Las lágrimas de un corazón
Son testigo de sufrimiento
Y triste llanto la canción
Que gime su lamento
El hombre herido sus penas cura
Mientras el niño es bálsamo
Que con ojos tiernos de dulzura
Cicatriza suavemente el ánimo
La muerte nos golpea con crudeza
Y marca los pasos de nuestro camino
Pero el amor es sello de firmeza
En las grietas de nuestro destino.
Tu partida no es para olvido porque moras para siempre en nosotros, que Dios
te bendiga y te acoja en su seno.
Hasta pronto Albert,
"1Jehová es mi pastor; nada me faltará. 2 En lugares de delicados pastos me
hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. 3 Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4 Aunque ande en
valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 5 Aderezas mesa delante de mí en
presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está
rebosando. 6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los
días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días." Salmo 23
Que Dios os bendiga, Joves, Alfons
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