LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

miércoles, 14 de junio de 2017

EL DIOS VIENTRE

El hambre es necesidad de los pobres y gula de los ricos. (Anónimo)



La mejor respuesta a lo que el vientre nos pide es negárselo hasta que la necesidad sea su verdadera motivación. Porque estamos tan acostumbrados a saciarnos inútilmente que lo único que alimentamos es nuestra ansia y cuanto más engullimos más queremos.

Es así en asuntos del cuerpo pero también en asuntos del alma. Los alimentos espirituales no son suministros a devorar con glotonería, mas sí maná lo suficientemente escaso para no alimentar nuestra vanidad y lo preciso para enriquecer nuestro corazón y nuestro espíritu.

El que se vanagloria de estar saciado espiritualmente lo único que ha conseguido es poner al dios vientre como centro de su vida y eso solo lo aboca a la perdición.

Todos tenemos ganas de alimentarnos pero es conocido que una mala dieta aboca a la obesidad o a la anorexia, ambas frutos del exceso. Nuestro espíritu tiene las mismas necesidades y las mismas debilidades.

¿Quién no ha visto a eruditos obesos de conocimiento de la biblia pero inútiles ejemplos a seguir por su testimonio falto de ejemplaridad.

O ¿quién no ha visto a personas anoréxicas de mente, incapaces de pensar de lo ocupadas que están en engullir los placeres seculares?

El que sigue a Cristo se niega al dios vientre porque sabe que no es aquello que nuestro cuerpo o nuestra mente pide lo que solemos necesitar. Dios es quien mejor que nadie lo sabe y según ello nos cuida.

El ayuno es una disciplina necesaria y enriquecedora porque pone el dios vientre en su lugar, a la cola. Un día sin coger alimentos parece fácil pero conforme van pasando las horas nuestra mente nos reclama su pitanza. Saber resistir a este envite nos hace pensar en la diferencia que hay entre tragar y alimentarse y darle más relevancia a nuestra dieta tanto física como espiritual.

Los seguidores de Cristo son malos anunciantes del dios vientre, los seguidores del mundo son su mejor reclamo.

El cuerpo es un mal necesario en este mundo pero por suerte solo en este mundo.



17 Hermanos, sed imitadores de mí y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros, 18 porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo. 19 El fin de ellos será la perdición. Su dios es el vientre, su gloria es aquello que debería avergonzarlos, y sólo piensan en lo terrenal. 20 Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. 21 Él transformará nuestro cuerpo mortal en un cuerpo glorioso semejante al suyo, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. (Filipenses 3: 17-21)

Que Dios os bendiga, Alfons <><


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