EL CORREDOR DE FONDO

Cuando emprendo una carrera mi reto no es llegar a la meta sino ser capaz de correr, el resto ya llegará. (Anónimo)

Hubo una carrera de fondo muy famosa que tenía por premio que se le concediera al vencedor lo que pidiera. Estaban invitados todos los jóvenes del reino y entre ellos dos hermanos gemelos tan parecidos que solo su interior les diferenciaba, pero eso solo sus padres lo veían. Se llamaban Pedro y Pablo.

La carrera consistía en ser el primero en llegar a la cima del monte perdido. Se veía desde el pueblo y señoreaba todo el valle. Todos aquellos que querían ver el final de la carrera se iban 2 días antes para estar en la cima a tiempo de lo largo y arduo que era el terreno.

Pedro era emprendedor, ambicioso, inteligente y preparó la carrera en sus mínimos detalles. Ya sabía lo que quería como premio, una casa con propiedades para él y su prometida.

Pablo era sencillo, humilde y sabio y preparó su espíritu para el esfuerzo al que se iba a enfrentar. No había pensado en lo que pediría si ganaba pues no contemplaba, a priori esta posibilidad.

Pedro le preguntó a Pablo si ya sabía lo que pediría si ganaba y Pablo le constó con una sonrisa que no a lo que Pedro pensó, normal como no ganará para qué crearse falsas ilusiones.

Antes de la carrera Pedro hizo ejercicios de precalentamiento para estar listo, y fijó su mirada sobre la cima, la meta tan ansiada.

Pablo, él hizo una oración al Señor pidiéndole que le diera fuerzas para proseguir hasta llegar.

La carrera fue como cada año muy dura y a una centena de metros de la meta solo estaban Pedro y Pablo. Pedro con la mirada puesta en la cima y Pablo persistiendo en su esfuerzo. Llegaron a un lugar llamado el paso del diablo. Era un lugar que ofrecía dos opciones y que debido a su frondosa vegetación era de muy difícil paso fuere cual fuere la elección. Además cada año la dificultad era diferente pues la naturaleza por uno de sus caprichos así lo había decidido.

Pedro manteniendo su mirada hacia la meta no dudó, cogió el camino que parecía más recto y Pablo se dejó llevar por una voz interior que le dijo de coger el camino que parecía más largo. Qué sorpresa fue la de Pablo cuando llegando todo el mundo lo felicito como vencedor de la carrera. ¿Dónde estaba su hermano? Este llegó media hora más tarde pues el camino más corto tenía un fangal en el que se había quedado atascado un buen rato.

Pablo advirtió una familia muy humilde entre la multitud, tan humilde que ninguno de sus componentes llevaba zapatos.

El rey llamó a Pablo y le hizo la pregunta ritual:

- Pablo ¿qué quieres? que lo que pidieres te será concedido

Entonces Pablo sin dejar su mente pensar pero dándole la palabra a su corazón dijo:

- Quiero que esta familia tenga sustento y hogar para vivir y que no tengan más que caminar descalzos.

Todo el mundo se giró para ver a la familia mencionada y estos, con cara de sorpresa, respondieron con una profunda sonrisa de agradecimiento.

- Así se ha pedido, así es concedido - dijo el rey.

Todavía se cuenta esta historia en el valle, algunos dicen que es una leyenda pues no creen que nadie sea tan tonto para renunciar a un premio. Otros la ponen como ejemplo de lo que un corredor de fondo puede dar de sí más allá de su esfuerzo.

Cada cual la entiende según su propia condición pero no hay la menor duda que nuestra vida es una carrera de fondo en la que también tenemos que tomar decisiones que nos llevarán hacia un destino u otro.

La moraleja de esta historia podría ser: no te preocupes a donde pretendes llegar, mas sí prepárate para ser capaz de proseguir a lo largo de todas las tribulaciones de tu vida y eso no se consigue con entrenamiento sino con la ayuda y consejo de Jesús y del Espíritu Santo, ellos te harán escoger el camino justo, el camino de los justos.

10 Quiero conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar de sus padecimientos hasta llegar a ser semejante a él en su muerte, 11 si es que en alguna manera logro llegar a la resurrección de entre los muertos. 12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:10-14)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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VISIONARIOS

Solo un invidente puede percibir en las tinieblas, eso lo ve hasta un ciego. (Anónimo)

Es curioso que una misma palabra signifique una cosa y su contrario pero así es de la palabra visionario porque si bien puede ser una persona que se adelante a su tiempo y vea el futuro también significa fantasioso y quimérico.

Los profetas fueron visionarios que, a menudo, estaban rodeados de gente que no querían ver más allá de su propia concupiscencia lo que les impedía prepararse para el futuro entendiendo las promesas que les eran anunciadas.

El raciocinio puede ser una arma de doble filo porque si bien nos invita a razonar aquello a lo que nos enfrentamos, no siempre somos capaces de tal actitud porque no todo exige mente también hay cosas que claman espíritu y eso apela a la fe. Querer resolver todo mediante la razón nos impide ser visionarios cuando más lo necesitamos, cuando la situación nos exige superar el conocimiento que nos es negado mediante la confianza y la obediencia en quien hemos depositado nuestra fe.

A todos nos gustaría tener el don de visión, a todos menos a los que lo tienen porque no hay nada más terrible que ver aquello que sucederá y no ser escuchado y menos creído por los afectados. Es la historia del pueblo de Israel y de sus profetas. Es nuestra historia.

Hoy los visionarios se han transformado en futurólogos y ya no tienen visiones sino predicciones. Es el resultado de la mano del hombre que ha transformado un don divino en una rastrera profesión humana.

Hay hombres que no son de su época y viven dos pasos antes que los demás. El resultado es que se caen antes y tropiezan los primeros porque no por ver lo que será antes harás que los demás también lo vean y si se niegan estarás navegando a contracorriente en ríos revueltos.

Jesús no era un visionario, era el visionario. Aquel que sabe lo que ha sido lo que es y lo que será. Nos ha legado sus enseñanzas como camino hacia la salvación, hacia Él y el Padre. Nos ha regalado el precioso don de la fe que nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida para que seamos nosotros también visionarios de nuestro futuro, a su lado, para la eternidad.

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.2 Por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. (Hebreos 8)

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SOLO TÚ

Si no puedes, deja al que sabe y si no sabes deja al que puede. (Anónimo)

Cuando veo el mal que me rodea, solo Tú
Cuando veo el dolor que inflijo, solo Tú
Cuando mi corazón se desampara, solo Tú
Cuando los demás me atormentan, solo Tú
Cuando peco ante tu mirada, solo Tú
Cuando quebrantan tus mandamientos, solo Tú
Cuando me compunjo de pena y tristeza, solo Tú
Cuando se desata la ira de los incrédulos, solo Tú
Ante la pobreza de condición y de espíritu, solo Tú
Ante las enfermedades y las plagas, solo Tú
Ante la falta de amor en este mundo, solo Tú
Ante el orgullo y la soberbia que nos cerca, solo Tú

Señor, yo quiero y no puedo, lo intento y fracaso porque solo soy un pecador más, en un mar de quebranto que ruge irremisiblemente sobre mi consciencia.

Solo Tú puedes animarme, calmarme, ofrecerme una esperanza que sea ungüento de paz.

Solo Tú puedes salvar este mundo que no se merece clemencia. Solo Tú puedes salvarme.

Hoy me doy cuenta, un día más, de lo insignificante que soy en este mundo y de mi incapacidad para remediar lo que SOLO TÚ puedes porque SOLO TÚ eres poderoso y amoroso para imponer justicia y triar la paja del trigo de nuestras iniquidades.

Hoy más que nunca entiendo por qué, sin Tú Gracia nada sería posible. Porque no somos dignos ni tan solo de pedirla y Tú nos la ofreces como hiciste en la cruz.

Solo Tú puedes remediar lo que el hombre ha tachado de forma indeleble con su pecado. Y todos, todos sin excepción necesitamos tu misericordia y compasión como el aire que respiramos.

Ayúdanos Señor. Amen

En paz me acostaré y asimismo dormiré, porque sólo tú, Jehová, me haces vivir confiado. (Salmo 4:8)
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ELECCIÓN

La libre elección no es fruto de la libertad que persigue el hombre, sino consecuencia de a quién se la entrega. (Anónimo)

En tiempos pretéritos la libertad no se entendía como un concepto sino como un modo de vida. En el mundo moderno es una quimera que sirve para atraer las mentes enjauladas en sus propias desilusiones.

Todos tenemos elección, y más aquellos que claman no tenerla, solo que ellos niegan enfrentarse a lo que sus decisiones les obliga.

El hombre se define, no por su habilidad de elección, sino por su capacidad en asumir sus consecuencias.

Elegir parece un acto independiente pero solo lo es cuando actuamos sin cordura. Si nos dejamos guiar por la sabiduría entenderemos que no hay decisión que no sea rehén de sus causas y eso hace que seamos predecibles y falibles, es decir simples seres encadenados a su condición. Por ello siempre hay que encomendarse a Dios porque solo Él es de buen consejo.

La elección mata nuestra genuinidad, nos condena a ser responsables cuando éramos inocentes. Elegimos un camino tortuoso desde Adán y Eva porque el conocimiento no nos libra de sus consecuencias sino que nos encadena a ellas.

El principio de la sabiduría está en el temor de Dios. Si somos conscientes de lo que hacemos entregaremos a Dios todas las elecciones que se presenten en nuestras vidas para que Él nos guie y nos ampare. Si así lo hacemos seremos conscientes de que, nunca por méritos propios, mas sí por Su voluntad y su Gracia, andamos en camino de salvación.

Estar acertado en nuestras elecciones no nos capacita para escoger la de los demás, solo no obliga a agradecer a Dios por su misericordia para con nosotros.

No hay buena elección que no sea manifestada en humildad. La arrogancia destruye lo que la obediencia construye.

Yo no elegí vivir pero sí que de mí depende a quién quiero dedicar mi vida; a Dios o a este mundo. Esta es la verdadera elección a la que nos enfrentamos todos hasta que la muerte nos coja la palabra.

Mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios que habitar donde reside la maldad (Salmos 84:10)

Escogí el camino de la verdad; He puesto tus juicios delante de mí.(Salmo 119:30)
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YO, ABORREZCO

El horror de la vida que pesa sobre mi alma hace que me desprenda de ella, aunque por ello deba perecer. (Anónimo)

Nuestra sociedad promete felicidad a quien sabe ganársela pero solo ofrece tristeza a quien no lo consigue, que básicamente son la mayoría. Entonces ¿es una promesa o una condena?

Se nos vende que el éxito es señal de abundancia cuando en realidad el éxito nos aísla en una torre de marfil ficticia que nos impide ver la realidad hasta que es demasiado tarde y caemos.

Nos enseñan que todos somos iguales cuando en realidad todos buscamos destacar sobre los demás aunque que sea aplastándolos contra el muro de nuestra vanidad.

Nos inculcan que debemos proteger nuestra libertad a cualquier precio cuando la realidad es que somos esclavos de nuestras ambiciones y rehenes de nuestra soberbia. ¿Cómo podemos proteger algo que no es nuestro y que está por encima de nuestro raciocinio? Porque si bien creemos entender lo que significa libertad la transformamos en libertinaje del cuerpo, de la mente, del espíritu tachándola de pecado.

El hombre busca ser feliz en este mundo cuando no es consciente de que todos los placeres que en él se exponen son falsas promesas. Busca la paz mediante la guerra y eso solo provoca más guerras. Busca placeres sin deberes y eso solo provoca perversión. Busca a sus dioses negando a Dios y se condena a sí mismo.

El mundo aborrece a quienes pretenden despertar las almas perdidas. Porque son un tributo necesario para su gloria decadente y homicida. El mundo aborrece a quienes somos, porque nos reclamamos hijos de un solo Dios, seguidores de Jesús el Cristo crucificado por este mundo inmundo del que nos hemos extirpado y purificado mediante el renacer del bautismo.

Yo, aborrezco a este mundo y aunque en él vivo, de él no soy.

Yo, aborrezco a este mundo y soy testigo de quien me rescató de él por su sacrificio en la cruz, Jesús.

Yo, aborrezco a este mundo pero quiere ser su sal y luz para salvación de todos aquellos que a Dios busquen.

Yo, aborrezco a este mundo pero mientras tenga un atisbo de vida lucharé para serle fiel a mi Padre celestial. En este mundo combatiré contra mi condición, testificaré de mi conversión y moriré para salvación eterna.

Yo, aborrezco a este mundo pero en él vivo y tengo que hacerlo hasta mi último suspiro. Que Dios guie mis pasos y que mi corazón solo deje huellas de amor en todos aquellos que se cruzaron en mi camino, Amen.

25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. (Juan 12:25)

14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. (Juan 17:14)
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ADELANTE

Todo aquello que me hace caer motiva mis ánimos de levantarme una vez más porque yo sé de dónde vengo, adónde voy y sobre todo quién me acompaña. (Anónimo)

Los viajes siempre nos invitan al respeto, sobre todo cuando es hacia lugares desconocidos. El miedo de perderse, de que nos decepcione, de que no encontremos lo que buscamos, siempre ronda en nuestra cabeza cuando exploramos lugares desconocidos.

Y que decir si lo que se preveía un paseo se transforma en un camino de cruz. Entonces empiezan los remordimientos, los viajes al pasado con el intento absurdo de querer cambiarlo. Quién no ha dicho” si volviera a pasar nunca lo haría” pero la verdad es que si volviera a pasar probablemente volveríamos a errar, o no. Porque equivocarse solo es un error si no aprendes de ello, si aprendes equivocarse se transforma en enseñanza y te ayuda a levantarte una vez más para seguir adelante.

Hay mucha gente que camina con la mirada puesta hacia atrás, son los primeros en tropezar en cualquier obstáculo que se les presente.

Otros se dedican a mirar tan lejos que ignoran lo que se les presenta ante sus propias narices y también topan con la cruda realidad que los hace tambalearse y caer sin previo aviso.

Otros se sienten tan seguros de sí mismo que no quieren compañía porque prefieran llegar los primeros antes que compartir. Estos no solo son los primeros en perderse sino que además su propia voluntad los asola en su miseria y reciben de su propia medicina un ungüento que en lugar de aliviar aviva sus heridas, la soledad.

Los que realmente siguen adelante firmes y fuertes más allá de sus caídas son aquellos que comparten su viaje con los que también buscan el camino de salvación. Son aquellos que saben que solos no son nada, ni mal acompañados tampoco pero que, con aquellos que han manifestado, como ellos, que creen en un solo Señor y Salvador, Jesús, deciden emprender el camino angosto y lleno de tribulaciones que les hará tropezar, caer, herirse e herir, que les hará sufrir y angustiarse pero que sobre todo les hará ir hacia delante, hacia la promesa divina de descansar para la eternidad curtiendo su alma. Ese camino por muy inhóspito que parezca es el mejor, por muy duro y difícil que se nos antoje es el único a seguir. Y lo más importante de todo es que nunca vamos a estar desamparados porque Jesús nos acompañará y el Espíritu que mora en nosotros nos guiará haciendo que seamos buenos los unos con los otros en estas andaduras.

Solo hay una manera de seguir adelante en este mundo secular y es de la mano de Jesús. Amen

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (Isaías 41:10)

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SÍNDROME DE DOWN: LA GRACIA DE DIOS

Las diferencias no están hechas para rechazo de la mente sino para acercamiento del alma. (Anónimo)

Si un síndrome es el conjunto de síntomas característicos de una enfermedad, todas las almas benditas calificadas como Síndrome de Down deberían ser clamadas como Gracia de Dios porque no hay una sola mirada de ellos que no refleje la inocencia, la fragilidad y la pureza que tanto nos negamos a nosotros mismos.

Albergar a personas diferentes es un reto en nuestra sociedad, pues todo invita a las excelencias de la normalidad y todo lo que la rompa nos incomoda, nos interpela y eso no nos gusta sobre todo cuando no sabemos que repuesta darle.

Ayer vi el primer joven con la Gracia de Dios ser cinturón negro de judo. Eso muchos lo verán como una necesidad de normalización, de integración de los discapacitados pero nos es así. La discapacitación es nuestra de no saber sentir con amor a personas que por parecer diferentes no son menos importantes en nuestras vidas. Que por parecer diferentes no son inferiores mas si un ejemplo de sencillez y naturalidad, que por parecer diferentes no se merecen nuestra piedad condescendiente pero sí nuestro amor genuino como lo son sus vidas.

Buscamos constantemente ejemplos a seguir, admiramos personas con logros deportivos, profesionales, artísticos pero tenemos el mejor ejemplo de una vida propia de la inocencia que todos deberíamos tener en los Agraciados de Dios y los encasillamos como discapacitados quitándoles la relevancia ejemplar que tienen en nuestra sociedad por no decir suciedad.

Los Agraciados de Dios son como un faro en medio de la mar embravecida y de todos los arrecifes que la rodean, invitando los barcos que son nuestras vidas a embarrancarse en ellos. Sí les prestáramos atención y siguiéramos muchos de sus ejemplos no acabaríamos como escollos abandonados por nuestra condición pecaminosa.

Cuando cruzo la mirada de una persona con la Gracia de Down mi corazón se conmueve del amor más puro que albergo en él. Su mirada es capaz de hacerme sentir la bondad que escondo en lo más recóndito de mi interior viendo reflejada la suya.

Cuando cruces la mirada de una persona con la Gracia de Down acuérdate que son tanto, o más, hijos de Dios que la mayoría que así califican. Son un recordatorio constante a nuestro espíritu de lo que Dios espera de sus hijos, la inocencia impoluta de sus almas. Esto será cuando nos reunamos con Él pero tenemos que acercarnos lo más posible a ello hasta que nos presentemos ante nuestro Padre.

6 Lavaré en inocencia mis manos, y así, Jehová, andaré alrededor de tu altar (Salmo 26:6)

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ALIMENTACIÓN SANA

Es curioso que en una sociedad repleta de dietas la única saludable trate el alma. (Anónimo)

El hambre es una sensación que, cuando nos acecha, hace que nos olvidemos del resto y nos concentremos en cómo conseguir saciarla. Por ello es importante decidir de qué queremos sentir necesidad y no con qué vamos a resolver nuestra hambre porque Dios es quien provee saludablemente y no los hombres.

Las pautas y los buenos hábitos son imprescindibles para conseguir una alimentación sana. La lectura de la Biblia y la oración son el pan y el agua de nuestro espíritu, acostumbrarse a leerla cotidianamente y orar no solo por las necesidades pero también por las bendiciones recibidas son prácticas que debemos incluir en nuestra vida, no como rutina, más sí como necesidad imperiosa de una alimentación sana.

Alimentarse sanamente exige ser consciente de nuestras carencias para proveer el nutriente adecuado. Esto que parece evidente en temas del cuerpo es más complicado en temas del espíritu porque normalmente son nuestras propias insuficiencias quienes nos impiden reconocer el alimento adecuado para nuestro espíritu aunque este siempre esté en la Palabra del Señor.

Si no nutrimos nuestra mente con las enseñanzas de Jesús ¿con qué se saciará? ¿Con la de los hombres? No podemos permitir que nuestro espíritu se corrompa con doctrinas seculares tan propias de nuestra sociedad porque a cada paso que damos en esa dirección nos alejamos irremisiblemente de Dios.

Una buena alimentación sacia, y nos hace sentir mejor, que es exactamente lo que hace la Biblia cuando la leemos con el estómago de nuestra mente abierto a sus enseñanzas.

Saber resistir a las tentaciones es parte de una dieta saludable. Requiere mucho esfuerzo armarse de voluntad para negar lo fácil cuando sabemos que el camino será angosto y lleno de pruebas. Pero solo se llega a lo bueno venciendo lo malo y eso es una condición sine qua non en la vida de un cristiano, la que exigió una paradoja divina, que Dios se hiciese hombre para sacrificarse por nosotros y salvarnos.

Cuando uno se siente harto, en una comida, suele ser porque se ha excedido o porque ha decidido no comer más. Uno podría pensar que eso también ocurre en materia espiritual, de hecho más de uno ha manifestado en algún momento su lasitud por leer, o aprender, o escuchar la palabra. Pero hay una gran diferencia entre lo material y lo espiritual. Si bien nuestro cuerpo tiene el límite que nuestros estomago le permite nuestra mente y nuestro espíritu son esponjas sin fin y de necio y soberbio es pensar o sentir lo contrario. Solo Dios sabe lo que nos conviene y cuanto somos capaces de absorber. Dejemos que nos alimente hasta la salvación.

4 1Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. 2 Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, sintió hambre. 3 Se le acercó el tentador y le dijo:
—Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
4 Él respondió y dijo:
—Escrito está: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mateo 4:1-4)

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VACACIONES

El agua, como el alma, reposando se desprende de sus impurezas. (Anónimo)

Se dice de un hombre que fue condenado a perpetuidad por un crimen que no cometió que, cada año en la época de vacaciones, sacaba de una carpeta una foto marchitada por los años que representaba una montaña, la pegaba en la pared opuesta a su cama, y se quedaba horas mirándola. Un día le pusieron un compañero de celda y este viendo el comportamiento tan peculiar le preguntó:

- ¿qué haces, tomándote unas vacaciones?
- No, - le respondió su compañero – contemplando la creación de Dios.
- Pero si tu Dios te ha puesto aquí ¿no sería mejor pedirle cuentas?
- Estoy más libre que muchos de los que están ahí fuera
- Pues yo te veo muy prisionero
- Las verdaderas cadenas no son de hierro son nuestra condición que nos amordaza a la secularidad de este mundo.
- No me vengas con milongas, estas en la cárcel, injustamente según el decir de muchos y encima dices que estas libre. Es absurdo.
- ¿No es más absurdo poder estar libre y quedarse amordazado por nuestro propio empecinamiento? Dios me ha liberado haciéndome rehén de los hombres y por su Gracia me siento en paz y dichoso por ello.
- No te entiendo, ¿estás agradecido a un Dios que te castiga y te deja sin el simple placer de poder hacer vacaciones? Tío, eres tonto.
- ¿Qué haces en esta época en la que la gente se va de vacaciones y tú estás encerrado entre estas cuatro paredes?
- Pues pienso en lo que podría estar haciendo ahí fuera, en todo aquello que haré cuando salga. Tengo rabia, mucha rabia, por la impotencia de no poder disfrutar como los demás ¿Y tú con tu postal de montañas, qué haces tú?
- Descanso mi alma contemplando la creación de Dios. El resto del año estudio la palabra de Dios esforzándome para complacerlo pero también es necesario pausar el esfuerzo y acercarse a Él mediante el reposo que nos bridan las vacaciones, en la cárcel también…

Su compañero se quedó atónito, su expresión solo manifestaba incredulidad y menosprecio a lo que estaba escuchando. El otro continuó:

- …Sabes no hay gran diferencia entre los que están fuera de los muros de esta prisión y nosotros, todos necesitamos momentos de descanso, pero de la misma forma que con nosotros esos momentos no nos harán salir de la cárcel, tampoco les permitirán a los de fuera olvidarse de su realidad, de su propia prisión. Las vacaciones son una oportunidad de acercarnos de una forma diferente a la realidad que nos envuelve. Tú te la imaginas fuera de esta cárcel y pudiendo disfrutar de aquello que aquí te es prohibido. Yo la vivo desde dentro con la esperanza de vida eterna.

- Pues que no sea como la que tienes ahora porque vas apañado, jajaja

- El cristiano, como todo hombre, necesita reposo de todo aquello y aquellos que lo cargan a lo largo de su vida y para ello aprovecha las vacaciones, pero Dios no es parte de la carga. Todo lo contrario, Dios es quien nos da la paz para un descanso regenerador y a Él nos debemos acercar aún más en momentos de sosiego. En el séptimo día de la creación Él descansó y nos enseñó lo que significa esforzarse y reposar…
- Ya, ya, ya, blablablá…

Ambos murieron en la cárcel pero se comenta de aquel que tenía la postal en la pared murió con la mirada puesta en la montaña con un rostro lleno de paz mientras su compañero falleció con una expresión de terror mirando hacia el vacío.

El séptimo día concluyó Dios la obra que hizo, y reposó el séptimo día de todo cuanto había hecho. (Génesis 2:2)

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HOSPITALIDAD

La hospitalidad vistosa es jactancia de hechos. (Anónimo)

Mi padre me enseñó que la hospitalidad no es un regalo hacia los demás sino un acto natural y sencillo que debemos practicar sin vanagloria cuando se nos brinda la oportunidad.

Allá donde haya almas perdidas siempre habrá corazones que rebozan de amor para ofrecer la hospitalidad de los humildes, la que asiste a los necesitados sin prejuicios, ni condiciones.

Hay quien confunde la hospitalidad con la ostentación, son aquellos que no pretenden asistir a los demás más sí fardar de sí mismos.

Nos es necesario tener una gran mansión para ser hospitalario, con que tengamos siempre disponible un trocito de nuestro corazón para los demás podremos ser de gran ayuda.

La hospitalidad en zona de confort solo es auto-complacencia, la verdadera hospitalidad nos obliga a salir de nuestra comodidad para cooperar, ayudar, albergar aquellos que los demás ni tan solo miran.

Cada patera que se lanza a la mar es un grito de desesperación que apela a nuestra hospitalidad. Podemos justificar nuestra insensibilidad y falta de corazón aduciendo cualquier excusa pero la realidad es que cada muerto pesa en la conciencia de los que se consideran hijos de Dios. Debemos construir puentes allá donde se necesitan para ayudar a cruzar el torrente del desamor ajeno y así vencerlo.

La hospitalidad no discrimina, de lo contrario es favoritismo y eso es lo peor que podemos ofrecer a los demás en caso de necesidad.

Cuando pensamos ayudar a los demás siendo hospitalarios andamos muy equivocados. Nos estamos ayudando a nosotros mismos a ser quien nuestro Padre celestial quiere seamos, un hijo obediente y amoroso.

El que tiene puede dar y todos tenemos amor en nosotros mismos, la hospitalidad nos hace compartir lo más preciado que tenemos y eso es maravilloso.

Todos los países modernos fardan de su libertad pero a la hora de practicar la hospitalidad hacia aquellos que están privados de ella giran la cara para que no se ponga en peligro su sacrosanto confort. Este mundo reboza de egoísmo y necesita más que nunca de las enseñanzas de Jesús. Ese es nuestro cometido recordarle al mundo por qué y para qué y quién se sacrificó Jesús.

Compartid las necesidades de los santos y practicad la hospitalidad. (Romanos 12:13)

No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. (Hebreos 13:2)

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Cada domingo a las 18 00, ¡OS ESPERAMOS!

ADVENIMIENTO

Solo un fin que anuncie el principio de un futuro lleno de promesas es bienvenido y deseado en mi corazón. El resto es destrucción irremisible. (Anónimo)

El advenimiento es la crónica de una vida eterna anunciada por Dios, para sus hijos.

Hay tantas señales de decadencia que uno no sabe por dónde mirar para evitar sus envites. Pero nada nuevo bajo el sol y menos cuando la Palabra nos enseña y educa en el conocimiento de lo que ha de venir. El fin que anuncia la llegada de nuestro Señor Jesús y el principio de su reino para la eternidad.

Solo el que ve los brotes de primavera sabe lo que está por llegar, el resto en sus menesteres se ciega.

A veces estoy tan avergonzado y chocado por todo lo que acontece que no sé si es un deseo o la realidad de lo que pienso, lo que siento, lo que temo y deseo a la vez: el advenimiento de la promesa de Dios.

Ser testigo de los últimos tiempos es una cosa insoportable salvo que sepas lo que ha de venir y para los hijos de Dios se transforma en un deseo de liberación de las cadenas del pecado que impera en este mundo.

¿A qué se acogerán todos aquellos que niegan a Dios cuando nuestro Señor emprenda su llegada triunfal? La esperanza de una liberación de las cadenas del pecado nos hace ser deseosos de estos momentos que sin duda serán terribles para unos y temibles para otros.

Es increíble y aterrador pensar que cuanto más consciente de su condición es el hombre, más orgullo de rebelión manifiesta ante su creador. No puedo imaginar cómo Dios puede perdonarnos tanta vanidad y engreimiento, solo la Gracia y el Amor divino pueden dar respuesta a algo que no la tiene para un mortal.

Hoy hay muchos hombres del tiempo que predicen lo que nos espera en los próximos días pero solo uno que sabe lo que en realidad sucederá y no va de temperaturas aunque estas, con toda seguridad, se desbocaran.

Las señales son tan abundantes y van in crescendo como si nuestra incredulidad necesitara más pruebas de veracidad de aquello que ha de suceder, el advenimiento final.

32 »De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 34 De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. (Mateo 24:32-35)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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LOS LABIOS DE PURA APARIENCIA

No hay que confundir la pura apariencia con la apariencia pura, sería como equiparar lo inmundo con lo impoluto. (Anónimo)

El hombre es experto en maquillar los hechos a su conveniencia para así apoderarse de su autoría pero eso que puede ser un hurto sibilino, cuando de la palabra de Dios se trata, se transforma en pecado de soberbia.

Cuando necesitamos aparentar mejor que los demás es porque nos falta la humildad que rinde pleitesía a Dios y eso es una gran torpeza, pero una torpeza muy común en el ser humano y también entre los creyentes. Es como si nos olvidáramos que Él todo lo ve, todo lo sabe de nosotros.

Dios creo el hombre y el hombre invento las clases de tal modo que no se confundiera la plebe con la corte, tanto en sociedad como en espiritualidad. Tiene la necesidad imperiosa de sentirse dominador aunque, o más si cabe, sea a costa de sus congéneres.

Los fariseos son los padres e hijos de los labios de pura apariencia. Se recrean en sus ritos y tradiciones para diferenciarse de los demás. Solo se olvidan de lo esencial, no por querer puedes y menos si lo haces con afán discriminatorio. Su condena es su propia condición que hace que ignoren la realidad de sus errores y pecados.

Jesús es nuestro guía y Él nos enseña que no hay ritos, no hay ídolos, no ejemplos que soporten el juicio de Dios. Nos invita a romper moldes de fariseísmo y reconstruir vasijas de amor, aquellas que hacen de la humildad, de la sencillez, de la obediencia sus mejores atuendos.

Aquel que te hace ver que es mejor que tú solo lo es en su vanidad y tiene su viga tan anclada en el ojo que nada más puede ver.

El pecado original nos abrió los ojos a un mundo imperfecto, el nuestro. No podemos pretender arreglarlo con hipocresía y mentiras impiadosas.

A menudo, y sin querer, somos fuente de labios de pura apariencia. Cuando queremos que nuestro pastor sea perfecto, cuando exigimos que nuestra iglesia sea impoluta. Cuando pretendemos ser quien no somos para que nos reconozcan mejor. Por mucho que lo neguemos todos hemos caído en este tipo de situaciones y sería hacer uso de labios de pura apariencia negar la evidencia. Es más saludable para nuestra alma y nuestro espíritu aceptar nuestros límites para poder recomponerlos con la ayuda de Dios.

5 Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas:
—¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos impuras?
6 Respondiendo él, les dijo:
—¡Hipócritas! Bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: “Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí, 7 pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”, 8 porque, dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber. Y hacéis otras muchas cosas semejantes.



Que Dios os bendiga, Alfons <><


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ASUNTOS ENCUBIERTOS

Es sabiduría del hombre entender que no todo lo puede, ni lo debe, comprender. (Anónimo)

La humildad nos hace conscientes de nuestros límites y de nuestras potestades poniendo cada cosa en su lugar y obrando para que sepamos aceptar con naturalidad nuestras limitaciones.

Todo lo finito tiene fin, hasta en su capacidad de comprensión.

Nuestro afán por querer explicarlo todo nos lleva a la confusión porque cuando perdemos la perspectiva de nuestro propósito nos encontramos con la invectiva de un discurso engañoso para nosotros y para los demás.

El misterio no está en el secretismo sino en ser incapaces de comprender lo que nos es revelado. Y eso no es malo en sí. Cuando esto pasa no es fruto de la casualidad más si obra de causalidad porque es bueno ser conscientes de hasta dónde podemos y debemos llegar.

Los hombres que todo lo explican son parlanchines sin medida pues no hay más sabio que aquel que reconoce que no todo lo sabe.

Los misterios invitan a buscar sus secretos y eso es bueno, siempre y cuando sepamos hasta dónde debemos llegar. Estudiar nos invita a comprender el “para qué” de las cosas y eso es instrucción de la mente y del espíritu. Pero cuando pretendemos explicar el “por qué”, nos enfrentamos a nuestro ego, ese mismo que nos hace creer que somos capaces de estar a la par de nuestro Creador. Pecado de soberbia muy común entre los creyentes, cuando somos invitados a ser, más que los demás, ejemplo de mansedumbre, humildad y obediencia.

Dios en su gran sabiduría es conocedor de los límites de nuestras mentes como somos, nosotros los padres, conocedores de los límites de las mentes de nuestros hijos o ¿no es de necios discutir con un bebé de política (aunque posiblemente tenga mejores respuestas que los adultos)?

La diferencia entre un corazón humilde y uno soberbio está en el conocimiento y reconocimiento de los límites de cada cual y eso empieza siempre por el temor de Dios.

Los sabios no son aquellos que todo lo responden más sí aquellos que saben qué preguntas hacer y cuáles no.

Si Dios hubiese querido que todo lo supiéramos la Biblia sería un libro sin misterios pero no es así. Si a este hecho le buscamos el “por qué” fracasaremos en nuestro propósito porque nunca podremos responder a esta pregunta cómo ser finito que somos. Ahora si bien nos preguntamos el “para qué”, descubriremos el propósito de Dios para con sus hijos y nos deleitaremos en sus enseñanzas si perder tiempo en preguntas existencialistas inútiles.

2 Gloria de Dios es encubrir un asunto, pero honra del rey es investigarlo. 3 Para la altura de los cielos, para la profundidad de la tierra y para el corazón de los reyes, no hay investigación. (Proverbios 25:2-3)
«Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos y mis pensamientos, más que vuestros pensamientos. (Isaías 55:9)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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