La sed del ama se calma con lagrimas de amor, aquellas que se desprenden de un corazón contrito por su propia culpa.
El agua es vida y solo el sediento pretende sobrevivir porque no se sacia libando el néctar de sus pecados.
El hombre es principalmente agua, con ella vive y sin ella fallece, ley impuesta por nuestro creador y a la que desafiamos cada día buscando jugo dulce en charcas putrefactas de tentación.
Tener sed es de lo más normal, beber también, pero saber de qué fuente sale el maná de la vida, esa es nuestra prueba diaria.
La sed seca nuestra garganta como el mal seca nuestro corazón
Señor, no soy agua de vida, no soy alimento de sustento mas sí pesadumbre de dolor para ti y para los demás. Pero Señor estoy sediento de ti, de tu amor, de tu cariño, de tu compasión porque aunque que nada me merezco tu gracia me redime.
Señor lo único que sé es que tengo sed, tanta sed que ningún manantial de este mundo puede saciarme porque estoy sediento de ti Padre. Amen
"Dios, Dios mío eres tú: de mañana te buscaré: Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y arrida donde no hay aguas." Salmo 63:1
Que Dios os bendiga, Joves, Alfons
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