Quién sabe porqué, no teme y espera con paciencia y oración. Quién no, todo lo teme y razón para ello tiene, mas la respuesta no está entre nosotros porque solo la conoce aquel que nos creó.
El mundo y sus siervos están acercándose al abismo de su conclusión.
El que en Dios tiene su vida no teme, mas anhela que este mundo termine pues nada tiene que perder y todo tiene por ganar.
Aquello que muchos llaman fin del mundo para los hijos elegidos de Dios es el principio de la nueva vida.
“Mas el fin de todas las cosas se acerca: sed pues templados, y velad en oración.” 1Pedro 4:7
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