LA CREACIÓN

LA CREACIÓN
DIOS CREA, EL HOMBRE TRANSFORMA

viernes, 25 de mayo de 2018

PARA Y POR MEDIO DE


Estoy perdido. No sé ni para quién ni por medio de quién hago las cosas. Estoy perdido, porque el hombre sin propósito siempre divaga en sus caminos. (Anónimo) 

Todos tenemos nuestros designios cargados de buenas, y de no tan buenas, intenciones pero ¿podríamos decir que todos somos conscientes de ellos? La respuesta es que no y prueba de ello es que suelen cambiar según el temporal que azota nuestra vida.

Cuando somos jóvenes proyectamos nuestro futuro, cuando somos mayores rememoramos nuestro pasado, pero el hilo conductor que nos lleva del uno al otro es difícil de detectar. Como si su descubrimiento nos fuera prohibido. En realidad somos nosotros los encubridores, los que nos impedimos ver las razones que nos llevan a tomar decisiones que orientan nuestra vida. Hábiles en culpar a los demás siempre tenemos una buena explicación para justificar nuestras inconsistencias existenciales, y si no las hallamos, siempre tenemos a Freud.

Es difícil encontrar personas coherentes a lo largo de toda su vida, siempre están sometidas, o se invitan a ellas mismas, a los avatares de una existencia llena de cambios de dirección. Al final uno se acaba preguntando ¿es bueno ser firme e inmutable en la búsqueda del sentido de la vida? Muchos de los que lo han intentado, por sí mismo, han perseverado en sus errores y acaban rechazando cualquier compromiso como si eso pudiera enmascaras el horror de sus errores.

La constancia solo se puede alcanzar cuando tenemos claro para qué o quién lo hacemos y por medio de qué o de quién lo queremos conseguir. Y estas dos preguntas solo tienen una sola respuesta: Para Dios nuestro creador y por medio de Jesús nuestro salvador. Solo aquellos que son capaces de negarse a sí mismos pueden descubrir a Jesús y por medio de Él llegar a Dios.

El hombre se vanagloria siempre de querer alcanzar grandes retos como descubrir el universo, Marte, las estrellas, las galaxias pero es incapaz de descubrir lo que tiene a su alcance y que es infinitamente más magnifico, glorioso que todos los descubrimientos humanos: LA GRACIA DE DIOS.

Somos tan necios que, cuando de religión se trata, continuamos en el error de basar nuestra salvación en nosotros mismos, por nuestros hechos. No, nunca seremos salvos por nuestros hechos y gracias a Dios por ello porque si así fuera no nos salvaríamos ni uno, ni uno. Por la gracia de Dios mediante la fe en Jesucristo nuestro Señor con la ayuda del Espíritu Santo para buenas obras.

El hombre busca constantemente el propósito que ya tiene en sí como si solo él fuese capaz de decidir. La cruda y dura realidad es que solos, solo somos ineptos errantes en el océano de nuestra condición pecaminosa.

Lutero es un perfecto ejemplo de esta situación. Nació y creció bajo la batuta de los hombres y sus credos. Era religioso pero no tenía vida espiritual hasta que conoció a Jesús y dejó a los hombres y sus liturgias. Entonces su vida se transformó y vivió por medio, y en, Jesucristo nuestro Señor y salvador. Su constancia se basó en el apoyo de una fe que rechazaba los hechos de los hombres y abrazaba la Gracia de Dios.

Hay que decidir, y eso sí que está a nuestro alcance, el para quién y por medio de quién lo queremos conseguir y queremos vivir. Amen.

6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.(1 Corintios 8:6)

Que Dios os bendiga, Alfons <><

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