El estomago vacío reclama buen alimento, el corazón vacío lo rechaza.
Los tesoros de este mundo provocan hambruna espiritual en aquellos que en ellos confían.
El alimento espiritual te sacia para la eternidad, el alimento material solo apacigua el momento.
Cuanto más comes más ganas tienes, cuanto mejor te alimentas con menos te satisfaces.
La hambruna espiritual no existe para los hijos de Dios porque la fe es nuestra fuente de vida.
El odio es hambruna de sentimientos que solo puede satisfacer el amor.
Cuando pasamos grandes necesidades el hambre física puede obviar el hambre espiritual, no dejes que el mundo te gane la partida.
“9 Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen. 10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.” Salmo 34:9-10
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario