El amor al dinero no es amor, es: codicia, avaricia, egoísmo, es la esencia del mal o el mal de las esencias.
Por él se mata, engaña, roba, estafa. Las guerras sin él no serían guerras pero por y con él son destrucción y dolor.
Todo lo que toca el dinero lo ensucia porque hace de unos lo que debería ser de todos.
El dinero seduce, atrae, clama su poder más este es, de sumisión a un becerro de oro.
El pobre anhela ser rico sin temor y el rico teme ser pobre sin anhelo. Ambos yerran porque ¿quién se hundirá más rápido en el fondo del mar: el hombre cargado de monedas o el hombre despojado de ellas?
No dejes que tu vida se contamine con dinero, dale el sitio que se merece en tu escala de valores: necesario pero solo lo imprescindible.
No por tener mucho dinero eres más rico sino compartiéndolo con tus hermanos porque el dinero solo es bueno cuando es de todos y para todos.
No nos olvidemos que el dinero no sirve de nada allá donde vamos
“6Empero grande granjería es la piedad con contentamiento. 7Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto. 9Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden á los hombres en perdición y muerte. 10Porque el amor del dinero es la raíz de todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” 1Timoteo 6:6-10
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