El alma es el yo divino e infinito de los hijos de Dios.
Solo seremos conscientes de ello cuando muramos y moremos junto a nuestro Padre.
El incrédulo niega su existencia, el creyente cuida su esencia.
Nos creemos propietarios de nuestras almas pero en realidad somos pésimos gestores de ellas de lo contrario seríamos más temerosos de Dios.
El que vende su alma al diablo está de rebajas y lo primero que rebaja es su condición, mal negocio.
"Porque ¿de qué aprovecha al hombre, si granjeare todo el mundo, y perdiere su alma? Qué recompensa dará el hombre por su alma?" Mateo 16:26
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario