Nuestros miedos son el lastre de nuestras culpas. Queremos tanto ser alguien en este mundo que nos arriesgamos a no ser nada en el reino de Dios.
El miedo de parecer políticamente incorrecto, ingenuo, débil, raro y más y más….. hacen que a menudo escondamos nuestra condición cristiana a nuestro entorno; familia, amigos, colegas de trabajo, de cole.....
Nosotros que somos tan exigentes con los demás en este caso nos hacemos extremadamente condescendientes con nosotros mismos y nos excusamos ante tal actitud bajo mil razones.
Sentir vergüenza de ser cristiano es negarnos a nosotros mismos y al sacrificio de Jesucristo en la cruz.
Es mejor ser excluido del mundo por amor y fidelidad a nuestro Padre que ser excluidos del reino de los cielos por amor y fidelidad a este mundo
¿Quién se avergüenza de tener un Padre amoroso, justo y misericordioso?
Tenemos este privilegio, la vergüenza no tiene cabida donde reina la gloria de Dios.
“Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.” Marcos 8:38
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario