Cuando te sientas superior humíllate ante el Padre porque no estas experimentando una realidad sino la fuerza de tu vanidad. Cuando te sientas inferior agradece al Señor sus sendas porque en ellas encontrarás la fuerza de la humildad. No es más fuerte el que domina a los demás sino el que se domina a sí mismo y comparte camino de compasión con sus hermanos.
"Así que, el que menosprecia, no menosprecia á hombre, sino á Dios, el cual también nos dió su Espíritu Santo." Tesalonicenses 4:8
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