¿Quién fue primero? ¿El bien o el mal, el agua o el fuego, el día o la noche, la sonrisa o el llanto?
El hombre busca sus orígenes desesperadamente igual a un niño que busca lo que hay detrás de la pantalla mágica del cine. Se cree lo que ve pero en realidad no sabe lo que es.
Queremos conocer lo que no sabemos entender, es el mal endémico de la humanidad.
Las preguntas que no tienen respuesta acercan el hombre a su nivel de incompetencia, cuanto más buscamos más preguntas encontramos y menos respuestas hallamos. Con los años algunos lo llaman madurez otros experiencia.
El sabio no es aquel que tiene respuesta a todo mas sí aquel sabe que no todo tiene respuesta.
La humildad de nuestros limites se enfrenta cotidianamente a la vanidad de nuestras ambiciones.
Solo el que sabe que no todo es de saber gozará de paz en su corazón porque confía en quien sí todo lo sabe, Dios, su Padre y creador.
Dios nos ha dado el don de la fe para que sepamos gozarnos de las preguntas sin respuesta, es un privilegio del cristiano, humildad y entrega son sus atuendos.
¿Quién fue primero, el huevo o la gallina? Respuesta correcta: solo Dios lo sabe, y bien es que así sea. Amen.
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra." Génesis 1
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