La solidaridad es comunión mas su ausencia desunión
La solidaridad muerta se limita a compartir bienes materiales, tiene un nombre, se llama trueque.
La solidaridad viva es aquella que hace nuestros los males ajenos para, compartiéndolos, aligerar la carga de los demás como Jesús hizo con nuestros pecados.
El que se adhiere a los designios de buenas obras de sus hermanos en la fe más sólida hace su andadura hacia Dios.
El camino compartido precisa de solidaridad entre peregrinos para su buen fin, el camino solitario obvia lo obvio para perdición.
La solidez de nuestra fe reside en la comunión de espíritu alrededor de nuestro Señor, dando y recibiendo de nuestros hermanos y siendo testigos fieles de ello en el mundo.
“14sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad, 15 como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos.” 2 Corintios 8:14-15
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