LA CREACIÓN

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DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

martes, 27 de diciembre de 2016

DIGNOS DE LA SANTA CENA

No hay más dignidad en un dignatario que sus propios méritos lo que lo hace indigno de su cargo si él mismo se los atribuye. (Anónimo)

La dignidad es apropiación indebida, si la exigimos, porque es algo que solo los demás nos pueden conceder sin nosotros pretenderlo.

Somos expertos de la paja en ojo ajeno y negados de nuestra propia viga, por ello nos es fácil considerar quien es digno o indigno de la comunión en Cristo sin considerar nuestra propia condición. La verdad es tan sencilla como inapelable, nadie en este mundo es digno delante de Cristo sino por la Gracia de Dios y menos aquellos que consideran su estatuto por encima de los demás. Solo aquel que nos redimió conoce más allá de nosotros mismos lo que mora en nuestros corazones. Solo Él es sabedor de los que son merecedores y de los que no.

Cuando vemos a alguien que consideramos no debería participar en la Santa Cena, sin acepción de ninguna índole, estamos pecando de soberbia porque ¿quién somos nosotros para escudriñar los corazones? Si tan solo no somos capaces de examinar propiamente el nuestro. Es un acto íntimo y genuino de relación con el Señor a través del recuerdo indeleble de su sacrificio en la cruz para remisión de nuestros pecados. Es un acto personal y no público en el sentido de su liturgia. Eso hace que nadie más que el Señor sea quien juzgue de nuestra sinceridad de corazón.

No sé si es lícito o no tomar la Santa Cena sin ser bautizado, veo muchas interpretaciones de la Biblia sobre ello y no puedo dejar de pensar que solo son opiniones humanas pero cuando leo yo la Palabra no me inspira ninguna respuesta meridiana y mi conclusión es que debo dejar a Dios lo que es de Dios y confiar en su sabiduría y no en mi raciocinio. Lo que sí sé es que en alguna ocasión, por muy respetuoso que haya querido ser, he participado de la Santa Cena sin ser digno de ella, entonces ¿quién soy yo para jugar a los demás?

No sé si es lícito o no tomar la Santa Cena sin ser bautizado pero lo que sí sé es quién es justo para decidirlo y ese solo es Jesús.

El fariseísmo reside en nuestras ansias de querer parecer lo que no somos.

27 De manera que cualquiera que coma este pan o beba esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan y beba de la copa. 29 El que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. (1 Corintios 11:27-29)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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