Para discernir hay que comprender, para comprender hay que entender y para
entender hay que discernir, pero ¿qué es primero?
El que sabe ver lo invisible puede distinguir entre lo que es y lo que no,
su discernimiento es guía en la oscuridad del mundo y su fe marca el camino
a seguir.
El discernimiento es la capacidad de abstraerse de lo que uno ve para ver lo
que uno siente porque solo podemos ver con el corazón las incógnitas de la
razón.
El sabio usa sus conocimientos, el necio abusa de ellos, sin discernimiento.
El que sabe escoger entre la paja y el trigo, sabe leer entre líneas y con
discernimiento separando la mentira de la verdad, es un privilegio del
Espíritu Santo que mora en nosotros.
El discernimiento te da conocimiento, mas la inversa no siempre es porque no
solo come el que tiene hambre también el goloso.
"Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que
por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y
del mal." Hebreos 5:14
Que Dios os bendiga, Joves, Alfons
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