LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

martes, 13 de junio de 2017

HORMIGAS BAJO LA LUPA

No vemos las cosas como son sino como somos, eso las hace más difíciles de comprender, porque nuestro raciocinio desvirtúa la realidad a su antojo. (Anónimo)



No hay nada más intrascendente que una hormiga hasta que la miramos bajo la lupa. Entonces se revela su aspecto verdadero y lo que era una mancha negra en movimiento se transforma en un animal inquietante.

Lo que el ojo del hombre no quiere ver, la mirada de Dios lo escudriña. Pretendemos ser como hormigas insignificantes a la mirada de Dios y pensamos que ignorándolo no nos verá pero su omnisciencia nos revela a Él con toda nuestra condición.

Vivimos nuestra vida despreocupados de nuestro verdadero futuro o así lo demostramos por nuestro comportamiento. Cuidamos más el parecer de lo que somos que el ser que se amaga detrás de las apariencias. Muchos nos defenderemos de tal acusación pero la verdad, la que se revela bajo la lupa, muestra que nuestro ego es más fuerte que nuestro amor hacia los demás. Y esta constatación nos obliga a reconsiderar el camino que deberíamos seguir.

Porque somos tan diminutos como las hormigas pensamos que no se nos observa, como Adán y Eva en el jardín del Edén, pero como ellos cuando pecamos descubrimos nuestras vergüenzas y sentimos la necesidad imperiosa de taparlas.

La obediencia es lo más fácil de entender y lo más difícil de cumplir porque si bien actuar como se nos pide está al alcance de cada cual, nuestro ego suele poner fácilmente en cuestión la legitimidad del peticionario, incluso si de Dios se trata.

Es verdad que cuando observamos el mundo nos sentimos diminutos, qué decir cuando consideramos el universo pero lo más importante es ¿cómo nos sentimos cuando estamos como una hormiga bajo la lupa de su creador, del creador del mundo y del universo?

Somos lo suficientemente importantes para que Dios haya sacrificado su hijo por nuestros pecados, somos lo suficientemente importantes para que su gracia nos abra las puertas de su amor, somos lo suficientemente importantes para cada día de nuestra vida sus enseñanzas nos protejan y nos guíen hacia la salvación.

Pero ¿de verdad queremos tener la relevancia, el propósito, la vida para la que Él nos ha creado?

Somos como las hormigas, pero si lo somos de verdad actuaremos como ellas dedicando nuestra vida y nuestra obra a la reina del hormiguero, a Dios.

6 Al ver la mujer que el árbol era bueno para comer, agradable a los ojos y deseable para alcanzar la sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió al igual que ella. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Cosieron, pues, hojas de higuera y se hicieron delantales. (Génesis 3:6-7)

24 Cuatro de las cosas más pequeñas de la tierra son más sabias que los sabios: 25 las hormigas, pueblo que no es fuerte, pero en verano preparan su comida; 26 los conejos, pueblo que no es vigoroso, pero hacen su casa en la piedra; 27 las langostas, que no tienen rey,
pero salen todas por cuadrillas; 28 la araña, que la atrapas con la mano, pero está en los palacios reales. (Proverbios 30:24-28)




Que Dios os bendiga, Alfons <><


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