LA CREACIÓN

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DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

viernes, 28 de julio de 2017

EL CORREDOR DE FONDO

Cuando emprendo una carrera mi reto no es llegar a la meta sino ser capaz de correr, el resto ya llegará. (Anónimo)

Hubo una carrera de fondo muy famosa que tenía por premio que se le concediera al vencedor lo que pidiera. Estaban invitados todos los jóvenes del reino y entre ellos dos hermanos gemelos tan parecidos que solo su interior les diferenciaba, pero eso solo sus padres lo veían. Se llamaban Pedro y Pablo.

La carrera consistía en ser el primero en llegar a la cima del monte perdido. Se veía desde el pueblo y señoreaba todo el valle. Todos aquellos que querían ver el final de la carrera se iban 2 días antes para estar en la cima a tiempo de lo largo y arduo que era el terreno.

Pedro era emprendedor, ambicioso, inteligente y preparó la carrera en sus mínimos detalles. Ya sabía lo que quería como premio, una casa con propiedades para él y su prometida.

Pablo era sencillo, humilde y sabio y preparó su espíritu para el esfuerzo al que se iba a enfrentar. No había pensado en lo que pediría si ganaba pues no contemplaba, a priori esta posibilidad.

Pedro le preguntó a Pablo si ya sabía lo que pediría si ganaba y Pablo le constó con una sonrisa que no a lo que Pedro pensó, normal como no ganará para qué crearse falsas ilusiones.

Antes de la carrera Pedro hizo ejercicios de precalentamiento para estar listo, y fijó su mirada sobre la cima, la meta tan ansiada.

Pablo, él hizo una oración al Señor pidiéndole que le diera fuerzas para proseguir hasta llegar.

La carrera fue como cada año muy dura y a una centena de metros de la meta solo estaban Pedro y Pablo. Pedro con la mirada puesta en la cima y Pablo persistiendo en su esfuerzo. Llegaron a un lugar llamado el paso del diablo. Era un lugar que ofrecía dos opciones y que debido a su frondosa vegetación era de muy difícil paso fuere cual fuere la elección. Además cada año la dificultad era diferente pues la naturaleza por uno de sus caprichos así lo había decidido.

Pedro manteniendo su mirada hacia la meta no dudó, cogió el camino que parecía más recto y Pablo se dejó llevar por una voz interior que le dijo de coger el camino que parecía más largo. Qué sorpresa fue la de Pablo cuando llegando todo el mundo lo felicito como vencedor de la carrera. ¿Dónde estaba su hermano? Este llegó media hora más tarde pues el camino más corto tenía un fangal en el que se había quedado atascado un buen rato.

Pablo advirtió una familia muy humilde entre la multitud, tan humilde que ninguno de sus componentes llevaba zapatos.

El rey llamó a Pablo y le hizo la pregunta ritual:

- Pablo ¿qué quieres? que lo que pidieres te será concedido

Entonces Pablo sin dejar su mente pensar pero dándole la palabra a su corazón dijo:

- Quiero que esta familia tenga sustento y hogar para vivir y que no tengan más que caminar descalzos.

Todo el mundo se giró para ver a la familia mencionada y estos, con cara de sorpresa, respondieron con una profunda sonrisa de agradecimiento.

- Así se ha pedido, así es concedido - dijo el rey.

Todavía se cuenta esta historia en el valle, algunos dicen que es una leyenda pues no creen que nadie sea tan tonto para renunciar a un premio. Otros la ponen como ejemplo de lo que un corredor de fondo puede dar de sí más allá de su esfuerzo.

Cada cual la entiende según su propia condición pero no hay la menor duda que nuestra vida es una carrera de fondo en la que también tenemos que tomar decisiones que nos llevarán hacia un destino u otro.

La moraleja de esta historia podría ser: no te preocupes a donde pretendes llegar, mas sí prepárate para ser capaz de proseguir a lo largo de todas las tribulaciones de tu vida y eso no se consigue con entrenamiento sino con la ayuda y consejo de Jesús y del Espíritu Santo, ellos te harán escoger el camino justo, el camino de los justos.

10 Quiero conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar de sus padecimientos hasta llegar a ser semejante a él en su muerte, 11 si es que en alguna manera logro llegar a la resurrección de entre los muertos. 12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:10-14)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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