LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

lunes, 18 de julio de 2022

IDOLOS

La idolatría es fruto de un mal amor, y semilla de mal de amores. (Anónimo)


Dicen que una imagen vale más que mil palabras, solo que tanto las imágenes como las palabras pueden ser tergiversadas. Si no, ¿cómo puede ser que un mensaje bíblico tan sencillo como el de 1 Juan 5:1, que nos invita a recelar de tales tentaciones, sea ignorado por todas las creencias cristianas?

¿Será porque el hombre necesita visualizar lo divino? Necio es aquel que tal cosa pretende, porque Dios no se puede ver, se siente mediante la fe, inspirada por el Espíritu Santo. Cualquier intento de esta índole, no solo fracasará, sino que también es pecado.

Dios nos ve tal y como somos de verdad, nosotros, a duras penas le buscamos con un corazón mermado por tanta condición humana.

Si Jesús, Dios hecho hombre por voluntad del Padre, salvó al mundo, ¿de quién más precisamos para salvarnos? Ni la virgen, ni los apóstoles tienen tal don. Hay tanto paganismo entre los creyentes que a veces es difícil de separar la paja del grano.

Y no solo en aquellos que han hecho del fetichismo su piedra angular, también en aquellos que pretenden aplicar las enseñanzas de Juan, existe la simiente de la idolatría. Solo hace falta ver como se trata a tal o tal predicador estrella, al que se mide más por su audiencia que por la autenticidad de su propósito. Cuando oigo que, un telepredicador ha convertido a miles de personas, me ruborizo de vergüenza ajena porque, yo sé que, solo Dios convierte los corazones perdidos. Solo Dios sabe quién, en verdad, se ha convertido, o no. Mientras nosotros, los hombres alardeamos de ello o lo vanagloriamos.

Nadie se salva y por lo tanto nadie es digno de dar lecciones a los demás, pero sí deberíamos preguntarnos por qué la Biblia insiste desde el antiguo testamento hasta Apocalipsis en ponernos sobre aviso para que no caigamos en la tentación idolatra.

¿Por qué existen los ídolos?

Porque el hombre necesita sus héroes, olvidándose de las bonanzas de la humildad del siervo.

Porque el hombre se emperra en ser un dios, olvidándose del pecado original y de sus consecuencias.

Porque queremos ver lo invisible y tocar lo inalcanzable, siendo ciegos y sordos a la Verdad.

Porque preferimos creer en lo que vemos que confiar en lo que sentimos. Si fuéramos fieles en Jesús, veríamos en lo que creemos y sentiríamos la confianza que nos da Jesús.

Dios no creó los ídolos, es más, los destruyó todos en el antiguo testamento. Ahora nos toca a nosotros extirparlos de nuestra condición humana y eso, solo se consigue de la mano de Jesús y acompañado del Espíritu Santo. Solos no podemos luchar contra nuestra concupiscencia, vanidad y orgullo. Atributos esenciales para alimentar la idolatría.

Por cierto, los ídolos existen, mientras Dios es: YO SOY. Palabras incomprensibles para el necio y obvias para los demás.

13 El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en casa. 14 Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia. 15 De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él. 16 Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado, y se sacia; después se calienta, y dice: ¡Oh! me he calentado, he visto el fuego; 17 y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi dios eres tú. 18 No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender. 19 No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol? 20 De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha? (Isaías 44:13-20)


Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén. (1 Juan 5:21)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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