YO, ABORREZCO

El horror de la vida que pesa sobre mi alma hace que me desprenda de ella, aunque por ello deba perecer. (Anónimo)

Nuestra sociedad promete felicidad a quien sabe ganársela pero solo ofrece tristeza a quien no lo consigue, que básicamente son la mayoría. Entonces ¿es una promesa o una condena?

Se nos vende que el éxito es señal de abundancia cuando en realidad el éxito nos aísla en una torre de marfil ficticia que nos impide ver la realidad hasta que es demasiado tarde y caemos.

Nos enseñan que todos somos iguales cuando en realidad todos buscamos destacar sobre los demás aunque que sea aplastándolos contra el muro de nuestra vanidad.

Nos inculcan que debemos proteger nuestra libertad a cualquier precio cuando la realidad es que somos esclavos de nuestras ambiciones y rehenes de nuestra soberbia. ¿Cómo podemos proteger algo que no es nuestro y que está por encima de nuestro raciocinio? Porque si bien creemos entender lo que significa libertad la transformamos en libertinaje del cuerpo, de la mente, del espíritu tachándola de pecado.

El hombre busca ser feliz en este mundo cuando no es consciente de que todos los placeres que en él se exponen son falsas promesas. Busca la paz mediante la guerra y eso solo provoca más guerras. Busca placeres sin deberes y eso solo provoca perversión. Busca a sus dioses negando a Dios y se condena a sí mismo.

El mundo aborrece a quienes pretenden despertar las almas perdidas. Porque son un tributo necesario para su gloria decadente y homicida. El mundo aborrece a quienes somos, porque nos reclamamos hijos de un solo Dios, seguidores de Jesús el Cristo crucificado por este mundo inmundo del que nos hemos extirpado y purificado mediante el renacer del bautismo.

Yo, aborrezco a este mundo y aunque en él vivo, de él no soy.

Yo, aborrezco a este mundo y soy testigo de quien me rescató de él por su sacrificio en la cruz, Jesús.

Yo, aborrezco a este mundo pero quiere ser su sal y luz para salvación de todos aquellos que a Dios busquen.

Yo, aborrezco a este mundo pero mientras tenga un atisbo de vida lucharé para serle fiel a mi Padre celestial. En este mundo combatiré contra mi condición, testificaré de mi conversión y moriré para salvación eterna.

Yo, aborrezco a este mundo pero en él vivo y tengo que hacerlo hasta mi último suspiro. Que Dios guie mis pasos y que mi corazón solo deje huellas de amor en todos aquellos que se cruzaron en mi camino, Amen.

25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. (Juan 12:25)

14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. (Juan 17:14)
Que Dios os bendiga, Alfons <><

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