actividad, de nuestra vida en definitiva. Pero si todavía hay, y me apena decir cada día más, personas que buscan irse a sus segundas residencias, que pretenden ignorar la salud de los demás a costa de su propio egoísmo.

La libertad no es actuar según nuestra voluntad. No, eso es libertinaje en todo su esplendor, modus vivendi de nuestra sociedad. La verdadera libertad es amor, es respeto a los demás, es servir el bien común por encima del nuestro. Es preocuparse de los más necesitados por encima de la economía, del dinero, del afán de ganancias y posesiones. Jean Paul Sartre dijo:”mi libertad empieza donde termina la de los demás”. Yo diría que mi libertad no tiene límites sino obligaciones impuestas por el amor a los demás.

Tenemos un reto, cambiar los paradigmas de nuestra sociedad y hacerla respetuosa y auto disciplinada en el verdadero amor hacia los demás. Todo lo contrario de la sociedad decadente en la que estamos encerrados. La democracia ya no es la solución, duró, lo que duró. El capitalismo no nos protegerá de las pandemias, sino que se lo pregunten a los reyes del capital, los americanos.

Ahora es tiempo de reinventarse, de buscar sabiduría y enseñanzas que nos lleven a una nueva era de convivencia con nuestra querida tierra y con todos sus inquilinos. Nunca podremos devolver la tierra a su estado original pero por lo menos deberíamos ser capaces de llegar al final de nuestras vidas con el sentimiento de haberlo intentado. Tampoco seremos capaces de tejer una sociedad que esté basada en el amor ágape pero sí debemos morir intentándolo.

Los cristianos tenemos todo esto incluido en la palabra de Dios, la Biblia. Ya va siendo hora que apliquemos con discernimiento y amor sus enseñanzas. Que dejemos que el Espíritu Santo nos guie en el camino de santidad que debe ser el nuestro. Que seamos buen ejemplo a seguir en los cambios que vamos a vivir.

A los no creyentes, les invito a leer la Biblia aunque solo la consideren como un libro histórico, filosófico o incluso manual de supervivencia. Porque la Biblia es todo esto y mucho más. Es palabra de Dios. Solo en ella se puede encontrar la verdadera definición del amor. Solo en ella se nos advierte desde hace miles de años que esto pasaría. Y el que solo se aferra a los hechos negando la fe de Dios, le diría que todos tenemos fe, incluso aquellos que la niegan la tienen depositada en sus creencias en algo, o alguien. Pero ese algo o alguien es/son los que nos han llevado a donde estamos. Confinados, asustado y desesperados.

Eso sí, si crees en Jesús, su verdad te liberará de tus cadenas seculares y buscaras servirlo y servir a los demás con amor y humildad. Ser ejemplo en momentos de turbulencias es un deber y nuestra libertad como cristianos.

17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. (2 Corintios 3:17)

12 Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna. (1 Corintios 6:12)

15 Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; 16 como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. 17 Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. (1 Pedro 2:15-17)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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viernes, 10 de abril de 2020

SACRIFICIO

Si el sacrificio es una ofrenda, no es humano. (Anónimo)

En estos días tan señalados para los cristianos en los que celebramos el sacrificio más grande que ha conocido y conocerá la humanidad, el de Jesús en la cruz, es bueno ponerle sentido a una palabra que cada vez más está perdiendo su esencia: sacrificio.

Si de ofrenda se trata, la comunidad cristiana ha evolucionado de tal manera que los sacrificios de la antigüedad que eran de animales, se han transformado en actos simbólicos de nuestra fe. Conmemoramos el de Jesús con la liturgia de la Santa Cena, del pan y del vino en los cultos.

Pero ¿y los nuestros, cómo son, de qué se sustentan?

El hombre, si de sacrificarse se trata, a perdido el sentido de su significado porque no hay sacrificio sin amor y este escasea cada vez más en este mundo.

Sacrificarse no es abstenerse de aquello que más nos gusta si no es para darlo a quien más lo necesita. Tampoco es renunciar a una vida cómoda temporalmente si no es para compartir, definitivamente, con los más necesitados nuestras vidas. Sacrificarse nos es, ni puede ser, un contrato temporal al que podemos renunciar cuando mejor nos convenga. Tampoco un acto simbólico que no nos comprometa más allá de nuestras palabras.

El verdadero sacrificio es dar todo lo más preciado que tenemos a los demás hasta llegar a ofrecer su propia vida si es necesario.

Dicho así parece muy melodramático pero la cruda realidad es que de sacrificios solo entendemos cuando se trata de los demás. Ahora cuando es un tema personal tenemos tendencia a girar la cara y el corazón.

Un padre y una madre pueden entender mejor que nadie este concepto cuando de sus hijos se trata. Es más incluso muchos pasan su vida sacrificándose por su prole sin por ello recibir ni reconocimiento, ni gratitud.

El amor no espera nada a cambio se dice. Que frase más lapidaría e incendiaria para nuestro ego, para nuestra vanidad.

Si Jesús no la hubiera aplicado hasta su más profundas consecuencias no habría habido crucifixión.

El sacrificio de Jesús no es una anécdota, no es un acto sibilino y que debía suceder sin más. NO. Era, y sigue siendo, la única forma de pagar nuestra deuda con Dios, por nuestra desobediencia desde el pecado original. Es la consecuencia del peso del pecado de toda la humanidad adentrándose en las heridas de Dios hecho hombre para perdón de nuestros pecados. Es el sufrimiento supremo que redime a aquellos que en ÉL confían.

¿Qué puede haber más exigente para una divinidad que de renunciar a su condición para salvar, a través de su propio sacrificio, a aquellos que constantemente le han defraudado?

Estos días, con el confinamiento, tenemos más tiempo para pensar que para gastar. Nos sobran segundos, minutos, horas, días, semanas y pronto serán meses. Nos sobran tanto que son una tremenda oportunidad para acercarnos a Dios, a Jesús. Para dejar que el Espíritu Santo nos guíe, nos inspire, nos acerque a nuestro Señor y Salvador. Olvidarnos de las series y buscarlo a Él.

La palabra sacrificio solo tiene un representante digno de su significado esencial: Jesús. A Él toda la Gloria, la Honra y el Honor. Su sacrificio no discrimina, todo lo contrario busca aunar a toda la humanidad bajo sus alas protectoras. Qué pena que la humanidad no sepa verlo, que triste.

6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. (Romanos 5:6-8)

20 El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. 22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. (Marcos 10:20-22)

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jueves, 2 de abril de 2020

SOLEDAD CANA

La soledad no es un estado sino un sentimiento del alma. (Anónimo).

En estos días de confinamiento la sociedad ha experimentado un cambio drástico en cuanto a su concepto de la soledad.

Intentamos exorcizarnos de ella mediante video conferencias, llamadas pero la verdad es que nada puede suplir un abrazo, un beso. Y eso ahora está terminantemente prohibido.

Pero hay una soledad que es mucho más que estar solo, es la de sentirse y estar abandonado a su suerte y eso pasa, estos días, cuando te trasladan de casa al hospital porque estas mal. Sin acompañante y con el miedo de entrar en una vorágine de enfermos descontrolados en las UCIS.

Si a esto le añades que eres una persona mayor que viene de una residencia el desasosiego, el miedo, la incomprensión, me imagino, deben aumentarse exponencialmente. Muchas no tienen o no saben utilizar un teléfono y el sentido de abandono a su infortuna debe ser tremendo.

Frente a la enfermedad todos estamos solos porque es personal e intransferible. Pero hay soledades que son diferentes a las demás porque cuando uno sabe que sus seres queridos le anhelan, le aman, le siguen a pesar de los pesares esto siempre es como una luz que se vislumbra al final del túnel aunque nunca lleguemos a ella. Pero cuando al sentimiento de orfandad emocional, que una persona puede experimentar en una residencia de ancianos, se le añade ser tambaleada entre camillas, sillas de ruedas, caos, incomprensión de lo que a uno le está pasando y un pesar en el pecho que en la mayoría de los casos puede con su vida, me imagino el desamparo y la tristeza de esa persona. No puedo pensar en ello sin que me salten las lágrimas de desolación, porque cuantas habrá en esta situación.

En la actualidad estamos oyendo lo que jamás nos hubiésemos imaginado de nuestro sistema sanitario: ante tal avalancha de enfermos en la UCI tenemos que gestionar las prioridades. Eso quiere decir que aquellos que tienen más probabilidades de sobrevivir tienen preferencia. Y claro los ancianos no están en esta categoría. Ya han vivido plenamente su vida se dice. Qué frase tan cruel como injusta. Porque el hecho de ser mayor no debería obviar un derecho a la dignidad humana, y más en los últimos momentos de tu vida.

Soy consciente e infinitamente agradecido, a todo el personal sanitario que trata a estas personas con cariño y amor. Porque los hay y son la mayoría pero la situación de saturación en la que están no da para mucho.

Cada día a las 8 de la tarde aplaudimos en los balcones a todo el cuerpo de salud pública que obra para salvar vidas, y se meren esto y mucho más.

Pero quién piensa en estas personas hartas de días que enfrentan solas y desamparadas su último trance en este mundo.

Creo que un minuto de silencio en nuestros corazones cada día sería lo mínimo, seguido de una oración para el descanso de sus almas abandonadas. La muerte en sí no es una mala noticia porque les brinda la posibilidad de descansar al lado de su creador, y eso es para un cristiano siempre es motivo de alegría. Lo que sí es un hecho lamentable es como llegan a ella.

Tenemos que hacerles sentir nuestro amor a través de nuestras oraciones porque sabemos que el Señor está atento a ellas. Son una franja de la población abandonada a su suerte, no dejemos que esto sea así.

Un último recuerdo para los sinvergüenzas de nuestro mundo, aquellos que están ahora en los Hamptons cerca de New York gastándose el dinero que deberían poner a disposición de los necesitados. O también los privilegiados nuestros, como Aznar, que da lecciones de política y es el primero en romper el confinamiento yéndose con Ana Botella a Marbella.

Nada nuevo bajo el sol, lo que me reconforta es que aquello que es un descanso para los desamparados; la muerte, será para los supuestos ricos y afortunados de este mundo el día de su juicio final frente a Jesús. Y de ese proceso no se escapará nadie.

Mírame, y ten misericordia de mí, Porque estoy solo y afligido. 17 Las angustias de mi corazón se han aumentado; Sácame de mis congojas. 18 Mira mi aflicción y mi trabajo, Y perdona todos mis pecados. (Salmo 25:16-18)

1Jehová es mi pastor; nada me faltará.2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. (Salmo 23:1-4)

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