LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

viernes, 30 de junio de 2017

INTERCESIÓN

Cuanto más daño nos causan más tenemos el deber de perdonar, y si nos es imposible, que puede serlo, debemos interceder ante Dios por el causante, porque somos los que más legitimidad tenemos para ello. (Anónimo)


Maestro y alumno se paseaban por los jardines de la curiosidad cuando el alumno le preguntó al maestro:

- Maestro tengo dificultades para entender lo que es la intercesión

- ¿Y qué crees que es? – le preguntó el maestro

- Pues no estoy seguro creo que es mediar a favor de alguien pero no entiendo en qué casos es una intercesión y que casos es una intervención

- La diferencia entre interceder e intervenir es que si bien en el primero actúas, en favor de alguien sin sustituirte a esta persona, en el segundo le arrebatas el protagonismo y lo lideras tú.

- ¿Quiere decir esto maestro que hay momentos en los que debo decidir si me toca a mí o no actuar?

- Siempre actuamos y más todavía cuando decidimos no actuar. Lo importante es entender qué es lo que nos corresponde hacer y con qué legitimidad. Te voy a poner un ejemplo que te ilustrará lo que pretendo decirte. ¿Jesús, en la cruz, perdonó a sus verdugos?

- Pues sí maestro los perdonó

- Joven, y no eres el primero en estar confundido, yo mismo he tardado mucho en entender la realidad y el simbolismo de lo que lleva tras sí, lamento decirte que estás equivocado. Jesús no perdona a sus verdugos, como hombre, hace algo más importante que perdonar.

- No lo entiendo maestro, ¿no les perdona?

- ¿Te acuerdas de sus palabras?”

- Sí, dijo “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”

- ¿Entonces?

- ¿Quiere usted decir que le pide a Dios que los perdone?

- No solo le pide a Dios que los perdone sino que además los disculpa diciendo que no saben lo que hacen.

- Vaya, maestro, he leído tantas veces este pasaje que nunca me he parado a ver este matiz. Jesús es Dios por lo que he interpretado que era Él quien los perdonaba.

- En la cruz es el Dios hecho hombre, y no Dios, quien se crucifica. ¿Y por qué crees tú que actúa de tal manera? Podría haber dicho como tantas veces lo hizo a lo largo de su vida en este mundo, “vuestros pecados os son perdonados”. Por qué crees que no lo dijo.

- No lo sé, maestro, en estos momentos estoy confundido. Todo lo que me está diciendo cambia tanto aquello que creía.

- Cada cual en su corazón debe buscar la respuesta a esta pregunta pero existen algunos elementos que nos pueden ayudar a entender el “por qué” y suelen estar, a menudo, en el “para qué”.

La justica solo es de Dios y los hombres no somos capaces de impartirla con sabiduría y menos con la pureza que requiere. Los hombres somos llamados a perdonar pero cuando el perdón exige justicia somos incapaces de actuar como lo exige la situación. Por ello debemos dejar a Dios que obre con justicia y con amor y en consecuencia interceder por las personas que necesitan de su justicia y de su perdón.

Jesús en la cruz, simboliza está situación en su persona. Nos recuerda que todo puede ser perdonado pero que, no todo está a nuestro alcance perdonar y cuando esto sucede debemos encomendarnos a Dios, nuestro Padre. Jesús, el Dios hecho hombre sufrió lo insoportable para recordarnos cuál debe ser nuestro comportamiento hasta que diciendo “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”, expiró.

La intercesión, joven, es esto. Obrar en discreción y humildad mediando por aquellos que amamos. La oración suele ser la vía más común pero no la única, nuestras obras, movidas por la fe, también pueden llegar a nuestro Padre como intercesión por aquellos que nos han lastimado.

- Ahora lo entiendo, maestro, es un acto de amor y como tal un acto de vida eterna.

- Tú lo has dicho, joven, y no podría decirlo mejor porque la vida eterna es la promesa de amor de Dios para sus hijos. Amen

Y ambos continuaron su paseo dejando que el silencio les hablara.

33 Cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, lo crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. 34 Jesús decía:
—Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. (Lucas 23:33-34)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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