REPOSAR

Reposar es confiar en aquel que puede dar descanso a
nuestra conciencia cargando con sus pesares.

La intermisión de nuestros pensamientos puede dar
reposo o fatiga a nuestro espíritu según la carga que conlleven.

Reposar le ofrece un respiro al laborioso y un
letargo de indolencia al perezoso, efectos opuestos para comportamientos
enfrentados.

Si no sabes en quién confiar ¿cómo sabrás cuándo y
cómo reposar ?

Es más fácil cansarse sin propósito que con. ¿Por
qué? Pues porque el que pretenda descansar en sí mismo se agotará en el
intento, mientras que el que busque el reposo de Dios no sentirá ninguna
lasitud.

Reposar puede ser la calma que precede la tempestad
en un corazón atormentado o la serenidad que le sucede en un corazón
consolado, es nuestra elección.

En nuestra sociedad el descanso parece ser una
indecencia, afanados que estamos todos a ostentar nuestras labores. Pero es
el ejemplo a seguir que nos dio Dios, eso sí, un reposo merecido solo puede
disfrutarse tras una labor bendecida obrando según la voluntad de nuestro
Padre.

“10 porque el que entra en el reposo de Dios
descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas.11
Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo, para que nadie caiga al seguir
aquel ejemplo de desobediencia.” Hebreos 4:10-11

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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