Los hombres han dejado de soñar hace lustros, pretenden poder explicar todo y no sorprenderse de nada, ni su propia necedad les asombra.
El asombro es la manifestación genuina del hombre frente a la sorpresa de lo que contempla, apela a nuestra inocencia y la transforma en admiración, ¿por qué será que ya nada nos impresiona?
Confundimos debilidad y mansedumbre por ello no somos capaces de mirar, con la inocencia del asombro, las maravillas de la creación.
La falta de asombro hace que llamemos casualidad o suerte los milagros de nuestra vida, porque es más fácil negar lo que no entendemos que aceptarlo, no vaya a ser que descubramos nuestras propias limitaciones.
En los cuentos humanos el lobo se come al rebaño, en la Palabra divina el cordero rescata a su pueblo de los lobos del mal, ambos relatos provocan asombro en los niños mas no en todos los adultos porque solo los creyentes
son nuevas criaturas.
El asombro es admiración instintiva, pariente pobre de una sociedad básicamente reflexiva.
Solo Dios es tan grande que nos acoge a todos bajo su sombra, ¿sorprendente? No, asombroso.
"24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu
lecho, y vete a tu casa. 25 Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. 26 Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas." Lucas 5:24-26
Que Dios os bendiga, Joves, Alfons
http://www.facebook.com/UnDiaUnaReflexionUnVersiculo
http://un-dia-una-reflexion-un-versiculo.blogspot.com/
http://undiaunareflexionunversiculo.wordpress.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario