LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

martes, 4 de julio de 2017

ASUNTOS ENCUBIERTOS

Es sabiduría del hombre entender que no todo lo puede, ni lo debe, comprender. (Anónimo)


La humildad nos hace conscientes de nuestros límites y de nuestras potestades poniendo cada cosa en su lugar y obrando para que sepamos aceptar con naturalidad nuestras limitaciones.

Todo lo finito tiene fin, hasta en su capacidad de comprensión.

Nuestro afán por querer explicarlo todo nos lleva a la confusión porque cuando perdemos la perspectiva de nuestro propósito nos encontramos con la invectiva de un discurso engañoso para nosotros y para los demás.

El misterio no está en el secretismo sino en ser incapaces de comprender lo que nos es revelado. Y eso no es malo en sí. Cuando esto pasa no es fruto de la casualidad más si obra de causalidad porque es bueno ser conscientes de hasta dónde podemos y debemos llegar.

Los hombres que todo lo explican son parlanchines sin medida pues no hay más sabio que aquel que reconoce que no todo lo sabe.

Los misterios invitan a buscar sus secretos y eso es bueno, siempre y cuando sepamos hasta dónde debemos llegar. Estudiar nos invita a comprender el “para qué” de las cosas y eso es instrucción de la mente y del espíritu. Pero cuando pretendemos explicar el “por qué”, nos enfrentamos a nuestro ego, ese mismo que nos hace creer que somos capaces de estar a la par de nuestro Creador. Pecado de soberbia muy común entre los creyentes, cuando somos invitados a ser, más que los demás, ejemplo de mansedumbre, humildad y obediencia.

Dios en su gran sabiduría es conocedor de los límites de nuestras mentes como somos, nosotros los padres, conocedores de los límites de las mentes de nuestros hijos o ¿no es de necios discutir con un bebé de política (aunque posiblemente tenga mejores respuestas que los adultos)?

La diferencia entre un corazón humilde y uno soberbio está en el conocimiento y reconocimiento de los límites de cada cual y eso empieza siempre por el temor de Dios.

Los sabios no son aquellos que todo lo responden más sí aquellos que saben qué preguntas hacer y cuáles no.

Si Dios hubiese querido que todo lo supiéramos la Biblia sería un libro sin misterios pero no es así. Si a este hecho le buscamos el “por qué” fracasaremos en nuestro propósito porque nunca podremos responder a esta pregunta cómo ser finito que somos. Ahora si bien nos preguntamos el “para qué”, descubriremos el propósito de Dios para con sus hijos y nos deleitaremos en sus enseñanzas si perder tiempo en preguntas existencialistas inútiles.

2 Gloria de Dios es encubrir un asunto, pero honra del rey es investigarlo. 3 Para la altura de los cielos, para la profundidad de la tierra y para el corazón de los reyes, no hay investigación. (Proverbios 25:2-3)
«Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos y mis pensamientos, más que vuestros pensamientos. (Isaías 55:9)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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