LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

viernes, 18 de mayo de 2012

Un día, una reflexión, un versículo: El ojo del huracán

- Maestro se acerca una tormenta enorme
- Es un huracán
- ¿Y qué es un huracán?
- Es la tormenta de las tormentas, nace de las cálidas aguas tropicales y crece en una espiral devastadora que arrasa todo aquello que cruza en su camino.
- ¿Es terrible pues?
- Para el que no se prepara es mortal, para quien la espera equipado es solo una prueba más de la que saldrá enfortecido.
- No entiendo maestro, ¿Cómo se prepara uno para enfrentarse a un huracán?
- Primero hay que ser atentos a las señales precursoras, el mar y su temperatura, los vientos y su fuerza y dirección y las nubes consecuencia de ambos. Luego debemos elegir un lugar seguro para protegernos. Un lugar lo suficientemente alto para guardarnos de las inundaciones que nos rodearan pero también lo suficientemente protegido para resistir a los fuertes vientos que nos tambalearán. Nos queda ser pacientes y esperar que el huracán pase y la calma vuelva.
- Bueno no parece tan complicado maestro, ¿por qué entonces muere tanta gente en los huracanes?
- ¿Por qué peca el hombre si sabe que pecar es malo?
- Porque somos humanos e imperfectos, maestro esto sí lo se
- Pero no te impedirá volver a pecar, ni a mí. Porque tenemos la temeridad de no ser temerosos de Dios.
- Entonces es normal que mueran estas personas
- Es normal que el huracán sea devastador y el hombre humano. Nuestra vida es un fiel reflejo de cómo se desarrolla un huracán, joven. Nuestra maldad se alimenta de nuestros pecados y así crece la espiral devastadora de la condición humana.
- ¿Entonces, cómo muere un huracán maestro?
- Como muere nuestra maldad. Cuando llega a tierra firme deja de nutrirse de las cálidas aguas engañosas que alimentan su chimenea y acaba perdiendo fuerza y vida. Si somos capaces de ser firmes en nuestra fe y temerosos de Dios, Jesucristo murió en la cruz para redención de nuestros pecados, gracias a su sacrificio llegaremos a la tierra prometida donde no hay lugar para huracanes mas solo para paz y descanso en Él.
- ¿Y ya está?
- No joven no siempre es tan sencillo a veces la tormenta engaña y lo que crees que es su final es solo el ojo del huracán. La calma vuelve y aquel que solo cree lo que ve se deja engañar y sale de su guarida, entonces vuelve la tormenta y se lo lleva. Nuestra vida es una sucesión de tormentas y momentos placidos. A veces las tormentas se transforman en huracanes y, a veces, caemos en el ojo del huracán. Es importante no estar desprevenidos y saber que los momentos placidos no son siempre refugio seguro, pueden ser solo el ojo del huracán. No te olvides nunca joven aprendiz todo aquello que sucede en un huracán sucederá en tu vida. Estés preparado para ello, ora y aprende las enseñanzas de la Palabra que es y será tu guía en todo momento.

“10 Se mofa de los reyes, y de los príncipes hace burla; se ríe de las fortalezas, levanta terraplenes y las toma. 11 Luego pasa como el huracán, y peca porque hace de su fuerza su dios. 12 »¿No eres tú desde el principio, Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos.
Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, Roca, lo estableciste para castigar.” Habacuc 1:10-12

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