LA CUNA DE MIS MALEZAS

Se dice “piensa mal y acertarás”. Una frase tan lamentable como desgraciadamente certera en muchos casos. Victoria pírrica de la condición humana sobre aquel que la profesa.

Todos tenemos malos pensamientos, no son ni buenos ni malos, solo son lo que les dejemos ser. Sin alimento, se marchitarán hasta el desvanecimiento. Bien nutridos nos carcomerán sin merced

En la cuna de mis malezas conviven mi corazón y mi condición. Se debaten para adueñarse de mí. Y por mucho que me pueda repugnar pensarlo, no soy buen pasto. Solo aceptando mi condición la amedrantaré, confiando en el Señor me salvaré, porque únicamente Él lava los corazones de la escoria que los envuelve.

Pensar mal en sí no nos aboca a ser malos, obrar mal sí. La bondad sale del triunfo sobre la maldad, sobre nuestro instinto pecaminoso, del dominio de nuestros actos frente a nuestra mente. Acepta tus pensamientos para adueñarte de ellos y no lo contrario.

Los malos pensamientos son como una semilla invasora que crece entre los matorrales de nuestros sentimientos. Sigilosa y perversa solo nos percatamos de su importancia cuando se ya ha apoderado de nosotros.

Uno puede luchar contra sus malos pensamientos, no impedirlos, pero si los niega nunca los dominará.

Nuestra mente es tierra de abono para la cuna de nuestras malezas. El Espíritu Santo que mora en nosotros es la guía que nos permite salvar la frondosidad de nuestra condición pecaminosa para llegar a prados de bondad y amor. A menudo nos olvidamos de él y queremos resolver nosotros mismos aquello que nos adueña, es un error común de soberbia. Apelemos al Dios trino y a su presencia en nosotros, el Espíritu Santo. De sus enseñanzas en la Palabra sale la guía de nuestra salvación. Amen

Vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos de su corazón sólo era de continuo el mal (Génesis 6:5)

Deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. (Isaías 55:7)

Que Dios os bendiga, Alfons <><


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