LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

domingo, 7 de febrero de 2021

CUESTIONAR

Para un científico, cuestionarla enriquece la ciencia. Para un cristiano, envenena la fe. (Anónimo)


La duda es una constante en nuestras vidas y, bien gestionada, es un factor de enriquecimiento y sabiduría. Pero también puede ser nuestra piedra de tropiezo físico, mental o espiritual.

Cuando uno es joven la certeza es un axioma de comportamiento. Todo suele ser blanco o negro, bien o mal. Y por supuesto sabemos distinguir y elegir.

Con el paso de los años, y muchos errores y tribulaciones después, nuestra percepción se agudiza y nuestra mente también, haciéndonos ver todo un abanico de grises que ponen a contribución nuestra capacidad de aseveración binaria. Algunos lo llaman experiencia, otros, sabiduría, pero lo que sin duda es, es acopio de años.

Toda nuestra vida es una lección de amaestramiento y nosotros elegimos las materias que queremos privilegiar y las que no. Acabamos siendo buenos o pésimos alumnos, pero los años nos confieren sus enseñanzas.

Algunos eligen el saber, que no por ello acaban siendo sabios. Depende de su capacidad de dudar de sus certezas y de aseverar sus dudas. Los conocimientos no siempre exigen ser demostrados. Y cuando se trata de Dios solo son para nuestra educación y enriquecimiento espiritual. La fe es la clave de la respuesta a nuestras preguntas y más si consideramos nuestras dudas.

Otros eligen la libertad, convirtiéndola en la mayoría de los casos en libertinaje. ¿Y por qué? Pues porque la libertad no puede consistir en el libre albedrío de una persona sino en el compromiso de respetar a los demás como a sí mismo. Y eso escasea. Hoy la libertad es hacer, cada cual, lo que le da la gana, y así vamos.

Hay tantas opciones de aprendizaje como florilegios en la enciclopedia de la vida. Romances, novelas épicas, dramas, comedias, éxitos, fracasos, constituyen el relato de nuestra existencia hasta que un día se baja el telón.

Si de nuestra fe hablamos la duda es parte de ella, constante y sigilosa en los momentos de desamparo y ausente o discreta en nuestros momentos de gozo y alegría en el Señor. Es buena cuando nos ayuda a retarnos y muy dañina cuando nos invita a desconfiar o retar a Dios. Porque quién somos nosotros para pedirle cuentas a nuestro creador. Si Él actuara de la misma forma con nosotros estaríamos todos condenados de antemano.

Por ello es importante ser conscientes de nuestros límites, pero, sobre todo, de nuestra capacidad en confiar en nuestro Señor y Salvador. A cuanta más duda, más actitud humilde y entregada. Porque todo lo que nos supera Él lo alivia y nos protege.

Esta es la gran diferencia entre un hijo de Dios y los demás, y es que, a pesar de nuestra condición, buscamos constantemente a Dios mientras los demás lo rehúyen.

El antídoto a la duda perniciosa se encuentra en la obediencia a Dios, a su palabra y en las enseñanzas de Jesús en ella. Son alimento de nuestra fe y maná de vida eterna.

A los hombres, se les cuestiona porque en Dios solo, confiamos.

20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?

21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? (Romanos 9:20-21)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:

http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000

http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo

http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/

http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario