El que perdona se libra de su dolor liberando a su deudor.
La muerte libera el alma del cuerpo para su renacimiento.
Quién se libera de sus cadenas se libra de sus penas.
Solo aquel que, por su sacrificio, liberó nuestro corazón de las garras del pecado puede librarnos de las de este mundo, gracias Señor.
“El cual se dio a si mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo malo, conforme a la voluntad de Dios y Padre nuestro.” Gálatas 1:4
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario