LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

martes, 14 de diciembre de 2021

SERVIR

El que sirve, sirve. El que no, se sirve. (Anónimo)


Servir implica dependencia, por ello es importante saber y/o decidir a quién rendimos pleitesía. El egocentrismo innato del hombre hace que servirse sea la respuesta natural a nuestros deseos altruistas incipientes.

Cuando se habla de servir, lo primero que viene a la mente de cualquier persona del mundo es, el camarero, el botones y como mucho, el panadero, el charcutero, el carnicero, etc., etc. Y si somos de la alta sociedad, el maître, el valet, la miñona y otros empleados dichos del servicio.

Por otra parte, lo que sirve, solo lo hace por su utilidad y adecuación a la situación o necesidad.

Podríamos pues decir que un buen profesional es aquel que sirve para su oficio.

¿Pero qué significa servir para el oficio? En mi forma de entenderlo se refiere no solo a nuestras aptitudes sino a como las dispensamos. Porque podría darse de alguien dotado que renuncia a ejercer su don para servir a los demás, y que por ello malgasta ese precioso regalo que le ha hecho Dios. Peor todavía, de alguien que lo usa para su propio beneficio.

Los incrédulos nos objetarán que Dios no tiene nada que ver con esto. Pero entonces ¿cómo justifican los dones? Porque si, como lo define la RAE es “una Gracia especial”, solo de Dios puede ser.

Jesús fue el paradigma perfecto de cómo servir, aplicando y enseñando las paradojas como clave de paso para un ministerio perfecto.

En temas de servir, no hay nada más difícil que aquello que parece fácil.

Porque renunciar a nuestro ego nos obliga a aceptar que nuestro “yo” solo existe a través de los demás.

Porque nuestro bien estar depende del bien estar y de cómo tratamos a los demás.

Porque el amor que deseamos recibir nos es posible, si no lo ofrecemos primero, e incondicionalmente, a los demás.

Porque nada es, si nade vale, y servir a Jesús es, ante todo, obrar con la ofrenda de nuestra vida al servicio de nuestro semejante, sin acepciones ni excepciones.

A pesar de lo que uno podría pensar hay más ejemplos de vidas entregadas al servicio de los demás de lo que uno podría pensar y si bien mediáticamente Sor Teresa de Calcuta es un ejemplo ilustre, también hay otros menos conocidos como Vicente Ferrer, Ignacio Echeverría, Gaetano Nicosia, Henri Burin des Roziers, y todos los misioneros que fluyen y destilan amor en un mundo que solo busca servirse de los demás.

La buena noticia es que estamos todos llamados a servir, todos. En nuestro entorno, en nuestras comunidades.

Para ser un héroe no hace falta ser reconocido, es más, la discreción y la humildad son buenas compañeras de viaje de aquel que emprende la senda del amor ágape.

El peligro y la dificultad erradican en que la línea entre servir y servirse es muy sibilina y nuestro ego, a menudo nos juega malas pasadas. Debemos ir con cautela y sobre todo de la mano de Jesús. No nos olvidemos que la obra es suya, nosotros solo somos sus servidores en senda de santificación.

27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve. (Lucas 22:27)

35 Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos. (Marcos 9:35)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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