LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

domingo, 29 de diciembre de 2019

ELECCIÓN

No hay mejor elección que aquella que se sustenta en la duda razonada, porque nos recuerda que lo fácil es difícil y lo difícil todavía más. (Anónimo)
¿Quién no ha tenido que elegir un color, un camino, una sonrisa, un compromiso, etc…?

Nuestra vida es la suma de elecciones que nos llevan a aciertos y errores a lo largo de toda nuestra existencia. Y si miramos con detención nos daremos cuenta que en la vida de un cristiano sus desaciertos son más edificantes que sus éxitos. El mundo suele tratarnos de masoquistas porque piensa que el dolor nos es placer. La verdad es que sin dolor no nos daríamos cuenta que nos hemos roto el brazo, y qué decir si hemos quebrantado nuestra alma.

La Biblia es un máster en paradojas. Afrentas constantes al sentido común pero lecciones magistrales sin parangón. Nos obliga, a la hora de elegir, a pensar en qué es lo que haría Jesús y adaptar nuestra decisión a lo que somos nosotros capaces de hacer para seguir sus pasos. El que pretende hacer lo que haría Jesús sin concienciarse de que nunca llegará a su altura es un inconsciente que no encontrará nunca el buen camino porque este está sembrado de humildad.

Las pruebas son una constante que nos obligan a optar o por la vía de la enseñanza o por la de la complacencia. Esa es la primera prueba de la prueba, la segunda es ¿qué vamos a hacer para que lo malo sea fuente de bonanza en nuestra vida?, ¿cómo vamos a ser capaces de usar la advertencia del dolor para encarrilar nuestra senda y sanar nuestra fractura?

Leer la Biblia es un ejemplo de prueba sencillo pero que esconde un reto tremendo. ¿Seremos capaces de entender todo lo que en ella hay?, ¿o tan solo la mitad?, ¿o tan siquiera una decima parte? Como todo, en las enseñanzas de Jesús, nada es lo que parece. Porque nuestro reto no es de entenderla toda, ni la mitad, ni una decima parte, vanidad de vanidades propias de nuestra condición, no. El reto es de tener la humildad suficiente para aceptar que aquel versículo, aquella parábola, aquel fragmento que Dios nos quiera revelar a su lectura será una inmensidad en nuestra mente y en nuestro espíritu. Un tesoro único para quien lo disfruta. Pero para experimentar esta sensación hay que leerla con asiduidad, con deseo de enriquecerse de la palabra de Dios, evitando la tentación de querer saberlo todo. Porque eso, aparte de no estar a nuestro alcance, es pura vanidad. Llevo varías veces leyendo la Biblia y si tuviera que decir que es lo que me ha revelado a cada lectura confesaría que mucho menos de lo que lo me gustaría pero mucho más de lo que soy capaz de absorber.

El camino hacia Jesús es personal e intransferible, propio de cada cual fruto de nuestras elecciones. Y como buena enseñanza, y otra paradoja más, no es quién más quiere quién más consigue sino, el que sabe, con lo poco, hacer lo máximo de sus posibilidades. Por ello hay que huir de los sabiondos, de los ilustrados de la fe que todo lo explican. Porque si Dios ha puesto una pared entre nuestra mente y su palabra solo Él la puede quitar. Yo tenía esta intención atrevida de pensar que leerla me haría entenderla en su gran mayoría. La verdad es que confieso que cuanto más la leo más preguntas me hago. ¿Querrá eso decir que menos la entiendo? Creo que no, tan solo que, cada vez más, me doy cuenta que, solo con humildad, puedo acercarme a las enseñanzas de Jesús. Que mi lectura es únicamente la bandeja de mi comprensión puesta a los pies de Jesús. Él deposita en ella lo que me conviene y no lo que quiero. También os digo que, cuando algo me es revelado, el gozo que experimento no tiene igual. La alegría, el placer son indescriptible y la consecuencia siempre es mi humillación ante mi Señor y creador, tan sana como necesaria. Por eso la leo cada día con la misma ansía de disfrutar de ella.

El pecado original pretendió que fuéramos dioses a la altura de nuestro Creador. La realidad es que somos pecadores indignos de estar a los pies de Jesús. Nada nuevo bajo el sol.

Mejor es lo poco con el temor de Jehová, Que el gran tesoro donde hay turbación. (Proverbios 15:16)

22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. 23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. (Mateo 25:22-23)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:
http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000


http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/

Església Evangèlica La Gràcia de Déu

Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!

No hay comentarios:

Publicar un comentario