LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

miércoles, 8 de marzo de 2017

SEÑALES

Hazme una señal cuando vengas hacia mí, pues estoy demasiado ocupado conmigo mismo para percatarme de tu llegada. (Anónimo)

El hombre es tan necio que está dispuesto a recibir señales de otros universos antes que señales de Dios.

Todas las señales no son milagros, mas todos los milagros son una señal, de Dios.

Las señales que no dejan huella son como los gritos hechos a un sordo, esfuerzo perdido en la nada de nuestra necedad.

No todos vemos las mismas señales como no todos sentimos el mismo dolor pero todos debemos enfrentarnos a sus consecuencias.

El que espera una señal sabe cuándo esta se produce, el que está demasiado afanado en sus quehaceres deja que se escape sin darse cuenta de ello.

Hay más señales en nuestra vida que preguntas sin respuestas, el problema es saber ver aquello que a menudo obviamos voluntariamente.

Las señales pueden anunciar un acontecimiento o pueden ser la huella que nos deja un suceso en nuestra vida, pero siempre dejan un testimonio a su paso ya sea en nuestra mente, en nuestro cuerpo o en nuestro corazón.

La luz de un faro es una señal que indica el camino del puerto, la luz de Dios es la señal que nos enseña el camino de salvación.

El corazón ve más señales que los ojos de un lince pero para ello tiene que estar abierto al amor tal y como nos lo pide Jesús.

En nuestro mundo moderno las señales son materia literaria y esotérica, como si el hombre se valiera por sí mismo sin necesidad de signos o advertencias ajenas. Nuestra falta de sensibilidad llega a los confines de nuestro espíritu cauterizándolo de toda capacidad de percepción de las señales divinas. Algunos lo llaman suerte, otros, casualidad negando la realidad de la intervención de quien nos creó.

Lo que para unos es una señal de fuerza puede ser para otros una señal de debilidad. Depende como se mira, si con humildad o con altivez.

La mejor forma de descubrir, ver, entender y comprender las señales que Dios pone en nuestro camino es leyendo su palabra porque en ella está todo aquello que ha sucedido, sucede y sucederá en nuestras vidas.

Las señales solo nos ofrecen aquello que somos capaces de asimilar por ello a menudo no nos dan nada.

17 Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. 18 Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, 19 con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. (Romanos 15:17-19)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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