LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

sábado, 9 de abril de 2022

OBEDIENCIA

Los hombres solo obedecemos a nuestro ego. (Anónimo)


Para los hombres, la desobediencia no es el último recurso, sino la primera manifestación, equivocada, de nuestra libertad.

En los tiempos actuales, obedecer parece ser una opción trasnochada. Desgastada por el alto concepto que tenemos de nosotros mismos y del sacrosanto libre albedrío que rige nuestros valores.

Es como si fuéramos incapaces de tener nuestra propia iniciativa y que precisáramos de alguien que nos domine para actuar.

En el fondo todo se trata de saber, o determinar, quién manda, nuestra vida, la de los demás, el mundo.

Nosotros vemos al perro como el símbolo de la obediencia, aunque no siempre sea así. Es dócil, entregado, está constantemente atento a nuestra voluntad, nuestro deseo. No cuestiona, no duda, siempre acata y esta al acecho de los premios con los que gratificamos su obediencia. Por ello tenemos tendencia a menospreciar su carácter porque vemos en su entrega una cierta debilidad.

Por lo contrario, vemos al gato, independiente, ajeno a nuestra voluntad, a nuestra influencia. Siempre cuando tenga su plato lleno y le correspondamos en los mimos cuando él lo decida.

¿Qué nos enseñan estos rasgos tan diferenciados de perros y gatos?

Pues, que nuestras vidas se asimilan más a la de los gatos que a la de los perros.

Lo que está claro es que la obediencia precisa de una entrega absoluta a quien nos rige. El primer caso de desobediencia fue el de Adán y Eva. Pero hemos sido y somos fieles seguidores de sus actitudes irreverentes y descaradas.

Uno podría tener la tentación de pensar que duro castigo tuvo una tan leve falta. ¿No?

Para contextualizarlo debemos pensar quién nos lo dice, por qué, y para qué.

Nos lo dice nuestro Creador.

Porque ya sabe de qué somos capaces.

Para evitarnos la caída en la tentación y el pecado.

Todo esto se resume en ¿qué queremos? ¿Actuar con genuina inocencia, no retando a quién nos trajo a este mundo, o pretendemos querer ser su igual y hacer lo que bien nos parece?

¿Queremos ser perro o gato, en cuanto a nuestra actitud?

La diferencia entre el gato y nosotros es que él no puede decidir y actuar con consciencia y nosotros sí. Es decir, sería incongruente pensar en que un gato puede pecar cuando nosotros lo hacemos constantemente. Digo esto porque me gustan mucho los gatos y compararlos con los humanos me parece muy ofensivo, para ellos, claro está.

Es mucho más fácil de lo que parece ser obediente, solo nos requiere obviar nuestro ego. Pero esto, que solo sería un acto de obediencia, se transforma en una desobediencia constante. Porque pensamos más en nosotros que en los demás y que decir de pensar en nuestro creador.

Es curioso por no decir tragicómico pensar que una de las primeras palabras que decimos, cuando somos críos, y a la que le damos sentido constantemente en nuestra vida es la palabra NO.

Obedecer es un reto esencial para el cristiano, pero objeto de ninguneo para los hombres de este mundo.

Obedecer es buscar constantemente ese niño ingenuo, dócil, entregado, que fuimos y que hemos olvidado a lo largo de nuestra existencia.

Obedecer es entregarse totalmente a nuestro amo y Señor, en su forma trina, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Pero no todas las desobediencias son perniciosas para el ser humano. Dios nos pide que obedezcamos a nuestras autoridades. Eso sí debemos tener suficiente sabiduría para distinguir y priorizar siempre lo que nos pide Dios, y si esto va en contradicción con nuestros líderes en este mundo, no dudemos ni un segundo en obedecer a Dios.

Sueño del paraíso como de un lugar en el que estoy despojado de toda la suciedad de mi condición humana. Me veo ingenuo y entregado en adoración a mi Señor y salvador. No preciso ni de inteligencia ni de malicia, atributos terrenales, solo de candor y de amor. Me olvido de ser yo, para solo ser y estar al lado de mi Padre Celestial.

Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. (Romanos 5:19)

Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. (Romanos 13:1)


Que Dios os bendiga, Alfons <><

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