TÓXICO

El antónimo de tóxico es puro como el de finito es
infinito o el de humano es divino. Da qué pensar ¿no?

Hay tanto veneno en lo dulce como en lo amargo pero
se ingiere mejor y si bien nuestro cuerpo suele reaccionar a estas
agresiones nuestra mente es mucho más condescendiente.

La lengua es probablemente el elemento más tóxico al
alcance de los hombres, curiosamente también puede ser el más saludable pero
para ello hay que domarla y eso es una ardua tarea.

Cuando la información se vuelve tóxica se transforma
en propaganda y su contenido en veneno emocional.

La única forma de repeler los ataques tóxicos de
nuestro mundo es amparándose en lo puro, en Jesús y la Palabra, únicos
antídotos eficientes.

Cuando pervertimos nuestras intenciones, envenenamos
nuestras acciones con motivaciones tóxicas.

Es más tóxico un predicador vanidoso que un ladrón a
medianoche porque el segundo puede robarte tus pertenencias pero el primero,
si te dejas engatusar, puede robarte tu esperanza.

La seducción es un veneno muy tóxico al que es
difícil resistir, cuando te das cuenta suele ser demasiado tarde.
“7 El *ser humano sabe domar y, en efecto, ha domado
toda clase de fieras, de aves, de reptiles y de bestias marinas; 8 pero
nadie puede domar la lengua. Es un mal irrefrenable, lleno de veneno
mortal.” Santiago 3: 7-8

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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