CRECER

El que hace crecer sus deseos alimenta su vanidad el
que hace crecer su caridad alimenta su humildad.
El hombre se esfuerza en crecer constantemente pero
al final del día mide menos que por la mañana, ese, es el único hecho real y
palpable que se nos ofrece.
Ni todo el oro del mundo puede conseguir lo que la
fe nos regala: crecer en Jesús.
Cuando somos niños queremos crecer, cuando somos
adultos nos gustaría parar el tiempo y cuando somos mayores añoramos el
pasado, crece la conciencia y decrece la inocencia, nada nuevo ni bueno bajo
el sol.
Las pruebas superadas nos hacen crecer, el resto nos
estanca en nuestra inmadurez y algunos se recrean en ello pero no por eso
tienen disculpa.
Cuando nuestro amor crece, la gracia de Dios se
acerca a nuestra vera, cuando no nosotros nos alejamos de nuestro Padre.
“Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos
para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con
vosotros” 1 Tesalonicenses 3:12
Que Dios os bendiga, Alfons <><
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