LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

jueves, 1 de junio de 2017

YA NO ME ACUERDO DE MIS SUEÑOS

He soñado tanto que he aborrecido los recuerdos de mis esperanzas. (Anónimo)



De joven mis sueños empezaban despierto, pensado, planificando, proyectando mil y una aventuras y cuando me iba a dormir me concentraba en todos mis pensamientos para darles continuidad. A veces vivía aventuras increíbles mientras descansaba la cabeza en mi almohada. Volaba, vencía, convencía y vivía intensamente mis quimeras.

No importaba la veracidad de mis fantasías eran una manada de esperanza lanzada en el torbellino de mi existencia que me permitían alimentar la ilusión por vivir. Cuantos más avatares en la realidad cotidiana, más buscaba escaparme de ellos a través de mis sueños. Recuerdo que hice varias veces la vuelta a Europa en bicicleta con un amigo y ni tan solo sabía montar en ella. Era mi forma de evadirme de la miseria en la que mis padres y yo vivíamos.

De pequeño uno no necesita nada más que su mente para soñar, el resto es superfluo y no influye en nuestros deseos.

También me acuerdo de sueños terroríficos de los que solo me podía escapar despertándome, sueños que se repetían a pesar de mi voluntad de evitarlos. Sueños que me arrastraban en lo más profundo de mis temores, de mis terrores. Pero siempre acababa despertándome y reconciliándome con la vida porque tenía sueños de esperanza más fuertes que mis pesadillas.

Cuando uno se hace mayor los sueños pierden su magia, pasan a ser quimeras del instante, tan irreales como poco creíbles. Nos olvidamos de proyectarnos en el futuro de lo pendiente que estamos de poder subsistir al presente.

Ya no hay deseo de soñar sino voluntad de querer resistir a los desengaños, a las desilusiones de la vida. Estos mismos que son plato caliente y plato frío cada día de nuestra existencia.

Uno se hace más duro, menos ingenuo e intenta blindarse ante el coste de las emociones traicionadas. Insensible si cabe para no sufrir, evitamos arriesgarnos a querer no sea que nos mortifique como tantas veces pasa. Nos acordamos muchos más de nuestras pesadillas que de nuestras ilusiones y poco a poco nos vamos olvidando de nuestros sueños.

Es curioso porque en realidad la experiencia de la vida nos aboca a lo contrario de lo que deberíamos hacer. La paradoja de la vida es que hay que sentirse morir para darse cuenta que uno está vivo. Y si se trata de nuestro espíritu hay que querer matar esta vida mundana que mora en nosotros para renacer en Cristo.

Renacer en Cristo es volver a la inocencia de nuestra niñez con la consciencia y experiencia de toda una vida. Es volver a soñar que podemos volar, que podemos evadirnos de este mundo secular. Es entregarle todos nuestras penas y descansar en Él. Es sentirse diminuto a su lado pero ser tratado como lo más preciado por su amor infinito..

Es precioso escuchar un niño que cuando nos cuenta sus sueños, nos transporta a nuestra niñez, a la edad donde la inocencia primaba sobre la consciencia y nos daba licencia para soñar.

Un día dije ya no me acuerdo de mis sueños pero desde que conocí a Cristo esto ya no es verdad porque Él es mi esperanza y en Él están todos mis sueños. ¿Y tú ya no te acuerdas de tus sueños?

24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos:
—Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame, 25 porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26 ¿De qué le servirá al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? ¿O qué dará el hombre a cambio de su alma?, 27 porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. 28 De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su Reino. (Mateo 16:24-28)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

Primera edición del libro electrónico con 1 año de reflexiones, versículos e ilustraciones de Manuel Redondo, a la venta en Amazon:

http://www.amazon.com/dp/B00D7IM000
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/

Església Evangèlica La Gràcia de Déu
Ciutat de Balaguer, 40, Barcelona
Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!

No hay comentarios:

Publicar un comentario