LA CREACIÓN

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DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

jueves, 5 de abril de 2018

SACRIFICIO

Se dice que el sacrificio es un acto de abnegación, que lo es, pero también es un acto de negación, de negarse a sí mismo por el interés de aquellos que amas. (Anónimo)


Sin amor no hay sacrificio, a lo sumo renuncia pero eso no es entregarse, es apartarse.

La paradoja del sacrificio es que cuanto más anónimo más efectivo porque el sacrificio no busca su propia vanagloria sino el bien ajeno.

Ser padre es la mejor escuela de aprendizaje del sacrificio pero no la única porque cuando vivimos en amor con los demás siempre se presentan oportunidades de consumirlo.

El que busca su gloria encuentra su condena, no hay sacrificio que se sostente en nuestro orgullo, eso solo es vanidad.

El sacrificio se puede expresar de muchas maneras pero ninguna de ellas es dolorosa por esencia aunque puedan serlo como consecuencia.

No hay mejor recompensa a nuestro sacrificio que conseguir el propósito buscado, el problema es que no siempre depende de nosotros sino de aquel por quien entregamos nuestro amor.

La personas que se definen como sacrificadas en realidad no lo son porque el sacrificio no se autodenomina, solo los hechos pueden confirmarlos y siempre en el anonimato.

El sacrificio más grande de la humanidad fue ignorado por la mayoría de sus contemporáneos. Jesús fue vilipendiado por todos aquellos que Él quería salvar mediante su sacrificio en la cruz. Es el paradigma de la paradoja de un Dios hecho hombre sacrificándose por amor a sus hijos.

A menudo he pensado que me hubiese gustado vivir en la época de Jesús pero en mismo tiempo me invade una duda tremenda, ¿de qué lado hubiese estado yo? Es fácil decir desde mi punto de vista actual que del lado de Jesús pero en verdad, con la condición que arrastro ¿hubiese sido capaz de discernir el sacrificio que Él estaba haciendo por mí? Tengo serias dudas y aunque todo mi corazón me lleve hacia Él, en aquel momento, no creo que hubiese sido lo suficientemente consciente para entender la magnitud de la situación. Jesús lo sabía, y por ello su sacrificio es tan grande porque nos ama más allá de nuestra condición.

¿Y nosotros amamos a los demás más allá de su condición? Me temo que la respuesta no es tan esperanzadora como la de Jesús. Dedicamos nuestras vidas a enjuiciar a los demás, a esperar reconocimiento y agradecimiento a cambio de nuestro amor, y todo eso no es lo que Jesús nos ha enseñado con su ejemplo.

De cada uno de nosotros depende que el sacrificio de Jesús no haya sido en vano.


14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. (2 Corintios 5:14-15)

34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes. (Lucas 23:34)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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