Las buenas obras no cansan más que las malas pero quien las hace descansa en
paz.
El hombre cumplidor es aquel que ha rendido homenaje a sus deberes
intentando cumplirlos sin reparo, su cansancio es el tributo que debe pagar
a su conciencia.
Tras una buena labor, un buen cansancio y un buen reposo reparador, pero
tras las malas obras no hay descanso que venga a su genitor.
Cuando las fuerzas nos flaquean por haber obrado sin cesar el cansancio es
la señal para pausar nuestros esfuerzos porque el agotamiento rompe las
voluntades que el cansancio a labrado.
Un buen cansancio nos evita malos pensamientos mientras la lasitud los
alimenta.
Entrega tu vida a la obra del Señor y podrás descansar en Él si la entregas
a este mundo no tendrás respiro hasta la extenuación de tu condición.
"25 En aquel tiempo Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la
tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se
las has revelado a los que son como niños. 26 Sí, Padre, porque esa fue tu
buena voluntad. 27 »Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce
al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien
el Hijo quiera revelarlo. 28 »Venid a mí todos vosotros que están cansados y
agobiados, y yo os daré descanso. 29 Cargad con mi yugo y aprended de mí,
pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontraréis descanso para
vuestra alma. 30 Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.»
Que Dios os bendiga, Alfons <><
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