De mala compañía es aquello que, en su madriguera, nos aleja de la realidad, mas solo Aquel que nos abre los ojos es cobijo de nuestro corazón.
El que busca amparo en el mundo acabará perdido en el, mas aquel que busca su fortaleza en nuestro Señor en Él descansará.
El hombre, en Dios, tiene su único refugio pero su orgullo lo lleva invariablemente a obviar esta realidad.
"En Dios está mi salvación y mi gloria: En Dios está la roca de mi fortaleza, y mi refugio." Salmo 62:7
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