Un día, una reflexión, un versículo: la mirada tuerta

¿Por qué dejan que una flor les anuncie la primavera y no dejan que la Palabra les anuncie la salvación?
¿Por qué endiosan a los hombres y no aceptan que Dios se hizo hombre para salvarlos?
¿Por qué hablan de amor y no hacen que la paz reine en este mundo?
¿Por qué juzgan a los demás y no temen el juicio divino?
¿Por qué infunden el miedo y no aceptan el temor de Dios?
¿Por qué escuchan palabra ajena y no prestan atención a la de los suyos?

El hombre es iluso ante la realidad, esclavo pero no siervo, justiciable pero no justo. Seducido por lo tentador ahuyentado por lo probador.

No es lo que pretende ser, obviando lo que debería ser.

¿Pero solo son los demás, o nosotros también caemos en estas trampas del pecado?

Hay viga mía, cuan fácil es mirar y juzgar la paja de los demás cuando tú moras en nosotros a tus anchas dejando nuestra mirada tuerta.
“¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.” Lucas 6:42

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