Los pilares de la tierra son: educación y familia. Los del cielo: la Biblia para educarnos y Jesús, el Espíritu Santo y Dios nuestra familia.
La familia es el refugio que nunca desaparece pero que, a menudo, abandonamos desconsideradamente.
Cuanto más niegues a tu familia más la necesitarás.
Mantén la llama viva de tu familia, hará que siempre encuentres el camino de retorno para cobijarte en tiempos difíciles.
La familia marca tus orígenes y te acompaña hasta el final. De ti depende de donde quieres partir para ver a donde quieres llegar.
Todos tenemos una familia, no siempre la que queremos, no siempre la que creemos pero siempre la que nos merecemos, tú elijes.
Aquel que cree no tener familia busque en su corazón y encontrará el amparo de Jesús quien le abrirá las puertas de nuestra familia, la de Dios, la única que perdurará eternamente.
El que trata a sus hermanos con amor y respeto baluarte de la familia es.
“19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, 20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” Efesios 2:19-20
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