No hay callejón sin salida mas sí falta de clarividencia para vislumbrarla.
Cuando nuestra mente se ciega en un impasse solo el corazón puede abrirle
los ojos porque con amor siempre hay una solución.
El único impasse de la vida es la muerte, el único impasse de la muerte es
Dios.
A veces pensamos que todo nos sale mal y que no somos capaces de conseguir
aquello que pensamos es lo mejor para nosotros. Caemos en un impasse
desesperante que nos mina el ánimo. Es momento de oración, porque solo
nuestro Padre puede ayudarnos a entender y aceptar aquello que no somos
capaces de asumir. Si en Él confiamos no habrá nunca puerta sin llave ni
callejón sin salida.
El impasse es una falta de perspectiva sobre nuestra propia vida, estamos
tan obsesionados por lo material que solo nos fijamos en el árbol secular
que esconde el bosque espiritual.
La Palabra es destruidora de impasses porque nos ayuda a elevarnos
espiritualmente hacia nuestro Señor y salvador.
El orgullo es constructor de impasses porque nos pega tanto a nuestro pecado
que solo vemos el de los demás.
La amistad y fraternidad son destruidoras de impasses porque siempre se
ofrecen a cambio de nada y ayudan a compartir cargas.
La vida es un laberinto, lleno de impasses en los que nos topamos y caminos
escondidos que ignoramos, el secreto está en tener el punto de mira en Dios
y de esta forma encontrar la salida.
" Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no
permanezca en tinieblas." Juan 12:46
Que Dios os bendiga, Joves, Alfons
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