LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

miércoles, 26 de abril de 2017

MEDIOCRE

El color de la mediocridad es el gris, huérfano de contraste y de vida. (Anónimo)


El mediocre se entiende como una persona de calidad media pero en términos de personalidad no hay medias tintas por lo que en realidad el mediocre es un ser vulgar incapaz de compromiso.

La vida de cada persona se califica en función de su legado, los mediocres, ellos, obvian esta parte de su existencia.

Podemos ser buenos o malos, grandes o pequeños, acertados o desacertados pero lo que tenemos que evitar a toda costa es la indefinición del mediocre porque si bien el pecado tiene solución en el arrepentimiento los tibios de corazón no viven se arrastran sin hacia su

La vida del mediocre insulsa, la del comprometido, sabrosa aunque, a veces, por sus errores pueda ser amarga.

El compromiso evita que nuestras dudas nos aboquen a la mediocridad.

Un ser mediocre es digno de compasión, pues suele ser más pobre por dentro que por fuera.

Jesús nos ha pedido ser luz y sal en este mundo, dos elementos que ahuyentan la mediocridad.

La fuerza de compromiso de cada persona es inversamente proporcional a la mezquindad de su pequeñez. Marca la diferencia entre una vida rica o mediocre.

No hay espacio para la tibiez en el corazón, de lo contrario es solo la primera señal de una enfermedad grave del espíritu.

El acomodamiento es uno de los primeros síntomas de la mediocridad. Un fenómeno más frecuente de lo que parece en las iglesias.

Podemos equivocarnos, y de hecho lo hacemos a menudo, pero lo que no podemos hacer es que, para evitarlo, no nos comprometamos en nuestra vida. El error enriquece al humilde de corazón mientras el mediocre se esconde detrás de su cobardía.

14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: 15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. (Apocalipsis: 3:14-16)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de
reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en
Amazon:
http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo

http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/


http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/




Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!

martes, 25 de abril de 2017

ANUNCIAD TODAS LAS PALABRAS DE ESTA VIDA

Las palabras de la vida son, a menudo, silencios escogidos en medio de la vorágine popular. (Anónimo)


El dicharachero es hábil en jugar con las palabras pero no por ello en darles su sentido propio. Vive de su parecer más que de su ser a través de sus dichos.

Cuando queremos convencer a una persona intentamos utilizar aquellas frases que refuerzan nuestra posición y eludimos, amagamos, todo aquello que pueda perjudicarla por temor a ponerla en riesgo. Somos malabaristas con las palabras, o eso pretendemos aunque eso nos obligue a no ser totalmente sinceros.

En una conversación no debe haber vencedores y vencidos, si entendemos este principio de respeto no intentaremos convencer, mas si compartir para que nos enriquezcamos mutuamente.

Si aplicamos esta regla a nuestra vida cristiana le daremos toda su fuerza a la evangelización porque no somos convertidores de almas, solo testigos de Dios y nuestro testimonio debe soportar nuestros hechos. Solo Él toca los corazones y transforma las vidas.

Anunciar todas las palabras no implica convencer, nos obliga a ser exhaustivos y eso solo es posible si nos olvidamos de conseguir un objetivo propio y nos centramos en obedecer a Cristo.

El que se envanece por la fuerza de sus palabras es tan débil como fuerte se cree.

Hoy los comunicadores son maestros en anunciar su opinión mediante palabras convincentes. Qué pena que solo sea para vender sus ideas, olvidándose de la de los demás. Así nació la propaganda en épocas totalitarias.

Si buscamos la voluntad de Dios más que la nuestra encontraremos las palabras de esta vida en el momento oportuno. Si solo buscamos cumplir nuestro designio solo encontraremos verborrea.

Hay personas bendecidas con el don de palabra pero no por ello con el don de su buen uso. La diferencia entre manipular y compartir está en las intenciones y eso Dios lo ve desde que nacen en nuestra mente y en nuestro corazón, mientras los hombres a duras penas descubrimos sus consecuencias.

19 Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: 20 Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida. (Hechos 5:19-20)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:

http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/

Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!

jueves, 20 de abril de 2017

LA MUERTE

La muerte es un acontecimiento con cita previa, que no concertamos nosotros. (Anónimo)


La muerte es, para todos, el fin de lo finito, y para algunos, el principio de lo infinito.

Los hombres la temen desde que apareció el pecado e intentan retrasarla cuanto más mejor pero al final, todos, todos caemos en sus garras.

No solo los años nos acercan a su llegada también nuestras conductas y sobre todo ello la voluntad de Dios. Por ello no hay que preocuparse por

Algunos hombres temen más el dolor de muerte que la muerte en sí porque creen que morir es una liberación. Lo único que obvian es que librarse de este mundo no tiene por qué ser el fin de su sufrimiento, cuando también puede ser el principio de sus tormentos eternos.

De tanto querer retrasar la muerte estamos aumentando nuestra senilidad y eso es un castigo peor que la muerte.

El hombre que teme la muerte y busca la eternidad en este mundo, necio es, pues no es consciente, o peor niega la realidad de Dios que nos enseña a través de su hijo que la muerte en este mundo puede ser el camino de la vida eterna a su lado.

Hay personas a quien les encanta jugar con la muerte, tentarla, como si fuera una compañera que les agracie con su presencia. Ignoran la temeridad que es de tutear aquello que puede arrebatarte la oportunidad de conocer a Dios, como Él nos ha conocido, antes de enfrentarte a ella.

El nacimiento es el principio de todo ser humano y la muerte solo es el fin para aquellos que no están en Cristo, y solo de pensarlo me saltan las lágrimas de tristeza y compasión cuando pienso en allegados míos que se niegan esta oportunidad. Solo puedo orar a mi Padre celestial para qué toque sus corazones y ellos lo escuchen.

¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. (1 Corintios 15:55-57)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:

http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/

Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!

miércoles, 19 de abril de 2017

LA PLENITUD DE LOS DÍAS

Cada día mata el anterior dejando el recuerdo como único rastro de su paso. (Anónimo)
Los días son presencias volubles que pesan según el desinterés que les prestamos. (Anónimo)

En juventud, los días son largos, aplastantes, lánguidos e interminables.

En vejez son escurridizos, imparables, impalpables, huyen tan solo llegar hasta que, un día, no vuelven.

¿Quién puede decir haber vivido todos los días de su vida en plenitud? No hay tanta sabiduría en el hombre para saber disfrutar tal regalo divino.

Buscamos aprovechar nuestra vida, darle sentido, propósito, pero si no buscamos cada día la razón por la que gozamos de tal privilegio ¿cómo vamos a poder ser agradecidos a nuestro benefactor?

El éxito da satisfacción, el amor plenitud. Hay quien vive por conseguir el éxito a costa de sacrificar el amor y vivir una vida llena de vacío. Y hay quien vive por amor a los demás a costa de sacrificar su propio éxito para poder vivir una vida de plenitud.

Para poder gozar de la plenitud de los días hay que hacer de cada día un acto de adoración y devoción a Dios nuestro Padre y creador.

La vida es para algunos la suma de todos los días que han vivido y para otros la de todos los días que les quedan por vivir. Pero para los cristianos la vida verdadera empieza en presencia de Dios y esta no tiene fin.

Los hombres buscan plenitud es sus logros, los creyentes solo en Dios la encuentran.

El corazón es un recipiente que siempre exige estar lleno y de nosotros depende de qué, ¿de acritud o de plenitud?

18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. (Efesios 3:18-19)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:

http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/

Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!

martes, 18 de abril de 2017

EL PODER DE LOS HÁBITOS

El hábito que se transforma en una costumbre insulsa pierde toda su esencia. (Anónimo)


El hombre de buenas costumbres es ejemplo a seguir porque aquello que nos impone buenos hábitos siempre acaba mejorándonos.

Es más difícil obligarse a buenos hábitos que dejarse tentar por malas prácticas. ¿Por qué? Pues porque los buenos nos cuestan y los malos no.

El sabio hace que sus hábitos resulten en buenas obras, el necio hace que sus obras resulten en malos hábitos.

La disciplina mental y espiritual es el principio de todo buen hábito. El laxismo y la vagancia son sus peores adversarios.

Cuando abandonamos los buenos hábitos estamos renunciando al motor de nuestra sabiduría.

Deshacerse de un mal hábito es más difícil que adquirir uno bueno, pues nuestras malas costumbres suelen ser más fuertes que nuestra buena voluntad.

Cuesta más adquirir un buen hábito que cien malos, es propio del pecado ponernos difícil lo bueno y fácil lo malo, no sea que dudemos.

Con el tiempo, el hábito no debe hacernos olvidar la esencia de su sentido, por ello es bueno, de vez en cuando, renovar nuestros propósitos, como si acabaran de nacer.

Las buenas prácticas suelen enriquecer nuestro corazón y el de los demás mientras las malas lo marchitan hasta la muerte.

Nuestros hábitos definen nuestras debilidades y nuestras fuerzas. Son testigos de quién y cómo somos, el espejo de nuestra personalidad.

La mala lengua, en un instante, puede deshacer todo aquello que los buenos hábitos tardaron en construir.

No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. (1 Corintios 15:33)
Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:

http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/

Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!

miércoles, 12 de abril de 2017

REMANENTE

Era se una vez un rio impetuoso que daba vida a cuanto tocaba en sus orillas desde lo alto de la montaña, pasando por llanuras y valles hasta llegar al océano que lo acogía con sus brazos esculpidos en la arena de la playa.

Cada tormenta, cada temporal eran una bendición, pues el rio recogía todas sus lágrimas para hacer de ellas fuente de vida tanto para todas las plantas como para los animales y seres humanos que de él se abastecían. La abundancia era tal que no había cuidados necesarios para ahorrar o no malgastar, siempre estaba el río embravecido para dar hasta la saciedad.

Crecieron especies desconocidas, los animales prosperaron dando alimento a los hombres con abundancia. Las tierras eran fértiles y bondadosas. No era necesario sembrar pues toda semilla era bañada y fertilizada por el río quien devolvía fruto y maná haciendo prosperar sus costales.

Se hizo tan famoso que hombres y mujeres de los secanos abandonaban sus orígenes para instalarse a su vera y poco a poco todo el rio fue abrazado por la presencia de aquellos que de él vivían.

Antes de su nacimiento y crecimiento, el agua era más preciosa que el oro. Los hombres imploraban a Dios en sus oraciones cada día y era un reto peligroso que no siempre era vencido. Tanto los animales como las plantas pero más si cabe los seres humanos estaban constantemente exigidos y solo mediante la fe podían permanecer esperanzados. No era una situación de penuria extrema pero sí de necesidad extrema. El río lo cambió todo y tan rápidamente que todos se olvidaron de dónde venían.

¿Todos? No, existía una tribu en los altiplanos que continuaba con la oración como relación espiritual con Dios, pidiéndole y agradeciéndole cada día de su vida. La renuncia a la abundancia que les ofrecía el río los obligó a mantener la balsa que habían hecho para recoger las aguas de lluvia como desde siempre lo habían hecho. No prosperaron más allá de lo que siempre habían sido pero felices y agradecidos estaban a Dios por permitirles vivir acordes a sus principios y dependiendo de Él.

Un día salió el sol como cada día, y otro, y otro, y otro. Hasta tal punto que a cada día que pasaba el río empezó a menguar. No había nube de promesas ni tormentas de abundancia. Aquello que parecía haber sido una bendición empezó a ser la promesa de una maldición que se estaba cumpliendo. Acostumbrados que estaban todos al malgaste en abundancia fueron azotados con fuerza por las exigencias de la penuria. Entonces se acordaron los hombres de que tenían un Dios, ese mismo que ignoraban desde hacía tiempos desde que el río les daba más de lo que pedían. Se acordaron y volvieron las oraciones y los ritos y los lamentos y la desolación. Y como no vieron sus deseos cumplidos empezaron a adorar a otros dioses en el valle de perdición.

Mientras tanto la tribu del altiplano también notó el cambio de clima y para ellos el efecto fue exactamente el contrario pues el roció de las mañanas continuaba alimentando la balsa, lagrima tras lagrima, de agua y como estaban acostumbrados a ahorrar y respetar cada gota que consumían el sol fue una bendición para ellos y así lo agradecían diariamente como siempre lo habían hecho. La balsa se mantuvo llena inmune a los efectos del sol.

Desde los cielos se veía los resultados devastadores de la sequía alrededor del río Todo lo verde se fue transformando en amarillo hasta cobrar el color del polvo al que se redujo todo aquello que en su momento había sido próspero. Y todas las oraciones de necesidad que nacían de corazones obligados por la situación, pero faltos de fe, no eran respondidas y poco a poco la abundancia se transformó en desierto hasta que el río desapareció y con él toda vida a su alrededor.

La tribu del altiplano renunció a las promesas de prosperidad del río pero nunca se olvidó de su creador y hacedor. Mantuvo su fe y mediante la oración alimento su espíritu. Poco a poco toda la tierra empezó a teñirse de amarillo hasta cobrar el color del polvo. ¿Toda la tierra? No, se vislumbraba desde los cielos, esparcidos pero relucientes puntos verdes que desafiaban esta desolación. Porque en la tierra Dios había prosperado en vida a aquellos que le habían sido fiel, su pueblo verdadero, el remanente por Él escogido y para Él protegido.

También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo (Romanos 9:27)

3 Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme? 4 Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal. 5 Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. 6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. (Romanos 11:3-6)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:

http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/

Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!

viernes, 7 de abril de 2017

¿TÚ O YO?

Cuando hago lo que quiero y no quiero lo que hago, ¿a quién engaño? (Anónimo)


Cuando se trata de tomar decisiones lo primero que pensamos es ¿qué voy a hacer? Y cuanto más difícil y personal sea el problema más nos empecinamos en intentar resolverlo lo mejor que podemos.

Cuando estamos en una situación delicada lo primero que pensamos es en cómo resolverla y aportar la mejor solución. Y qué decir de cuando se trata de algún allegado o hermano.

Y aunque la intención suela ser sincera, desinteresada, si de lo ajeno se trata, la pregunta siempre es ¿Tú o yo? Pero esta pregunta suele estar en el baúl del olvido de nuestra consciencia espiritual. Y aunque que sea la primera a la que deberíamos responder siempre es la última en la que pensamos y esto solo cuando nos sale mal. Porque si nos sale bien nos alegramos de nuestra pericia, de nuestra capacidad, de nuestra autoridad. Pero eso no obvia que sigue estando presente la pregunta ¿Tú o yo?

“Tú” voluntad o la mía, y si la mía no funciona pedimos que la tuya se arrime a ella. Eso es lo que solemos hacer.

Cuando esto sucede es que Dios no es lo primero de nuestra vida. Cuando esto sucede es porque no hemos entendido el significado de “hágase tu voluntad”. Cuando esto sucede es porque ponemos nuestro minúsculo “yo” antes del YO SOY divino y eterno de nuestro creador.

Y no solemos hacerlo con mala intención, sencillamente reaccionamos en lugar de actuar, porque si fuéramos conscientes de lo que nuestros actos simbolizan cuando nuestros hechos son fruto de nuestra voluntad se nos caería la cara de vergüenza.

Hay que aprender a despojarse del atuendo que el pecado nos ha pegado a la piel y eso empieza por, primero, pensar en Dios en cada instante de nuestra vida y de buscar su voluntad.

La impaciencia suele ser un buen aliado del “yo” y la mejor forma de combatirla es pidiéndole a nuestro Padre que desarrolle la humildad en nuestro corazón. Esta nos hará ver que si confiamos en el Señor las cosas se harán en el momento oportuno.

¿Quiere decir esto que a partir de ahora no haciendo nada hemos resuelto el problema? La respuesta es que si actuamos así hemos creado un problema más gordo, si cabe. Nuestro compromiso de buscar la voluntad de Dios implica actuar conforme a sus enseñanzas y estar atentos a lo que Él nos pide que hagamos. Me imagino que la pregunta a esta frase es ¿y cómo sabemos lo que nos pide Dios? Si no buscamos su voluntad no la encontraremos, si no pedimos discernimiento, no se nos dará. Si preferimos nuestras respuestas a la suya no lo hallaremos y si no lo buscamos a Él nunca sabremos lo que nos pide. Si todo fuera más fácil acabaríamos envaneciéndonos de nuestra capacidad de dialogo con Dios y eso sería un gran error porque no es nuestra capacidad sino la suya, una vez más.

La vanidad siempre empieza por el “yo” que menosprecia no solo el “Tú” divino sino también a los demás.

Nuestra vida, si es del Señor, debe ser de obediencia y esta empieza por buscar su voluntad y obrar acorde a ella. Negarse a sí mismo siempre tiene su comienzo dejando de pensar en nuestro “yo” y buscar el “Tú” con la humildad del siervo.

No hay peor castigo que aquel que ensalza nuestra vanidad porque nos sume en el pecado ensalzándonos. El éxito es uno de sus caminos más concurridos. Poner el “yo” ante todo y tener éxito es garantía de olvidarnos de una gran verdad aplastante: la Gloria, la Honra y el Honor solo son de Dios nuestro Padre, Señor y Creador

Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. (Lucas 11:2)

Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. (Lucas 12:47)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:

http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/

Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!

jueves, 6 de abril de 2017

SACRIFICIO

El sacrificio es renunciar a nuestra libertad en uso de nuestro libre albedrío. (Anónimo)


El hombre es capaz de sacrificar su alma antes que sus posesiones. Sus prioridades lo definen y lo juzgan.

Lo bueno del sacrificio es que siempre está motivado por una razón profunda, lo malo es que no siempre es razonable.

El sacrificio puede ser redentor o condenador, depende de quienes son tus dioses o de quien es tu Dios.

El sacrificio puede ser un ritual o un acto de amor. En el primer caso lo hacemos esperando recibir algo a cambio, en el segundo lo hacemos entregándonos por los demás. Querer recibir o desear dar, este es el dilema al que nos enfrentamos constantemente en nuestra vida.

El sacrificio es la victoria del amor sobre la razón. Por ello es tan bueno y tan peligroso a la vez porque, si bien es maravilloso cuando es por amor a los demás, es vulgarmente corriente cuando es por amor al dinero o a nosotros mismos.

El sacrificio es un acto de amor que sí espera algo a cambio, pero no para su autor sino para aquel a quien está destinado.

Los padres solemos ser máquinas de hacer sacrificios para nuestros hijos, es un ejemplo que debería hacernos entender mejor el sacrificio de Jesús en la cruz, porque fue fruto de un amor incondicional más fuerte que su propio dolor. ¿No nos recuerda esto nada cuando de nuestros hijos se trata?

El colmo de la vanidad es sacrificarse para sí mismo.

La humildad hace del sacrificio es un acto de amor tan discreto como eficaz.

Muchos creen que cuando nos sacrificamos perdemos o cedemos algo. La realidad es que cuando es por amor a los demás, siempre salimos victoriosos y enriquecidos.

El sacrificio en la cruz de Jesús es primero un hecho y después un símbolo. Tuvo que padecer la consecuencia de nuestros pecados en lo más profundo de sus carnes. El Dios viviente hizo holocausto de su cuerpo para nuestra salvación.

16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. (1 Juan 3:16)
Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:

http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/

Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!

miércoles, 5 de abril de 2017

BONDAD

La bondad no consiste en querer ser bueno sino en obrar para que lo bueno sea. (Anónimo)


La bondad no es una cualidad que se exhibe, es una inclinación reverente y humilde que se practica con obediencia y discreción.

La bondad no se aprende, nace en nuestro corazón y se desarrolla en las mentes de aquellos que se nutren y comparten el amor ágape como fuente de vida.

Una sonrisa conlleva más bondad que mil talentos de oro por lo que nadie puede disculparse cuando no la obsequia a quien más la necesita.

Se dice de un hombre que es bueno cuando sus hechos son ejemplo de amor y su vida ejemplo de obediencia a Dios.

A todos nos gustaría ser considerados hacedores de bondad pero muchos caen en el camino angosto que exige su tributo porque a menudo confundimos bondad con limosna y eso nos hace ser execrables.

La amabilidad es una forma de bondad en la que el respeto y las formas son tan importantes como el fondo.

La bondad innata es inhumana, los hombres debemos trabajar empecinadamente para que la nuestra emerja de nuestra condición y la domine.

Cada acto de amor es un ladrillo en el muro que separa la bondad de la maldad. No solo resguarda a los demás, también a nosotros mismos.

En esta sociedad la maldad es gratis y la bondad carísima porque actuamos con la razón en lugar de hacerlo con el corazón. Eso hace que, a menudo, la vanidad y el orgullo superen a la humildad y la mansedumbre. Nada nuevo bajo el sol.

La bondad, en su esencia, exige un corazón puro y solo Jesús lo tuvo en este mundo. Por ello es el ejemplo a seguir y la fuente de nuestra inspiración para actuar con bondad.

Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, Pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará? (Proverbios 20:6)

Que Dios os bendiga, Alfons <><


Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:

http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/

Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!

martes, 4 de abril de 2017

EL PARAÍSO, ¿A QUÉ PRECIO?

Maestro y alumno se paseaban por los jardines de la curiosidad cuando de repente se oyó esta pregunta:

- Maestro, ¿cómo es el paraíso?

- No sé cómo es, joven. Lo que sí sé es como no es.

- Pero alguna idea tendrá, maestro. Todos nos imaginamos aquello que deseamos.

- Razón tienes pero no por ello respuesta cierta hay. Cada cual se crea el suyo. El mío es tan sencillo como estar para la eternidad en presencia del Dios trino.

- Sí pero ¿cómo cree que seremos?¿Espíritus, cuerpos impolutos?, ¿Estaremos en el Edén o en la Jerusalén Santa? ¿Qué haremos, cómo nos ocuparemos? Tengo tanta curiosidad maestro que no sé por dónde empezar a preguntarme.

- Los creyentes anhelamos el paraíso como la promesa, que es, de nuestro destino final y como colofón a una vida de sufrimiento en esta tierra ansiamos descansar en la promesa que nos hace Jesucristo, a su lado, en presencia del altísimo. Pero joven si bien no sé cómo será, sí sé lo que deberemos dejar de nuestro pasado secular y no creo que todos seamos conscientes del precio que pagaremos para despojarnos de nuestro pasado pecaminoso.

- ¿Qué quiere decir, maestro? ¿Se refiere a nuestra presentación ante Jesús para juicio de nuestras vidas?

- Este es el primer paso para entrar en el reino de los cielos pero su consecuencia es más profunda de lo que parece.

- ¿A qué se refiere maestro?

- Déjame preguntarte algo para responderte mejor. ¿Tendremos libre albedrío en el cielo?

- Si se refiere usted a la capacidad de decidir, no lo sé. Supongo que sí.

- ¿Entonces quieres decir que volveremos a tener la posibilidad de equivocarnos y pecar de nuevo?

- No, maestro, eso no. El reino de los cielos es sin pecado, ni dolor, ni muerte.

- Tú lo has dicho joven, y la palabra lo establece claramente, en presencia de Dios, solo la pureza es tolerada.

- ¿Entonces maestro quiere usted decir que no tendremos la posibilidad de decidir?

- ¿Es tan importante para ti? ¿Estás dispuesto a pagar el precio del reino de los cielos renunciado a tu libertad terrenal?

Dios, Jesús, la Palabra nos enseñan que solo hay un camino y ese camino es la dependencia total y absoluta de nuestro Padre y creador y eso no admite otra libertad que no sea en Él, por Él y para Él. El pecado nace de la ruptura de esta condición, la ausencia de nuestra inocencia original, de la que debemos estar completamente ungidos. Esa inocencia que nos hace olvidar, sin recuerdos del pasado, lo que fuimos para ser aquello para lo que fuimos creados, la gloria de nuestro Padre. Acuérdate de que cuando Adán y Eva gozaban de ella no eran, ni necesitaban ser conscientes, de su desnudez. El pecado destrozo la inocencia de la que gozaban y les dio la elección que padeció el resto de la humanidad.

- ¿Entonces maestro perderemos nuestra libertad?

- No puedes perder aquello que no te pertenece, como mucho restituirlo a su creador. El hombre vive una vida llena de luchas por su libertad cuando en realidad la promesa divina de su creador se basa en la dependencia total y absoluta. El estado de inocencia original barre toda vindicación de independencia imperfecta para volcarse en la dependencia absoluta de lo perfecto, de lo único puro y sagrado que es el amor de nuestro Padre.

- Ostras maestro, no lo había pensado de esta forma. Es un reto increíble y tan sencillo como brutal para nuestra condición humana. Ahora entiendo por qué usted lo llama precio porque desde luego nos costará sacrificar todo aquello que idolatramos en este mundo.

- Por ello muchos son llamados pero pocos escogidos. Cuando se habla de los cielos a menudo nos lo imaginamos como un mundo perfecto desde la visión imperfecta de nuestro mundo. No sé joven cómo será el paraíso pero estoy dispuesto, es más deseo con toda mi alma renunciar a lo que soy para depender totalmente de mi creador y en Él y con Él vivir por los siglos de los siglos. ¿Y tú joven, estás dispuesto a ello?

- A partir de hoy maestro me prepararé para ello porque no veo mejor manera de imaginarme el paraíso que siendo totalmente dependiente de mi creador.

- Así sea joven, Amen

Y ambos continuaron su paseo hasta el atardecer.

4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. (Génesis 3:4-7)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:

http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/

Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!