El que ve con los ojos y mira con el corazón, oye con sus orejas y escucha con su alma.
El hombre atento a los demás es guardián prudente de su sombra.
Nunca debemos quedarnos con la primera impresión de lo/los que vemos, lo/los que nos dicen. Es tan superficial como, a menudo, engañosa.
Seamos atentos y amorosos, vivamos en harmonía a la escucha los unos de los otros como Jesús nos enseñó, es camino de sabiduría y paz.
“1 Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, 2 haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia” Proverbios 2:1-2
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