El dolor es la mejor prueba de un alma viva porque solo aquel que puede sentir el dolor del pecado en su corazón buscará alivio en nuestro Salvador.
Estamos tan acostumbrados a resistir al dolor que nos hemos hecho insensibles a sus advertencias.
Corazón de piedra es el de aquel que por no sufrir dejo de sentir sus penas.
El dolor físico nos recuerda que tenemos un cuerpo, el dolor espiritual que tenemos un alma. Ambos nos hacen conscientes de nuestros propios limites.
"18 Detendrá su alma del sepulcro, y su vida de que perezca a espada. 19 También sobre su cama es castigado con dolor fuerte en todos sus huesos, 20 Que le hace que su vida aborrezca el pan, y su alma la comida suave." Job 33:18-20
Que tengáis un buen día, Joves, Alfons
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Alfonso
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