Los malos deseos nos hacen pasar de ser amos de nuestros sentimientos a ser esclavos de sus consecuencias.
Hay una mesura para todo aquello que hagamos con mesura, templanza la llaman.
El hombre comedido siempre mide sus palabras con prudencia antes de que se escapen de su boca.
“22 Pero el fruto del Espíritu[a] es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23
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