HOSPITALIDAD

La hospitalidad vistosa es jactancia de hechos. (Anónimo)

Mi padre me enseñó que la hospitalidad no es un regalo hacia los demás sino un acto natural y sencillo que debemos practicar sin vanagloria cuando se nos brinda la oportunidad.

Allá donde haya almas perdidas siempre habrá corazones que rebozan de amor para ofrecer la hospitalidad de los humildes, la que asiste a los necesitados sin prejuicios, ni condiciones.

Hay quien confunde la hospitalidad con la ostentación, son aquellos que no pretenden asistir a los demás más sí fardar de sí mismos.

Nos es necesario tener una gran mansión para ser hospitalario, con que tengamos siempre disponible un trocito de nuestro corazón para los demás podremos ser de gran ayuda.

La hospitalidad en zona de confort solo es auto-complacencia, la verdadera hospitalidad nos obliga a salir de nuestra comodidad para cooperar, ayudar, albergar aquellos que los demás ni tan solo miran.

Cada patera que se lanza a la mar es un grito de desesperación que apela a nuestra hospitalidad. Podemos justificar nuestra insensibilidad y falta de corazón aduciendo cualquier excusa pero la realidad es que cada muerto pesa en la conciencia de los que se consideran hijos de Dios. Debemos construir puentes allá donde se necesitan para ayudar a cruzar el torrente del desamor ajeno y así vencerlo.

La hospitalidad no discrimina, de lo contrario es favoritismo y eso es lo peor que podemos ofrecer a los demás en caso de necesidad.

Cuando pensamos ayudar a los demás siendo hospitalarios andamos muy equivocados. Nos estamos ayudando a nosotros mismos a ser quien nuestro Padre celestial quiere seamos, un hijo obediente y amoroso.

El que tiene puede dar y todos tenemos amor en nosotros mismos, la hospitalidad nos hace compartir lo más preciado que tenemos y eso es maravilloso.

Todos los países modernos fardan de su libertad pero a la hora de practicar la hospitalidad hacia aquellos que están privados de ella giran la cara para que no se ponga en peligro su sacrosanto confort. Este mundo reboza de egoísmo y necesita más que nunca de las enseñanzas de Jesús. Ese es nuestro cometido recordarle al mundo por qué y para qué y quién se sacrificó Jesús.

Compartid las necesidades de los santos y practicad la hospitalidad. (Romanos 12:13)

No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. (Hebreos 13:2)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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