LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

jueves, 9 de septiembre de 2021

PALABRAS

El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras” Aristóteles


Si bien, esta frase, es verdad para el mundo secular, para los creyentes es incompleta.

Para los cristianos la frase correcta sería, a mi entender:

El hombre es dueño de sus silencios, esclavo de sus palabras, siervo de la Palabra, y libre en ella.


Esto no es un juego de palabras sino el significado real y profundo de nuestra fe. Porque, sin la Palabra, no hay libertad posible Sin la palabra, somos como pollos sin cabeza. Necesitamos abrazarla para que nos cubra con sus alas protectoras. Y no podemos leerla sin la humildad exigida al si Necesitamos abrazarla para que nos cubra con sus alas protectoras. Y no podemos leerla sin la humildad exigida al siervo del VERBO. Porque todo lo que nos enseña es esencial para ver la luz en este mundo de tinieblas, para ser sal y luz en él.

Este mundo más que un mundo de palabras es un mundo de palabrerías donde el peso de cada una se establece según su apariencia más que por su esencia.

Se dice de los sabios que suelen hombres, y mujeres, de pocas palabras. Será por son conscientes de su incapacidad a dominar ese nervio que llamamos lengua.

Es verdad que cuando uno se esfuerza y se obliga a escuchar más que a hablar, nuestro mundo cambia. De repente descubrimos que somos capaces de enriquecernos de los demás, que nuestro ego es una pantalla que nos impide ver nuestro entorno tal y como es. Pensamos que cuanto más hablamos más nos valemos, pero la realidad es que, a cuanta más verborrea, menos escucha, menos humildad, menos sencillez, menos de todos los atuendos imprescindibles para caminar en santidad.

La Palabra es el antídoto a todos nuestros comportamientos impropios. Nos enseña, nos consuela, nos exhorta, nos alivia, nos acompaña, nos acerca a nuestro Creador.

No hay nada más bonito para un anciano que poder y saber transmitir su experiencia a la prole, pero eso, que es un deber y un privilegio, solo se puede hacer desde el amor que nos impone sencillez y humildad. Es tan obvio observar las reacciones impetuosas de nuestros jóvenes que solo con el cariño podemos transmitirles nuestras vivencias para que hagan con ellas lo que mejor consideren. No hay buena enseñanza, en este mundo, que se base sobre la superioridad del maestro, mas sí desde su humildad y cariño. Por eso es tan difícil ser un buen profesor sin amor, a los demás y a lo que uno profesa.

La famosa canción, más conocida para los de mi época (los 60), “Parole, parole” de Dalida nos cuenta el despecho sentido y resentido por una mujer engañada por palabras de su amado. Es que no todo lo que reluce es oro ni todo lo que se dice es palabra justa. Por mucho que nuestro ego intente convencernos de lo contrario.

En un mundo donde impera el ego, las palabras son como notas de una partitura que, por muchas que pongas, no hacen una melodía. La cacofonía de esta sociedad es tan notoria como insoportable.

Dios es el VERBO, esencia de todo, y palabra de vida eterna par nuestro espíritu. Sepamos enriquecernos de ella, compartirla con los demás y no empobrecerlos con la nuestra.


En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. (Juan 1:1)

Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino. (Salmo 119:105)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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